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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 38. Imágenes

Saludos en el nombre del Señor. Bendita sea esta hora. Bendiciones para todos ustedes, mis queridos amigos.

La mayoría de ustedes ha hecho esfuerzos serios en su camino de desarrollo, y el mundo espiritual ha decidido que están listos para una medicina más fuerte. Así pues, llevaré este trabajo un paso más allá.

Llega un punto en el que su lucha en el Pathwork se vuelve un poco desalentadora. Han empezado a reconocer sus defectos; están llenos de buenas intenciones para superarlos; es posible incluso que hayan tenido éxito en una pequeña medida. Reconocen algunas de sus actitudes equivocadas, y desean cambiarlas con toda la fuerza de voluntad que tienen a su disposición. Sin embargo, deben enfrentarse al hecho de que la fuerza de voluntad exterior es insuficiente para hacer esto. No importa lo mucho que se esfuercen, parecen incapaces de hacer cambios, y se preguntan por qué. Como no conocen las causas detrás de esta incapacidad, suelen optar por darse completamente por vencidos, y se dicen que resulta inútil intentarlo. Y allí reside su error más grave.

Mis queridos amigos, es importante que se den cuenta de que en el curso de una vida, generalmente incluso en la primera niñez o infancia, todas las personalidades se forman ciertas impresiones debido a influencias ambientales o a experiencias repentinas e inesperadas. Estas impresiones o actitudes muchas veces toman la forma de conclusiones en el pensamiento de la persona. La mayor parte de las veces estas conclusiones son equivocadas. Ustedes ven y experimentan algo desafortunado, una de las inevitables dificultades de la vida, y luego hacen generalizaciones a partir de ella. Estas generalizaciones luego se establecen como ideas preconcebidas.

Estas conclusiones no se examinan; más bien son reacciones emocionales, actitudes generales hacia la vida. No están completamente desprovistas de cierta lógica, si bien son limitadas y erróneas. Al transcurrir los años, estas conclusiones y actitudes penetran más y más en el inconsciente. Desde allí, moldean la vida de todas las personas en cierta medida. Llamamos a cada conclusión “imagen”, ya que nosotros los espíritus vemos todo el proceso de pensamiento como una forma espiritual... o imagen.

Podrían ustedes alegar que las personas también pueden tener imágenes positivas y sanas grabadas en el alma. Eso casi no sucede porque, en ausencia de una imagen equivocada, todos los pensamientos y sentimientos son fluctuantes, dinámicos y relajados: Son flexibles. Todo el universo está bañado de un buen número de fuerzas divinas. Los pensamientos, los sentimientos y las actitudes que no están conectados con una imagen fluyen armoniosamente con las corrientes divinas, y se adaptan de manera espontánea a las necesidades inmediatas de ustedes. Pero las formas de los pensamientos y los sentimientos que emanan de las imágenes equivocadas son estáticas y están congestionadas. No “varían” de acuerdo son las circunstancias cambiantes. Por lo tanto, crean desorden. Las corrientes puras que fluyen a través de un alma humana se perturban y distorsionan. Se establece un corto circuito.

Esta es la manera que nosotros vemos las imágenes en el mundo espiritual. La manera en que ustedes las ven y las sienten es a través de la infelicidad, la angustia y el desconcierto por muchas cosas aparentemente inexplicables de su vida. Por ejemplo, su incapacidad de cambiar lo que desean cambiar, o ciertos tipos de eventos que parecen repetirse regularmente sin una razón obvia, son sólo dos ejemplos. Hay muchos más.

Las conclusiones equivocadas que forman una imagen se derivan de la ignorancia y el conocimiento a medias y, por lo tanto, no pueden permanecer en la mente consciente. Al crecer la personalidad, el conocimiento intelectual contradice el “conocimiento” emocional. Por lo tanto, ejercen presión sobre el conocimiento emocional hasta que éste desaparece de la conciencia. Cuanto más oculto está el conocimiento emocional, más poderosa se vuelve la imagen.

