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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 16. El alimento espiritual. La fuerza de voluntad

Saludos en el nombre del Señor. Bendita sea esta hora, benditos sean todos ustedes, amigos míos. Nuevamente tengo el placer de dar la bienvenida a algunos amigos nuevos aquí esta noche, y quiero decirles a todos que, durante esta hora, no piensen en ninguna de sus dudas. Sólo dejen que su alma hable y les dé la respuesta. Esto puede suceder si están abiertos.

No es sorprendente que una persona, confrontada por primera vez con este fenómeno —que un espíritu pueda en verdad hablar a través de un ser humano—, no lo acepte con facilidad. Sin embargo, muchas cosas son posibles de las cuales ustedes aún no saben nada. Así que estén abiertos y esperen. Con el tiempo no sólo podrán aceptar todo esto intelectualmente, ¡sino que realmente lo experimentarán! Su vida cambiará cuando conozcan ciertas verdades. Esto les dará dirección y propósito, mientras que ahora muchas veces no saben de qué se trata esta vida y por qué tienen que pasar por tantas dificultades, tantas pruebas. Y sin embargo, todo esto tiene sentido. Así que relájense, desaten los nudos y estén abiertos.

Sus problemas se relacionan muy frecuentemente con su pan de cada día, sus necesidades materiales. Empero, por importante que sea el pan de cada día, tiene sólo una importancia secundaria frente al pan espiritual de cada día que necesitan. Gran parte de sus conversaciones giran en torno de los alimentos más adecuados, y de las vitaminas, minerales, proteínas y dietas. Efectivamente, es bueno que la Humanidad haya empezado a investigar estas cuestiones. Pero nosotros, los espíritus, vemos una tremenda discrepancia entre la preocupación por el alimento material y la falta de alimento espiritual. Este último es tan importante como el primero. Vemos personas mal alimentadas, mal nutridas; tantas padecen una deficiencia de vitaminas espirituales. El alma y el espíritu necesitan alimento urgentemente, a menudo sin que la persona se dé cuenta de esa necesidad. Y sólo si este alimento se provee, se toma y se digiere, se satisfarán automáticamente todas las demás necesidades, incluido el pan de cada día. La inanición de su espíritu tiene sus consecuencias.

Lo mismo se aplica a la higiene. La Humanidad ha hecho grandes progresos en el sentido de la higiene física. Hoy la gente se baña todos los días y mantiene limpio su cuerpo. Y al mismo tiempo andan por ahí muchas almas antihigiénicas. Ahora bien, podrán preguntarse cómo se logra esta limpieza del alma o la alimentación del espíritu. ¿Qué tiene que hacerse desde un punto de vista práctico? La nutrición del espíritu es la ingesta diaria de verdades espirituales; ¡incluso las repeticiones son importantes! El aprendizaje de las leyes espirituales también es importante. La perspectiva de la vida desde el punto de vista espiritual suele contrastar con el punto de vista material, y algún día su perspectiva cambiará por consiguiente. Nutrirse espiritualmente tiene que convertirse en un hábito regular, ya que es posible que se acostumbren a vivir sin ello durante mucho tiempo, así como la persona que se acostumbra a comer alimentos malos que no le dan los elementos esenciales que el organismo necesita a fin de mantenerse fuerte y vigoroso. Uno puede hacer esto durante un buen tiempo sin conectar jamás causa y efecto. La persona físicamente mal alimentada se quejará de cansancio, debilidad u otros síntomas físicos, sin pensar en la razón real detrás de ellos. Lo mismo vale decir de los espiritualmente mal nutridos; los problemas emocionales, la falta de paz interior y todos los demás síntomas de esta deficiencia rara vez se conectan conscientemente con la causa de todos ellos.

