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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 49. Preguntas y respuestas

Saludos en el nombre de Dios. Les traigo bendiciones, mis muy queridos amigos, bendita sea esta hora.

Hemos planeado una sesión de preguntas y respuestas para esta noche, pero primero tengo algo que decirles, amigos míos. Precisamente ahora, en este tiempo simbólico, se han formado dos grupos nuevos, y me gustaría decir unas palabras sobre ese tema. Incluso los que no participan en el trabajo grupal pueden sacar algún provecho de mis palabras.

El mundo de Dios los acompaña en este esfuerzo suyo. Estamos con ustedes con toda nuestra protección y guía. Sin embargo, puede haber ocasiones en que los dejemos solos, en que no interfiramos, pues de lo contrario, no podrían aprender. Un niño no puede aprender a caminar a menos que se haya caído y tropezado unas cuantas veces. Lo mismo sucede con el crecimiento espiritual y emocional. Dejen que las fricciones y las irritaciones sean una lección para ustedes. A veces son inevitables y pueden ser una gran prueba para todos los involucrados. Su actitud hacia un desacuerdo o cualquier tipo de trastorno determina su progreso. ¿Se van a dejar llevar por su vanidad, en una actitud de fariseísmo? ¿Debe triunfar su pequeño ego? ¿O aceptarán lo que les llegue y aprenderán de ello a volverse hacia dentro, para ver qué pueden aprender en vez de cuán equivocada está la otra persona, olvidando su propia herida pequeña y la aparente injusticia? Esa será la vara de medir, amigos míos. De esa manera honrarán la gracia de esta comunicación y preservarán las enseñanzas en su pureza. Jamás olviden estas palabras. Lo único que pueden hacer, la única manera de cumplir con el deber mayor, más allá de ustedes, es aprender y crecer y tomar todo lo que ocurra en su vida, los asuntos pequeños y los grandes, y considerarlos desde este punto de vista. Si aprenden a hacer eso, ninguno de ustedes, en lo individual y como grupo, fracasará jamás.

Aquellos de ustedes que simplemente vienen a estas conferencias pero no participan en el trabajo grupal pueden observar lo mismo en su vida diaria. Ustedes también pueden ayudar a construir este maravilloso templo y contribuir a este trabajo aprendiendo de las fricciones de su vida diaria. Hagan eso, amigos míos, y tendrán paz; verán la luz al final del túnel en el que se encuentren en cualquier momento dado.

Con estas palabras los bendigo a todos ustedes en este día simbólico. Y ahora, queridos míos, responderé sus preguntas.

PREGUNTA: La primera es de alguien que no está aquí. Tiene que ver con el Espíritu Santo. Dice así: ¿Puedo preguntar cuál es el sentido cósmico y el significado humano que se le atribuye al poder del Espíritu Santo? En algunas religiones y filosofías se considera que el Espíritu Santo es un futuro líder y mensajero de la Humanidad. ¿En nuestra vida y en nuestro trabajo podemos o debemos ser tan devotos del Espíritu Santo y ser ayudados por él como debemos ser devotos de Jesús y ser ayudados por él?

RESPUESTA: Ya sea que el Espíritu Santo esté representado en algunas enseñanzas como parte de la Trinidad; ya sea que esté representado como un cuerpo completo del mundo divino que comprende a todos los espíritus santos o purificados; o ya sea que el Espíritu Santo se interprete como la chispa divina que tienen todos los seres vivos—y las tres interpretaciones son correctas, sin que se anulen entre sí—lo esencial es que su devoción a Dios y a Cristo, que ha hecho un trabajo tan importante en todo el Plan de Salvación, sólo pueden determinarla hallando al Espíritu Santo dentro de ustedes. Todo el tiempo les he estado enseñando cómo se hace esto. No hay otro modo más que penetrando su propia oscuridad y sus obstrucciones. Me temo que tengo que repetir una y otra vez: Siempre que los seres humanos tratan de buscar la salvación y la unión con Dios, con lo divino, por medios externos, mediante teorías religiosas o interpretaciones teológicas—forzándose así a vivir bajo dogmas mal entendidos—, viven en el error. Algo está mal. La única manera de que encuentren la respuesta verdadera es penetrando sus propios bloqueos, venciendo su resistencia, conociéndose en los niveles más profundos de su personalidad. Sólo entonces conocerán el significado de Dios. Entonces lo encontrarán, encontrarán la unión con Él. Entonces sabrán lo que Cristo significa. Entonces se manifestará su propio Espíritu Santo, por lo menos ocasionalmente. Esta es la única manera veraz en que puedo responder esta pregunta.