¿Cómo pueden saber que estas imágenes existen en ustedes? En primer lugar, su incapacidad para superar ciertos defectos, no importa cuánto deseen hacerlo, indica que existe una imagen. A veces he dicho que las personas están enamoradas de algunos de sus defectos. ¿Cómo y por qué los aman? Por la sencilla razón de que, de acuerdo con la imagen, ciertos defectos parecen necesarios como defensa, como medida protectora. Esto, desde luego, es un razonamiento inconsciente. El esfuerzo consciente por superar el defecto no rinde fruto porque las raíces de la imagen son inconscientes y todo el proceso interno de razonamiento está fuera del alcance del intelecto. Y así seguirá siendo hasta que se reconozca la imagen.

Otra indicación de la existencia de una imagen es la repetición de ciertos incidentes en la propia vida. Una imagen siempre forma una especie de pauta, ya sea una pauta conductual en respuesta a ciertas ocasiones, o eventos que parecen suceder sin que ustedes hagan nada para provocarlos. De hecho, es posible que de manera consciente deseen fervientemente lo contrario de su imagen. Pero el deseo consciente es el más débil de los dos impulsos, ya que el inconsciente siempre es más fuerte.

El inconsciente no se da cuenta de que su actitud prohíbe el deseo mismo que ustedes conscientemente expresan pero no pueden cumplir. El precio que pagan por su seudoprotección inconsciente es la frustración del deseo legítimo. Es muy importante que entiendan esto, amigos míos; es igualmente importante que comprendan que tanto las personas como los eventos pueden ser atraídos a una persona como si se tratara de un imán, a causa de estas imágenes internas. Puede ser difícil que vean esto, pero así es. El único remedio es que averigüen cuál es su imagen, de qué manera se formó y cuáles fueron sus conclusiones equivocadas.

Muchas veces no se dan cuenta de la pauta repetitiva en su vida, amigos míos. Pasan por alto lo obvio. Siguen suponiendo que ciertas ocurrencias se deben a la coincidencia, o que algún destino arbitrario los está poniendo a prueba, o que otras personas son responsables de sus repetidos contratiempos. Por lo tanto, prestan mucha más atención a las leves variaciones de cada incidente que al común denominador subyacente.

La mayoría de los psicólogos ha verificado este proceso. Pero lo que muchas veces no han visto es que las imágenes rara vez se forman en esta vida, no importa lo temprano que se inicien. La mayor parte del tiempo una imagen se traslada de una vida a otra. Por ello, ciertos incidentes no forman una imagen en las personas que están libres de un conflicto específico. Sin embargo, sí formarán una en el alma de la persona que ha traído ese conflicto a esta vida. Aunque es esencial encontrar la imagen y su origen en la vida presente para disolverla adecuadamente, hay casos en que el conocimiento de todos los hechos pertinentes sería muy útil para el terapeuta. En otras palabras, una imagen muchas veces puede tratarse con éxito sin el conocimiento de su origen en una vida anterior. Pero hay casos en que el conocimiento de las causas primeras sería invaluable.

En una conferencia anterior expliqué cómo se prepara a una entidad para la vida en la Tierra; cómo se elaboran los planes de lo que debe lograrse y superarse en la siguiente encarnación de acuerdo con las existencias previas; cómo se preparan los cuerpos sutiles que rodean al vehículo físico del ser encarnado para que los conflictos traigan a la superficie los problemas internos de la persona específica. Esta es la base sobre la cual se escogen las familias y otras circunstancias de la vida. Cuando una imagen se trae de vidas anteriores, la encarnación tiene lugar en un ambiente en que las provocaciones a esa imagen tenderán a ocurrir, tal vez en respuesta a imágenes similares en los padres u otros que rodeen al niño en desarrollo. Así es como la imagen saca a relucir un problema; y sólo si algo se convierte en un problema le prestará atención la persona en vez de desviar la mirada. Si la imagen se ignora, las cirunstancias serán mucho más difíciles en la siguiente vida en la Tierra, hasta que los conflictos se vuelvan tan agobiantes que ya no pueda culparse a los factores externos del dolor infligido por las conclusiones y conceptos equivocados de la imagen. Es entonces cuando la persona empieza a examinar su interior.