El alimento espiritual no les llega solo. Tienen que salir a buscarlo, de la misma manera en que tienen que conseguir su alimento físico. Tienen que ganarse su pan, comprarlo, prepararlo, comerlo. Esto es tan cierto en el caso del pan espiritual como en el del pan físico. Se ganan su pan espiritual mediante su deseo sincero de recibirlo. Preparan su alimento espiritual por medio de la búsqueda de la fuente correcta para ustedes, por medio del despliegue de cierta cantidad de esfuerzo para obtenerlo. Y lo digieren pensando por ustedes mismos en lo que han escuchado o leído, meditando en ello, tratando de aplicárselo de alguna manera para que algo cambie para bien en su interior. Por lo tanto, el alimento espiritual es, en parte, leer conferencias, leer la literatura apropiada y conversar con personas que sepan más que uno. El alimento espiritual también es la oración y la meditación correctas. Aquí, de nuevo, tienen que luchar dentro de ustedes para vencer su resistencia. Siempre habrá una voz que diga: “Estoy muy cansado. No tengo ganas; no importa si no lo hago hoy. ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué debe preocuparle a Dios que le rece hoy?” No, a Dios no le preocupa, amigos míos. Pero su alma y su espíritu se morirán de inanición. Al abrirse todos los días, reciben la fuerza y la luz que los mantiene, que los guía en la dirección correcta.

La limpieza del alma, que es igualmente importante, si no más, debe hacerse de esta manera: Muchas veces la persona no se da cuenta de ciertas fallas, actitudes, opiniones, reacciones emocionales. Las personas llevan consigo muchas de estas tendencias desde una edad temprana, debido a cierta influencia de su medio y a algunas ocurrencias en su vida. Estas actitudes pueden o no haber tenido su justificación en el pasado, pero son completamente obsoletas en el momento presente, y muy dañinas. No obstante, al no ser conscientes de la existencia de estas reacciones viejas y de su nocividad, las personas todavía las llevan consigo inconscientemente y aún reaccionan de cierta manera a causa de ellas. Examinen lo que realmente piensan, lo que realmente sienten, lo que realmente desean. Hagan un inventario de sus tendencias emocionales y de las corrientes de su alma. Al reexaminarlas pueden eliminar lo que no tenga ya validez para ustedes y cambiar en consecuencia sus corrientes. Así ponen orden en su alma. Entonces podrán cambiar la dirección de su voluntad a donde sea necesario. Pueden cambiar incluso sus deseos. Sólo cuando hacen esto conscientemente pueden establecer en ustedes la existencia de los diversos sentimientos, deseos y actitudes. Entonces podrán, con la ayuda del alimento espiritual que tomen, ver si estas tendencias van de la mano de las leyes espirituales o no. También verán si han violado alguna ley espiritual en el pasado, muy inconscientemente, debido a su dirección interna equivocada.

Cuando estas tendencias son inconscientes dentro de ustedes, crean mucho daño; crean conflicto y desorden dentro de ustedes. Todo esto representa al alma sucia o “antihigiénica”. Hay mucho en ella que debe lavarse o eliminarse. Así que limpien su alma como limpian su cuerpo. Deben hacer esto todos los días. Deben revisar su día y examinar sus propias reacciones a los diversos incidentes que han tenido lugar durante ese lapso. Esta es la única manera en que pueden limpiar su espíritu, su alma. Sólo de esta manera estarán abiertos y receptivos al alimento apropiado con el que pueden crecer espiritualmente todos los días.

Con esta actitud nada que suceda los deprimirá jamás. Sí, amigos míos, ésta es la verdad. Ni las cosas desagradables de la vida tendrán el poder de derrotarlos, ya que así podrán aprender más acerca de ustedes mismos, acerca de la ley espiritual, acerca de la verdad divina, lo que aún les falta por lograr y lo que ya han logrado. Sus propios fracasos, que son inevitables, les darán fuerza en lugar de debilidad cuando se ven a a sí mismos diariamente y cuando consideran sus fracasos con la actitud de: “¿Qué puedo aprender de ellos? ¿En qué aspecto debo trabajar todavía en mi autopurificación?”

Nada de lo que ocurre en su vida es bueno o malo en sí. No crean en esta falacia. Lo mejor que pueda ocurrirles podría parecer un desastre en el momento en que ocurra; y será un desastre si tienen la actitud equivocada. Un suceso que les parezca muy afortunado puede resultar muy desfavorable si no aprenden la lección espiritual que encierra. Así que todo lo que les ocurre puede ser bueno si lo hacen bueno, si lo usan desde un punto de vista espiritual, si aprenden de ello para poder seguir creciendo espiritualmente ¡y así alcanzar la felicidad!

