EVA PIERRAKOS nació como Eva Wasserman en Viena en 1915 y vivió en Suiza hasta establecerse en Estados Unidos en 1939. En 1952 descubrió que tenía el don de acceder a una voz interior que se manifestaba a través de la escritura automática y, después de años de entrenamiento, también mediante el estado de trance. Durante más de veinticinco años Eva se desarrolló a sí misma espiritualmente, logrando de este modo profundizar su capacidad para servir de canal de un ser no encarnado, al que se llegó a conocer como "El Guía", y que dictó a través de Eva 258 conferencias entre 1957 y 1972.
En el prefacio del manuscrito “El camino hacia el Ser Real”, Eva narra la manera en que fue conducida por las enseñanzas de esa voz amorosa y conocedora de la naturaleza humana:
Este guía me dirigió hacia lo profundo de mi personalidad, señalando los bloqueos y problemas que no había visto antes. Esto duró muchos años y era el equivalente a un análisis profundo. También, me señaló que […] esta era una forma de vida deseable para cualquiera que quisiera vivir plenamente y que era esencial que, algún día, mi don beneficiara a otros.
El Guía nunca se identificó por nombre, género o de cualquier otra manera. Puso todo el énfasis en el material canalizado y nunca en su fuente.
Quiero pedirles, amigos míos, que no se detengan mucho a pensar en el fenómeno de esta forma de comunicación. Lo único que importa entender al principio de una empresa como ésta es que existen realidades que ustedes aún no han explorado ni experimentado, y sobre las que, en el mejor de los casos, sólo pueden aventurar una teoría… Recuerden, sin embargo, que esta voz no expresa la mente consciente del instrumento humano a través del cual les hablo. Además, tomen en consideración que cada personalidad humana tiene una profundidad de la que tal vez no se haya percatado. En esos niveles de profundidad, todos poseen los medios para trascender los estrechos límites de su personalidad y acceder a otros reinos y entidades dotadas de un conocimiento más amplio y más profundo.
Eva se rodeó de un número creciente de seguidores, principalmente maestros y terapeutas, que se sintieron atraídos por sus enseñanzas Tiempo después, su arduo trabajo se complementaría con el de su esposo, el psiquiatra John C. Pierrakos, co-fundador con Alexander Lowen de la terapia Bioenergética, y creador del método Core Energetics.
Eva murió en 1979 dejando el legado de este profundo camino de auto-conocimiento y auto-transformación, y dos centros de Pathwork dedicados a la divulgación y perfeccionamiento del método.