La única solución a los problemas de su vida es volver conscientes sus imágenes. Les puedo dar algunos consejos sobre cómo empezar, pero no podrán lograr esto totalmente por su cuenta. Necesitarán ayuda. Si es serio su deseo de encontrar y disolver las imágenes de su alma—ya que la vida no está exenta de problemas—entonces oren a Dios. El les brindará una mayor guía y los llevará a la persona apropiada con la que puedan cooperar en sus esfuerzos por encontrar sus imágenes.

Este trabajo exige, entre otras cosas, humildad, que, como todos sabemos, es un gran valor para su desarrollo espiritual. Aquellos que se muestran constantemente renuentes a trabajar con otra persona carecen de humildad, aunque sea en este único sentido. Quizás también tengan ustedes miedo de hacer frente a sus imágenes. ¡Pero ésta es una actitud muy miope, amigos míos! Es esta misma imagen la que les causa tantas dificultades, aunque inconscientemente no crean que es así. Inconscientemente están convencidos de que sus imágenes los protegen.

Permítanme darles un ejemplo muy primitivo: Un niño se ha dado un baño; el agua estaba hirviendo y por lo tanto se quemó. Este pequeño puede haber llegado a la conclusión de que bañarse es peligroso. Jamás se dará otro baño si puede evitarlo. De este concepto equivocado surgirán conflictos. Mientras sea pequeño, los padres obligarán al niño a bañarse, y cada vez que esto suceda él pasará por un sufrimiento inenarrable y bastante innecesario. Cuando sea mayor surgirán otros conflictos. La persona actuará de acuerdo a su conclusión interior, que ya no es consciente, o tal vez encuentre explicaciones más racionales. Pero la falta de limpieza creará conflictos nuevos: el rechazo de los demás pondrá en marcha una nueva reacción en cadena. O la persona reprime el conocimiento sobre el incidente de su niñez, pero se da cuenta intelectualmente de que su resistencia a bañarse es irrazonable. Se obligará a bañarse a pesar de su fuerte repugnancia emocional. Por lo tanto, desarrollará ciertos síntomas en relación con el baño que no podrá explicar. El misterio de semejantes reacciones “irrazonables” y la angustia conectada con ellas presentará dificultades que no podrán superarse hasta que se encuentre la imagen.

Ahora bien, éste es un ejemplo muy primitivo. La mayor parte del tiempo las reacciones emocionales son mucho más sutiles y complicadas. No puedo insistir demasiado en que ya no son conscientes del razonamiento original que hay detrás de sus conclusiones. Si se vieran frente a frente con el contenido de su alma, se reirían. Dirían que es enteramente falso, una fantasía descabellada. También es importante que entiendan que la reacción en cadena de las consecuencias que resultan de la impresión original crea contratiempos y dificultades. Les será más difícil entender estos últimos porque su inconsciente está convencido de que evitar ciertas acciones y reacciones los protegerá de las heridas de la vida.

Ahora bien, ¿cómo pueden encontrar sus imágenes personales? No tratando de cambiar los síntomas, cualesquiera que sean, sino trabajando con ellos. Estos síntomas incluyen su incapacidad de superar ciertos defectos y actitudes; su falta de control sobre ciertas pautas de su vida; y los miedos y resistencias en ocasiones específicos. Cuanto más se esfuercen por eliminar los síntomas sin haber entendido sus raíces, más se agotarán en esfuerzos inútiles. Los síntomas son meramente una parte del precio que pagan por sus conclusiones internas ignorantes.

Empiecen a buscar la imagen mirando su vida en retrospectiva y hallando todos los problemas. Anótenlos. Incluyan todo tipo de problemas. No pueden hacer esto a menos que se tomen la molestia de ponerlos concisamente por escrito. Si sólo piensan en ellos, no tendrán la visión de conjunto que es necesaria para la comparación.