Esta es la única manera en que pueden encauzar su vida, en vez de ser esclavos y ser dirigidos por sus estados de ánimo y los sucesos externos. Ustedes tienen el poder de cambiar. Tienen su vida en sus manos si usan este conocimiento, pero muchas veces no quieren usarlo. Les parece mucho más fácil ceder a un estado de ánimo de depresión y desesperanza, ya que esto les permite ser pasivos y —consciente o inconscientemente— culpar al destino, a las circunstancias o a otras personas de lo que les ha pasado. No, amigos míos, de esta manera se vuelven esclavos de sí mismos; se vuelven dependientes de los sucesos externos sobre los cuales no tienen control. Es mejor que se digan a sí mismos: “Si algo desagradable sucede, la respuesta debe de estar dentro de mí: la causa del problema, así como la solución”. En ese instante pidan a Dios en oración que les ayude a encontrar la respuesta, y tengan la voluntad absoluta de encararse de lleno. Si vencen la resistencia a hacerlo, lo que sólo es difícil al principio, recibirán la respuesta tan inevitablemente como el sol sigue a la lluvia, como la vida debe seguir a la muerte. Y esto infundirá gran felicidad a su alma, una felicidad que nunca han conocido antes. Porque no hay felicidad comparable con la que viene de conquistarse a sí mismo, cuando deciden: “Ya no soy un esclavo. De aquí en adelante dirijo mi vida. A fin de poder hacer esto, debo, en primer lugar, hacer frente dentro de mí a lo que quizás no me gusta y a lo que me hace sentir incómodo”.

Tienen ustedes mucho más poder del que se imaginan. La fuerza de voluntad que yace dormida dentro de ustedes es algo de lo que no se dan cuenta, amigos míos. Como la fuerza de voluntad es de gran importancia en la vida de una persona, me gustaría hablar ahora de este tema. En primer lugar, quiero decir: No hay persona viva que no tenga fuerza de voluntad. Quien diga: “Soy débil, no tengo fuerza de voluntad” se engaña porque parece mucho más fácil ser dirigido que ser el director de la propia vida y asumir la responsabilidad sobre los propios hombros. Es sólo cuestión de despertar la fuerza de voluntad que ya tienen.

Ahora bien, ¿cómo pueden despertar su fuerza de voluntad en la dirección correcta? Todos los que dicen que no tienen ninguna fuerza de voluntad, constantemente usan esta fuerza sin darse cuenta de que lo hacen. Lo hacen subconscientemente, y a menudo en la dirección incorrecta porque lo hacen sin una conciencia clara.

Existen muchas personas que dicen, con razón, que lo que realmente se desea, se alcanza. Esto es más o menos cierto. Pero el hecho de que lo que desean sea, efectivamente, lo mejor para ustedes, es otra cuestión. Por lo tanto, el poder de dirigir la voluntad debe ser examinado por la persona que desea, sobre todo, crecer espiritualmente y acercarse a Dios. Este examen tiene que llevarse a cabo a la luz de la verdad y la ley espirituales. El Ser Inferior suele distorsionar las corrientes que salen del Ser Superior. Aquí tenemos un buen ejemplo, porque la fuerza de voluntad en sí es un bien muy valioso; sin él, de hecho, no puede haber ningún progreso espiritual. La fuerza de voluntad viene del Ser Superior; será una corriente pura de luz y fuerza limpia siempre que se le use con un fin espiritual, para el crecimiento espiritual, para Dios, con Dios y en Dios. En el momento en que la voluntad consciente la usa en una dirección equivocada, el Ser Inferior la distorsiona y se vuelve una fuerza impura.