Si algo en mis respuestas no les queda muy claro, los invito a que me lo digan antes de pasar a otro tema.

PREGUNTA: ¿Sería tan amable de darnos algunas ideas sobre el tema de la esclavitud emocional, especialmente sobre cómo empezar a buscarla en el trabajo de imágenes?

RESPUESTA: No hay sólo una explicación de esto, sino tantas como hay personalidades humanas. ¿Cuál es la suma total de la personalidad humana? Hay muchos factores involucrados: el temperamento, el carácter, la manera en que las diversas fuerzas universales trabajan en proporción, el desarrollo general, el desarrollo específico de ciertas tendencias. De todos estos factores han surgido las circunstancias de esta vida y también de vidas anteriores. Todos ellos, más factores adicionales, desempeñan un papel. Pero déjame tratar de encontrar, brevemente, un común denominador.

Un factor inevitable en la esclavitud es el miedo. Como bien sabes, el miedo sólo puede surgir del voluntarismo y del orgullo. Esto puede parecer una sobresimplificación, pero este punto de vista quizás empiece a aclarar las cosas a una persona que tenga una inclinación a la esclavitud.

El niño en crecimiento lucha por alcanzar el amor, pero podría no recibir tanto como desea; o tal vez reciba un tipo diferente, un tipo imperfecto de amor que lo deja insatisfecho. Ahora bien, si la corriente del voluntarismo entra en ciertos canales, subconscientemente la persona podría pensar: “Debo tener amor; deseo el amor, pero mi experiencia me ha mostrado que en realidad no puedo obtenerlo; o más bien, puedo obtenerlo sólo sometiéndome a ciertas cosas que no me gustan”. En un nivel primitivo, esto sucede cuando un niño tiene que obedecer y hacer ciertas cosas que no desea hacer. En parte tiene que ceder porque la autoridad es más fuerte, pero en parte cede porque no quiere perder el derecho al amor que ansía. Estas corrientes contradictorias, o aparentemente contradictorias—el deseo de tener amor y el miedo de perderlo o de no obtenerlo—ejercen una presión sobre las emociones y crean este conflicto. Más específicamente, crea en ciertos temperamentos la tendencia a esclavizarse.

Desde luego, muchas otras cosas desempeñan un papel también. Pero no podemos entrar en todo esto en una discusión general. Existen muchas posibilidades. Tal vez en un grado muy pequeño, cualquier ser humano no purificado tenga un poco de esta tendencia. Sólo piensa en lo importante que es para ti estar en buenos términos con alguien que te sea importante, o ser aprobado por las personas a las que amas. En el momento en que hay un deseo demasiado fuerte, o la incapacidad de renunciar al deseo, actúas por miedo y por una presión que equivale a una compulsión. Esto puede no ser siempre lo suficientemente fuerte para llamarse esclavitud. Sin embargo, en principio, es lo mismo porque puedes serte infiel de pequeñas maneras. Si la necesidad y el deseo de tener amor son más fuertes que los de ser fiel a ti mismo, entonces opera el principio de esclavitud.

Mi consejo a cualquiera que esté en este Pathwork es que busque dicha corriente, aunque no exista una esclavitud obvia. Descubrirán que muchas personas que aparentemente no están en una situación de esclavitud, que parecen más bien ser muy insumisas, muy rebeldes, se portan de una manera tan contundente sólo porque en lo más profundo de su ser tienen miedo de este problema mismo. Al actuar de una aparente manera contraria creen que se salvan de la esclavitud. Cuanto más sanos sean emocionalmente, menos tendrán que aparentar que son independientes. Cuanto más miedo básico tenga uno de la esclavitud y luche contra ella, más cerca está de la franca esclavitud.