El trabajo escrito es esencial. No es mucho pedir. No tienen que hacerlo en un día. Tómense su tiempo, aun si se tardan unos cuantos meses. Entonces, cuando tengan todos los problemas grandes y pequeños frente a sus ojos, incluso los más absurdos e insignificantes, empiecen a buscar el común denominador. En la mayor parte de los casos encontrarán un común denominador, y a veces más de uno.

No digo que una dificultad no pueda ocurrir sólo una vez en la vida, independientemente de cualquier imagen interna. Eso es posible. Esto se basa también en la ley de causa y efecto, como todo en el universo, pero podría no estar conectado con su imagen. Pero tengan cuidado, amigos míos. No dejen de lado superficialmente un suceso, suponiendo que no está conectado con su imagen personal sólo porque así parece a primera vista. Es muy posible, e incluso probable, que no haya sucesos inconexos en su vida. Todas las experiencias desagradables probablemente están conectadas con su imagen, por lo menos en alguna forma.

Tal vez no sea fácil encontrar el común denominador. Sólo después de que hayan identificado sin lugar a dudas su imagen estarán en posición de juzgar cuáles de sus experiencias, en su caso, tienen algo que ver con ella. Hasta entonces deben abstenerse de hacer juicios finales acerca de los eventos de su vida. En meditación, en una autoexploración seria, en la revisión de sus reacciones emocionales acerca del pasado y el presente, y a través de la oración, encontrarán, después de una búsqueda larga y ardua, el común denominador. Es el orgullo. Su voluntarismo dice: “No deseo el riesgo de la vida; no deseo el dolor de la vida; por lo tanto, saco esta conclusión que parece protegerme de ella”. En realidad, no es una protección, ya que les traerá el problema mismo del que tratan de escapar, pues no pueden engañar a la vida. Esta es la ley misericordiosa de Dios. De lo contrario jamás emergerían de la infelicidad de los planos más bajos y oscuros de la conciencia.

Sólo cuando empiecen a enfrentar sus propias conclusiones y miedos, y estén dispuestos a aceptar la vida tal como es, podrán sanar su alma. Un paso necesario en su desarrollo es renunciar a parte del voluntarismo que quiere negar la vida en su forma actual. Sólo entonces habrán adquirido la humildad de no desear protegerse de los riesgos y las penurias de la vida. Sus dificultades dejarán de ser necesarias una vez que puedan aceptarlas y cargar con ellas sin temor.

Es un buen principio revisar su vida, enumerando concisamente todas sus dificultades. Y luego pasen a buscar el común denominador. No le den la espalda a nada apresuradamente, aun si parece no estar conectado con sus problemas. Investiguen y podrían llevarse una sorpresa. Los sucesos aparentemente más inconexos frecuentemente resultan tener un solo común denominador. Cuando hayan descubierto eso, habrán dado un importante paso hacia adelante en su búsqueda, pues entonces tendrán una clave para encontrar la imagen. Pero el común denominador por si solo no es la clave de la imagen. Es una directriz importante, pero de ninguna manera abre la puerta que los hará entender más completamente su vida entera. A fin de llegar a la imagen misma, a todas las maneras tortuosas en las que se formó, y a fin de entender los procesos de sus reacciones cuando la formaron, tendrán que explorar su inconsciente más a fondo.

Hay varias maneras de hacer esto. Es imposible que lo hagan solos. Pero si empiezan de la forma en que he sugerido aquí y luego oran pidiendo guía, y están dispuestos a vencer su orgullo para poder ser abiertos con la persona a quien el mundo espiritual elija para que les ayude, entonces Dios los conducirá a una mayor victoria.