Tomemos el ejemplo de un criminal. Éste usa su fuerza de voluntad muy obvia y notablemente en una dirección equivocada. Quiere hacer su voluntad a toda costa. Para él, la gratificación de sus deseos personales es tan importante que está dispuesto a llegar incluso al límite de dañar a otras personas a fin de alcanzar su meta. Una persona más altamente desarrollada no actuará de esa manera porque sabe que el crimen es pecado. Y sin embargo, también él podría usar su fuerza de voluntad en la dirección equivocada, si bien inconscientemente y, desde luego, no en acciones que obviamente dañen a otras personas, sino en sentimientos y reacciones internas que también den la mayor importancia a la gratificación del ego. Esto es violar la ley espiritual y tiene consecuencias en términos de desarmonía interna y/o conflictos externos. Todo el proceso permanece en el subconsciente porque esta persona sabe en algún lugar de su ser que lo que desea está mal, pero no está dispuesta a renunciar a ello; de todos modos lo desea. La fuerza de voluntad sigue fluyendo en la dirección equivocada sin que se tenga conciencia de ello. Éste es frecuentemente un factor muy importante en una persona emocionalmente perturbada. Todo esto no se aplica sólo al crimen o al pecado como se les entiende normalmente. Todo lo que se desvía de la ley espiritual es pecado... o ignorancia, si lo prefieren. Son la misma cosa.

Ahora bien, podrían ustedes desear muy fervientemente algo que, en sí, no se considere pecaminoso; es posible que ni siquiera viole las normas reconocidas de ética en su sociedad. Y sin embargo, lo que desean puede ser malo para ustedes, para su vida. Podría ser correcto para otra persona. El pecado, o la violación de la ley espiritual, no es sólo algo generalmente establecido para todos por igual, sino también algo muy personal que varía con cada individuo. Llegar a ser escritor podría ser el destino de una persona; así puede cumplir de la mejor manera con las tareas que debe realizar en esta vida. Otra persona, al dedicarse a escribir, podría descuidar la tarea que realmente vino a llevar a cabo. No podemos decir que ser escritor sea un pecado, y, sin embargo, para una persona específica podría ser la tarea equivocada. Ahora bien, si usa su fuerza de voluntad ciegamente, será escritor, pero no será feliz, porque sólo somos felices si cumplimos con la tarea que hemos elegido en esta encarnación. ¡Y todo el mundo tiene una tarea, amigos míos, todos!

Dondequiera que estén, tienen una tarea, ya sea que tengan una familia o que vivan muy solos. Pero no tienen que ir muy lejos para descubrir esta tarea. Ni siquiera piensen primero en otras personas a quienes desearían ayudar. Serán capaces de hacer eso también, desde luego, pero sólo después de que se hayan encontrado. Antes de desempeñar una tarea con otras personas, deben desempeñarla primero dentro de ustedes. Eso significa que tienen que alcanzar el crecimiento espiritual, la purificación y el autoconocimiento en la mayor medida posible de acuerdo con su fuerza y su desarrollo. Cuando hacen esto, están en el camino correcto y ya realizan una parte de su tarea, cualquiera que sea el resto de ella. Si empiezan con ustedes mismos, el resto les llegará sin que tengan que mover un dedo, se los aseguro.

Volviendo a la cuestión de la fuerza de voluntad: El paso más importante para canalizarla en la dirección correcta es declarar primero: “De una vez por todas, usaré la voluntad que haya dentro de mí de acuerdo con la voluntad de Dios”. Cuando hagan eso, amigos míos, la fuerza de voluntad que ya está viva dentro de ustedes cambiará frecuentemente de dirección y, aunque quizás no les guste esto al principio, serán felices, inevitablemente felices, porque Dios sabe más que ustedes lo que es mejor para ustedes y lo que les brinda más felicidad. De pronto sus problemas desaparecerán, les prometo esto. Su fuerza de voluntad, incluso si ha estado muy dormida, de pronto aumentará y los invadirá con una fuerza limpia que jamás sospecharon que existía. Todo el cansancio, toda la debilidad, toda la fatiga —física o emocional— desaparecerá si sinceramente tienen la intención de poner la voluntad de Dios por encima de todo lo demás, si cumplen esta promesa y la viven. “Cualquiera que sea la fuerza de voluntad que tengo, la usaré de acuerdo con Tu voluntad”: esta resolución es el principio de un cambio para bien en su vida. Son los cimientos.

Tengan esto en mente y llévenlo a la práctica aun cuando hacer su propia voluntad a menudo parezca mucho más tentador. Cuando prefieren decirse: “¿Por qué habría de oponerse Dios a que yo haga esto o aquello? Es una cosa tan pequeña que no puede dañar a nadie; no es posible que sea tan importante”, entonces, naturalmente, ni siquiera tienen la intención de averiguar la respuesta; ya han decidido y han puesto su voluntad por encima de la voluntad de Dios.

No hay cosas pequeñas y grandes, amigos míos. Lo que puede parecerles tremendo quizás sea muy poco en términos de la verdad absoluta, y viceversa. La cosa más pequeña podría ser un trampolín a la más grande e importante. La cosa más pequeña podría ser un síntoma muy importante, una clave de todos sus problemas. No la pasen por alto. No la minimicen. Y confíen en que lo que Dios quiere para ustedes debe ser mejor que lo que les dicta su miopía, aun si significa un pequeño sacrificio al principio. Cuando ponen su vida real y verdaderamente en las manos de Dios, si se entregan a Él, necesariamente serán felices. Sencillamente no hay otra alternativa. Es la única consecuencia posible. Pero muchas veces hay que trasponer una puerta que parece representar un sacrificio en el presente, cuando su mirada todavía está nublada. Después no podrán entenderse: lo que parecía tan importante y atractivo, o tan difícil de abandonar, parecerá entonces un peso que han cargado por todas partes, ¡y eso era en efecto! Amigos míos, todo lo que los separa de Dios es un peso.

Y no me pregunten: “¿Cómo voy a saber lo que Dios desea? ¿Cuál es Su voluntad? ¿Y cuándo debo luchar y ser activo, y cuándo debo ser pasivo?” Cuando realmente quieran saberlo, tendrán la respuesta. Dedicarán tiempo a meditar sobre cualquier problema específico y preguntar a Dios. Y Él les mostrará la respuesta; puede hacerlo de muchas maneras.

El problema no es que no conozcan la voluntad de Dios. El problema reside únicamente en si realmente quieren conocer Su voluntad; si han decidido que harán Su voluntad, aun en contra de sus aparentes intereses, en este pequeño momento de ahora. Si satisfacen las condiciones, deben recibir la respuesta. Una y otra vez observamos que sí reciben respuestas a sus oraciones, a sus preguntas acerca de cuál podría ser la voluntad de Dios, pero muchas veces no quieren recibirlas. Deliberadamente mantienen los ojos cerrados. Mis queridos amigos, sólo la primera vez resulta tan difícil realmente entregarle su vida a Dios, con todo lo que esto implica. Una vez que lo hayan hecho y experimentado la paz y la alegría que se derivan de ello, nunca volverá a ser difícil, porque entonces se establecerá su confianza. ¿Y por qué es tan difícil la primera vez? Porque la duda todavía acecha dentro de ustedes: “¿Y si Dios me hace infeliz?” Si se ponen a prueba sinceramente, verán que ésta es la razón de su titubeo. Aquí está la clave de todo.

PREGUNTA: ¿No es concebible que un ser humano cometa un error sincero en cuanto a la voluntad de Dios?

RESPUESTA: Sí, es posible, temporalmente, pero no cuando has alcanzado el estado que describí. Desde luego, las personas que no reciben el alimento espiritual apropiado pueden, de todas formas, querer hacer la voluntad de Dios, pero no saben cómo encontrarla ni tienen la paciencia necesaria para esperar Su respuesta. O no se dan cuenta de que les está llegando la respuesta, así que cometen errores. Pero ustedes, amigos míos, que escuchan estas conferencias —o las leen— satisfacen los requisitos necesarios para buscarla de la manera correcta, y por lo tanto tienen ese grado más de responsabilidad. No pueden fracasar si están realmente abiertos a recibir la voluntad de Dios.