No permitan que los disuada su resistencia interna. Esa resistencia es tan errónea y miope como la imagen misma. De hecho, la misma cualidad que los hace resistirse es la que creó la imagen para empezar sin que ustedes lo supieran, y la que seguirá creando para ustedes una infelicidad inenarrable, contrarrestando sus deseos conscientes. Efectivamente, su resistencia hace que pierdan lo que podría ser legítimamente suyo. Así que tengan la sabiduría suficiente para ver a través de su resistencia y evaluarla por lo que es. No se dejen gobernar por ella. ¿Cómo pueden ser personas espirituales, desarrolladas y desapegadas en el sentido correcto, si siguen estando gobernados por sus fuerzas inconscientes y por las conclusiones erróneas e ignorantes que han formado dentro de ustedes una imagen tan dolorosa? Esta imagen es el único factor de su vida que es responsable de cada infelicidad. Nadie más que ustedes es responsable de sus imágenes. En cierto que no sabían lo que hacían cuando las formaron, pero ahora sí. Por lo tanto, ya están equipados para eliminar la fuente de su infelicidad.

Y por favor no digan: “¿Cómo puedo ser responsable de que otras personas se comporten de cierta manera conmigo una y otra vez?” Como lo dije antes, su imagen atrae estos sucesos a ustedes, tan inevitablemente como la noche le sigue al día. Es como un imán, una ley física, como la ley de gravedad. Sus imágenes influyen sobre la corriente universal que entra en la esfera de su vida personal de manera que deben producirse ciertos efectos.

Si no tienen ustedes el valor de explorar su inconsciente, enfrentar su imagen, disolverla y hacer así de ustedes personas nuevas, jamás serán libres en esta vida. Siempre estarán encadenados y atados. El precio de la libertad es el valor y la humildad de hacer frente a las cosas. Cuando hayan dado todos los pasos necesarios, la victoria de la libertad les traerá tanta alegría que nada podrá empañar su felicidad. Además, pueden estar seguros de que la imagen que no disuelvan en esta vida tendrá que disolverse en una vida futura.

No deben tomar esto como una amenaza, amigos míos. Es sólo una consecuencia lógica. Además, ¿cómo puede ser una amenaza algo que los libera de sus propias cadenas? No lo tomen así. Simplemente deben ver en forma realista que cuanto más pronto encuentren sus imágenes por su propia voluntad—y no porque éstas sigan torciéndose de modo que la existencia se torne insoportable—más fácil se volverá su vida. Pueden creer esto sin temor a equivocarse.

Podrían decir en ciertos momentos: “Todo esto de volver a encarnar con los mismos problemas puede ser pura especulación. Tal vez no haya otra vida después de todo. ¿Por qué debo tomarme tantas molestias ahora?” Pero yo les digo que deben emprender este trabajo por el bien de esta vida, ¡pues nunca es demasiado tarde y el esfuerzo vale la pena! Los años que les queden representarán un tipo diferente de vida: serán libres en vez de esclavos.

Incluso aquellos que ya no albergan dudas acerca de la realidad de la reencarnación deberían considerar esto como un incentivo adicional. De hecho, sería un excelente ejercicio de meditación pensar en cuál va a ser su próximo karma. Siempre se interesan mucho en saber cómo fueron sus encarnaciones anteriores. Podría ser incluso más benéfico que se interesaran en la siguiente. Con cierto conocimiento espiritual e intuición acerca de ustedes, podrán cosechar más beneficios.

Además, al encontrar su imagen, aun hasta cierto grado, podrían formarse una idea bastante exacta de lo que todavía tienen que realizar y de cómo podría ser su siguiente vida. Consideren qué condiciones necesitan para resolver sus conflictos a fin de cumplir su tarea de vida. Desde luego, su próxima existencia dependerá de su desarrollo durante el resto de esta vida también.

No olviden que la ley de causa y efecto o la ley del karma especifica que a las personas siempre se les da la oportunidad de resolver sus problemas en las circunstancias más fáciles posible. Cuando en circunstancias fáciles no se hace acopio de suficiente valor y fuerza de voluntad, la vida que sigue necesariamente deberá ser un poco más difícil. Y si de nuevo no se reúnen el valor, la humildad y la fuerza de voluntad que se necesitan, la vida después será más difícil todavía. A final de cuentas, cuando las circunstancias se pongan realmente difíciles, se verán obligados a enfrentar sus problemas en vez de huir de ellos. Así que, por ley, su vida se torna cada vez más difícil. Violan la ley divina cuando se escapan de ustedes mismos en vez de encararse.