Estar realmente abierto significa estar dispuesto a escuchar lo que menos les gustaría. Cuando se abren de esta manera y ponen su destino y su vida en las manos de Dios, entonces recibirán la respuesta. No hay ninguna duda de esto. Y entonces no cometerán un error, nunca. Porque pueden preguntar dos, tres, cuatro veces, si no están seguros de que la primera respuesta fue realmente eso, y no, tal vez, una coincidencia. Y la respuesta llegará una y otra vez, quizás de distintas maneras: a través de otra persona, por medio de una señal, mediante algo que ocurra, por medio de una voz interior, mediante un sueño tal vez, o por medio de una iluminación. Nada puede sacudir este conocimiento profundo. Recibirán la respuesta de muchas maneras. Desde luego que cometerán errores si hacen esto superficialmente, y luego ni siquiera esperan la respuesta. Pero si lo hacen sinceramente y se abren y piden una y otra vez y esperan la respuesta, no habrá errores.

Y ahora, queridos míos, estoy listo para sus preguntas.

PREGUNTA: Quisiera que nos dijera si existe vida consciente en otros planetas.

RESPUESTA: Sí, desde luego. Cada planeta, cada estrella, es una esfera donde existe vida espiritual.

PREGUNTA: Pero yo me refería a seres orgánicos conscientes.

RESPUESTA: Un ser espiritual también es orgánico, pues todos los órganos existen en la materia radiante. ¡Y naturalmente que hay conciencia! Pero no existe vida como la vida material de ustedes. La materia sólo es diferente, de una densidad distinta. Desde luego, esos espíritus pueden materializarse. Podemos hacerlo y lo hemos hecho en ciertas condiciones. Si esto sucediera, pensarías que ese espíritu materializado era de carne y hueso. Pero la vida en los otros planetas no se presenta exactamente en tu forma material. La materia radiante varía mucho. Lo que puede ser para ti materia radiante que no puedes percibir con los ojos, es para nosotros materia densa de una vibración y tipo diferentes. Por otra parte, la materia de los poderes de la oscuridad es tanto más burda incluso que tu materia, que tampoco puedes verla. No es radiante, sino todo lo contrario, demasiado burda para que puedas percibirla. Crees que toda la vida en el más allá es materia sutil, pero no es así. Cualquier diferencia en el grado de densidad es automáticamente invisible para un espíritu acostumbrado a otra vibración, a menos que los espíritus estén tan altamente desarrollados que tengan el poder de enfocar su vista en grados diferentes de densidad. A menos que se produzca una materialización, no puedes ver la textura de la materia que existe en otras esferas.

PREGUNTA: Si experimentamos un sentimiento repentino de felicidad o percibimos una ocasional fragancia agradable, ¿significa eso que hay espíritus armoniosos alrededor de nosotros?

RESPUESTA: Efectivamente. Cuando los espíritus armoniosos pueden acercarse tanto a ustedes, debe de existir una razón, por ejemplo, una victoria interior. Nada sucede sin causa y efecto. La percepción de una fragancia ya algo más, es una experiencia espiritual, una señal. Esta señal se da como estímulo para que permanezcas en tu camino, o puede ser un recordatorio de que tomes este camino. Es, de cualquier modo que la veas, una señal de gracia. Significa que se te está dando ayuda y fuerza para que tu próxima victoria sea más fácil.

PREGUNTA: ¿Podemos recordar nuestra identidad presente en la próxima vida y vamos a trabajar sobre nuestros problemas viejos?

RESPUESTA: El que recuerdes tu vida presente en la siguiente depende mucho de ti. Efectivamente, es un hecho que en tiempos venideros, cuando la espiritualidad se haya desarrollado mucho más, un buen número de personas podrán recordar sus vidas pasadas cuando antes no habían podido hacerlo. Pero no todas serán capaces de ello. Te lo explicaré: Hay personas hoy que pueden, por medio de su desarrollo, recordar algo de una vida pasada. El recuerdo les llega. Y al avanzar el desarrollo, más se corre la cortina. Cuanto más elevado es tu desarrollo, cuanto más tiendes a la perfección y trabajas espiritualmente, más capaz eres de conocer algo de tus encarnaciones pasadas. Entonces ese conocimiento se puede usar con un fin bueno. En cuanto a los problemas, tienes toda la razón. Te ocuparás exactamente de los mismos problemas, vida tras vida, hasta que los hayas resuelto. En tanto no hayas resuelto un problema en esta vida, se te presentará en la siguiente, aun cuando tus circunstancias sean distintas; podrías vivir en un país diferente, podrías tener una pauta de vida distinta, pero los problemas se te harán presentes ya que no los has resuelto. ¿Y cuáles son los problemas? No son otra cosa sino la materialización de tus faltas. Cuando purifiques tus faltas, tus problemas desaparecerán. Y cuando no lo hagas, tus problemas reaparecerán en otras formas en tu siguiente vida.