Esto también debería arrojar mayor claridad sobre un tema que se debate entre las personas interesadas en la vida espiritual. La gente no sabe bien cómo reaccionar ante las pruebas y las tribulaciones. Una escuela de pensamiento afirma que Dios no manda pruebas. Dios es amor; ¿cómo podría querer que fuéramos infelices? Esto es cierto, amigos míos. La otra escuela de pensamiento dice que es necesario que experimentemos pruebas y que, por lo tanto, son la voluntad de Dios. Cuando lleguen las pruebas, debemos aceptarlas con humildad y demostrar así que somos dignos de la misericordia y la dicha de Dios. Esto es igualmente correcto, amigos míos.

Pero la verdad completa está en el medio, o mejor dicho en una extensión de estos dos conceptos. Dios ha hecho leyes perfectas y les ha dado a Sus hijos libre albedrío. Si las leyes no pudieran violarse, no existiría el libre albedrío. La perfección de la ley es que el remedio a largo plazo es un efecto de estas mismas violaciones. Cuanto más tuercen estas leyes, consciente o inconscientemente, más actúan en contra de sus intereses, hasta que llegan a un punto en que no pueden torcerlas más y deben cambiar por fin la dirección de su voluntad. Sólo en Dios reside el infinito, y si eligen cualquier otra dirección a la larga deben volverse y buscar la unión con lo divino, porque sólo el apego estricto a lo divino puede ser infinito. La violación de cualquier cosa divina debe, por lo tanto, ser finita. No pueden torcer infinitamente la ley. Su violación de la ley divina llega por fin a un punto en el que automáticamente vuelven otra vez a trabajar para el bien.

Es muy cierto que aceptar una prueba con un espíritu de humildad y la actitud de: “Padre, hágase Tu voluntad” es lo correcto. Pero esto no es suficiente si quieren alcanzar un nivel más alto. Lo más elevado y lo mejor que pueden hacer es no sólo aceptar la prueba, sino también buscar sus imágenes.

Sus conclusiones equivocadas inconscientes son directamente responsables de las pruebas que experimentan en cualquier momento dado. Y a fin de encontrar sus imágenes, no pueden ser impacientes con ustedes mismos, ya que es absolutamente imposible encontrar, comprender y disolver una imagen en un tiempo breve. Se trata de un proceso larguísimo. E incluso después de que hayan entendido sus imágenes, la reeducación de sus emociones, durante largo tiempo condicionadas a seguir una distorsión, toma tiempo, esfuerzo y paciencia. Así que, como dice una escuela de pensamiento, la paciencia y la humildad son absolutamente necesarias. Pueden rebelarse contra la infelicidad, pero cuando entienden que ustedes, no Dios y el destino, tienen la culpa, pueden volver su rebelión contra ustedes y entonces se sentirán impacientes consigo mismos. Con estas corrientes, jamás lograrán encontrar y disolver su imagen. Deben estar en un estado anímico relajado. Pueden alcanzar este estado anímico si entienden y aceptan la duración de la búsqueda. Una vez que acepten su incapacidad de volverse perfectos rápidamente, aceptan con humildad también la infelicidad temporal.

Hay una enorme diferencia entre resignarse a la infelicidad sin entender por qué, y el camino que les he enseñado aquí: la aceptación. Aceptar las pruebas sin entender sus raíces subyacentes, pero de todos modos con un espíritu de devoción, ya es mucho para algunas personas. Esta actitud también nos condiciona para tener la paciencia y la humildad que son tan necesarias para hacer el trabajo cuando estén listos para él. Es ciertamente más sano para el alma no rebelarse contra Dios y la creación. Sin embargo, la última, la mejor y la más elevada etapa de este plano terrenal es el enfoque que yo he esbozado aquí, amigos míos. La purificación no es barata, y sería, en efecto, barata, si todo lo que entrañara fuera una mera lista de defectos e intentos de superarlos.

La purificación es más que eso. No pueden purificarse a menos que entiendan y controlen su propio inconsciente. Y esa es una jornada larga. Sin embargo, recibirán ayuda si están dispuestos a embarcarse en este viaje. Y deben entender que están haciendo este trabajo por Dios y por ustedes mismos. Lo que Dios quiere para ustedes necesariamente es su propio beneficio, así que en realidad no están haciendo un sacrificio a Dios, ¡ya que Él y ustedes, en su verdadera faceta, son uno! ¡Piensen en eso, amigos míos!

Algunas personas son tan egoístas que no quieren hacer nada por Dios que los incomode. Al mismo tiempo, son lo suficientemente ciegos para creer que lo que Dios quiere para ellos va en contra de su propia felicidad. Otros están dispuestos a sacrificar cualquier cosa por Dios, aunque sin entender sus imágenes nunca tendrán éxito. Cuanta más felicidad se desprenda de sus sacrificios, peor será la culpa que sientan hasta que conciban la verdadera felicidad interna. Esta culpa siempre es una torsión de las emociones y se conecta con la imagen. En realidad, la verdadera felicidad no puede llegar antes de que se entiendan y se disuelvan la imagen y la culpa. Pero en su estado anímico actual, estas personas se sienten muy heroicas si su culpa se mezcla con su devoción.

Y ahora, queridos míos, estoy listo para sus preguntas.

PREGUNTA: Dos veces mencionó usted esta noche la fuerza de voluntad y el valor. ¿Las baterías de ambas se recargan con la oración?

RESPUESTA: ¡Naturalmente! Si oran específicamente para tener fuerza de voluntad y valor con un buen propósito, como expliqué en esta conferencia, la oración será respondida. Si oran para tener otra cosa, tendrán otra cosa, siempre que sea algo bueno y acorde con la ley. Es importantísimo que sepan para qué orar en cualquier etapa dada de su desarrollo. Las personas rara vez se dan cuenta de que deben orar para progresar. A menudo no les resulta claro qué necesitan más en fases específicas de su desarrollo. Pueden hacer énfasis en algo que es menos importante ahora que hace dos meses. Sus necesidades pueden haber cambiado.

Como dijo Jesucristo: “Llamen y se les abrirá”. El llamado simboliza estar lo suficientemente alerta e interesado para descubrir lo que necesitan más en diversas etapas de su Pathwork. Este último cambia constantemente. Y por supuesto que no pueden orar con igual concentración en todo al mismo tiempo.

PREGUNTA: ¿Son todas nuestras limitaciones resultado de la imagen?

RESPUESTA: La mayoría lo son, pero no todas. Siempre tendrán limitaciones, mientras sigan aún en el ciclo de las encarnaciones y mientras no hayan alcanzado el estado de divinidad. No pueden ser genios universales. Las limitaciones en una escala más amplia no tienen nada que ver con sus imágenes. Pero si se topan con limitaciones a sus talentos y no pueden aprovecharlos suficientemente, entonces ciertamente eso tiene algo que ver con sus imágenes.

Me voy a retirar ahora con bendiciones de una clase especial que llegan a cada uno de ustedes, queridos míos. Es la bendición del valor que todos ustedes necesitan tanto. Y les ruego que la usen de la manera correcta. Si abren su corazón y su alma a la fuerza que fluye a cada uno de ustedes, sentirán valor. Y si conservan esa fuerza, pueden hacer que les dure un tiempo. Pero úsenla allí donde les haga el mayor bien. ¡No la usen para cosas no esenciales! Depende de ustedes cómo usar esta fuerza. La reciben y tienen el libre albedrío de abrirse a ella. Deberían saber qué hacer con ella. Será una prueba de cómo usan la fuerza si la aceptan ahora de buen grado.

El amor de Dios los toca a todos ustedes, queridos míos. Queden en paz; queden con Dios.

Dictada el 24 de octubre de 1958.