PREGUNTA: En su libro, Johannes Greber escribe sobre el Antiguo Testamento, sobre personajes grandes como Moisés, por ejemplo, que entraban en contacto con los espíritus y les pedían ayuda para tomar decisiones. Que si debían iniciar una guerra, que si iban a salir victoriosos, y así por el estilo. Pero a nosotros se nos enseña que debemos tomar nuestras propias decisiones, y esas personas estaban mucho más adelantadas espiritualmente que nosotros.

RESPUESTA: A esas personas les preocupaba mucho cumplir la voluntad de Dios, que es la decisión más difícil de todas. El hecho de que preguntaran, en lo que se refiere al bienestar de todo su pueblo, a un espíritu y no a sus propios canales muy personales, tiene una razón buena y valiosa: el pueblo podría no haberle creído a su líder si éste les hubiera dicho que recibía respuestas directamente. Estas personas creían mucho en los espíritus de Dios y aceptaban más fácilmente su testimonio.

PREGUNTA: ¿Tienen los seres humanos guardianes espirituales, y reciben los espíritus inferiores la ayuda de los espíritus superiores?

RESPUESTA: Los espíritus inferiores también tienen sus guardianes, ciertamente. Pero, como los seres humanos, no pueden verlos. Y a veces esos guardianes no pueden acercarse a ellos. Eso depende de su propia actitud. En algún lugar y de alguna manera, cada espíritu tiene un guardián. En lo que se refiere a los seres humanos, todos tienen efectivamente un guardián. Algunos tienen más de uno, algunos tienen sólo uno. Depende del caso, pero nunca hay injusticia. A veces un espíritu guardián puede ser más poderoso que tres o cuatro. Una persona que tiene más cosas que lograr tiene espíritus guardianes más poderosos que una persona que sólo deja correr los días sin desear ningún progreso espiritual. Así que todo esto se determina con la mayor justicia.

PREGUNTA: ¿Está el mundo espiritual al tanto de las naves espaciales y platillos voladores que aparecen con tanta frecuencia en las noticias hoy, y en cuya observación parece hacer cierta validez?

RESPUESTA: No estoy autorizado a dar información sobre esto. Lo he dicho antes y lo diré de nuevo. Existe una muy buena razón para ello. En unos cuantos años entenderás por qué no puedo hablar de esto.

PREGUNTA: En relación con su última conferencia, cuando habló de los muchos espíritus que rodean a un ser humano, espíritus de la oscuridad y espíritus superiores: Me pregunto si cuando los invocamos lo hacemos de manera consciente.

RESPUESTA: No, no es algo consciente. De hecho, la mayor parte de las veces es inconsciente. Rarísima vez se hace esto conscientemente, por lo menos en lo que se refiere a los espíritus de la oscuridad. Si alguien realmente los invoca, debe de ser él mismo un espíritu muy malvado. En lo que toca a los espíritus de la verdad y la luz, debes y puedes invocarlos conscientemente. Pero aun si no lo haces, en el momento en que vences una falla, luchas contra tu Ser Inferior, deseas sobre todas las cosas cumplir la voluntad de Dios y vives de acuerdo con la ley divina, emanas cierta sustancia que atrae a los espíritus de luz hacia ti. Del mismo modo, si cedes a tu Ser Inferior, si violas la ley divina, emanas una cualidad que acerca a los espíritus de la oscuridad a ti, como un imán. Por ejemplo, cuando emanas enojo, atraes a ti a un espíritu del enojo. Cuando emanas egoísmo, atraes a ti a un especialista que te animará a profundizar en esta falla. Y así sucesivamente. Lo que sale de ti es lo que atraes hacia ti. Lo semejante atrae lo semejante.

PREGUNTA: ¿Hay una actividad mutua en esta atracción?

RESPUESTA: Claro que sí.

PREGUNTA: ¿Por ambas partes?

RESPUESTA: Por ambas partes, efectivamente. Y no sólo este tipo de actividad mutua, sino también el aprendizaje. Mira, con los espíritus de la oscuridad las cosas son así: cumplen con una tarea en su mundo de oscuridad cuando triunfan sobre una persona, especialmente sobre las personas que aman a Dios. Les interesa mucho alejarlas de Él. No tienen que preocuparse de los criminales. Tienen acceso a ellos de todos modos. Pero les interesa sobremanera conquistar a las personas que aman a Dios, que buscan a Dios, para que puedan ceder a sus debilidades. Los espíritus reciben recompensas especiales en su mundo por este trabajo. Y saben muy bien que no pueden lograr nada tratando de inspirar a las personas a caer en un tipo de maldad que les sea ajeno. Pero sí pueden tener éxito con las faltas aparentemente inofensivas que llevan a esas personas lenta pero inexorablemente a un nivel más bajo de oscuridad, depresión, estados de ánimo de autodesprecio, y por lo tanto, a la separación de Dios.

No es tanto la falta en sí lo que los daña, sino que empiezan a sentir repugnancia por sí mismos y pueden, por ende, renunciar por completo a la lucha. He dicho a menudo que tropezar con la misma falta no es malo en sí, siempre que uno la reconozca y aprenda de ella adoptando la actitud correcta y constructiva. De hecho, no es posible progresar sin tropezar. Pero cuando el tropiezo se ve con una actitud de desesperanza y repugnancia de sí mismo, entonces las nubes crecen y crecen; entonces la persona se involucra más y más con los espíritus respectivos de la oscuridad, totalmente con el mundo de la oscuridad

No tienes que cometer un crimen para vivir en el mundo de la oscuridad. Hay otras vibraciones que pueden lograr esto. No obstante, si una persona se niega a ser un instrumento de los poderes de la oscuridad, si lucha —y sólo se puede hacer esto conociendo las propias faltas muy bien, pues sólo a través de ellas pueden tentarla los espíritus oscuros— ¿sabes qué pasa? El espíritu de la oscuridad se elevará en su desarrollo; aprenderá, no directa ni inmediatamente, porque todavía está tan envuelto en la oscuridad que al principio sólo experimentará la derrota. Esta derrota le costará su posición, así que sufre, y sólo este sufrimiento lo acercará a Dios. Porque sólo entonces se volverá a Dios, como último recurso, en total desesperación. Mientras pueda reclamar victorias en su mundo de oscuridad, y tenga poder allí, jamás se volverá a Dios. Así que cada victoria, aun la más pequeña, de cada ser humano, provoca una tremenda reacción en cadena en el universo entre seres de los que tú no eres siquiera consciente.

Amigos míos, si ustedes supieran cuánto logran con su victoria, no sólo en lo que se refiere a ustedes y a su ambiente inmediato, sino en lo que toca a muchos espíritus también, realmente se esforzarían mucho más. Y no sólo los espíritus del mal son afectados por su victoria, sino también los espíritus errantes que no pertenecen a ningún lugar. Frecuentemente se hallan alrededor de ustedes y aprenden de su victoria de una manera mucho más directa que esos espíritus del mal. Así que cuando se conquistan, se convierten, de hecho, en parte vital del gran Plan de Salvación. Son entonces soldados activos en la batalla. Son soldados de primera línea. Y un soldado de primera línea necesita mejores armas, más fuerza y más protección que uno que no pelea o que está en la retaguardia. Las armas y la fortaleza les llegan del mundo espiritual de Dios en forma de guía, iluminación y reconocimiento.

Y ahora, queridos míos, me retiraré a mi mundo. Bendigo a cada uno de ustedes. Benditos sean sus seres queridos, benditos sean ustedes. Aprovechen la fuerza que ahora fluye a ustedes para que puedan resolver sus problemas con Dios, en Dios.

Dictada el 8 de noviembre de 1957.