Una cosa más: Siempre que exista una esclavitud—manifiesta o latente—debe de existir también cierta cantidad de masoquismo y sadismo. El masoquismo surge de la sumisión compulsiva a fin de obtener algo, como el amor o la aprobación. El sadismo es la consecuencia de detestar la propia sumisión y sentirse resentido por ella. Este resentimiento, desde luego, se proyecta a la otra persona involucrada, aunque muchas veces indirecta y subconscientemente. El resentimiento dirigido al propio ser es masoquismo. Es el mismo resentimiento; en el sadismo alcanza al otro ser, mientras que en el masoquismo se vuelve hacia el propio ser.

PREGUNTA: Se le dijo a alguien que tomar decisiones es necesario en la vida. Esta persona cree que esto sería voluntarismo y orgullo, y que uno tiene que esperar la voluntad de Dios.

RESPUESTA: La Humanidad siempre tiende a irse de un extremo al otro. Como uno sabe que un extremo es incorrecto, quiere creer que el otro es correcto. Esto sería mucho más fácil, y no habría nada que sopesar. La voluntad de Dios no se manifiesta tan fácilmente. Las leyes de Dios operan dentro del alma. Si las personas que son incapaces o que no están dispuestas a tomar decisiones esperan que Dios se encargue de sus decisiones por ellas, lo que ocurrirá no será lo que Dios ha decidido, sino el resultado de su propia debilidad, falta de voluntad o incapacidad para tomar decisiones. Es una falacia creer que se puede ir por la vida sin tomar decisiones. En realidad, toman una decisión cada vez que respiran. No tomar una decisión es una decisión también, aunque equivocada o desfavorable. La voluntad de Dios es que lleguen a ser maduros, independientes y responsables de sus decisiones. De ninguna manera sugiero que utilicen el voluntarismo. Las decisiones pueden ser impulsadas por el voluntarismo, pero no es necesario que así sea. Depende enteramente del motivo.

Quienquiera que interprete la toma de decisiones libre y madura como voluntarismo, debe hacerse las siguientes preguntas, o su terapeuta puede hacérselas: ¿Por qué sientes que Dios debe tomar decisiones por ti? ¿No te dio Dios libre albedrío? ¿No implica el libre albedrío convertirse en una persona adulta que puede tomar decisiones responsables personalmente? ¿Acaso la idea de que la voluntad de Dios no puede manifestarse si tomas decisiones no esconde el temor de ser responsable y de tal vez tener que culparte a ti mismo? ¿No es demasiado fácil no hacer nada y esperar que Dios dirija tu vida? ¿Realmente es la devoción a Dios lo que forma este concepto, o hay algo más oculto detrás de este punto de vista? Si esperas la decisión de Dios y las cosas resultan mal, ¿no es mucho más fácil decir que todo es culpa de Dios? Tal vez no pronuncies estas palabras ni siquiera en tus pensamientos, pero esto es lo que debes de sentir cuando te escondes detrás de esta falacia. Estas falacias muy a menudo se convierten en una falsa piedad. Lo que en tu opinión es una devoción obvia esconde algo completamente diferente.

No, amigos míos, es mucho más sano que digan: “Aun si ocasionalmente mis decisiones resultan mal, actúo lo mejor que puedo, tratando de considerar a todos los involucrados, tomando mis decisiones con el menor egotismo posible, pero con la premisa sana de que he de ser tomado en cuenta tanto como cualquier otro. Entiendo que soy un ser humano limitado y que, por lo tanto, es posible que cometa errores. Estoy dispuesto a pagar el precio de aprender de mis posibles errores. En realidad, si evito tomar decisiones sólo estoy tratando de librarme de pagar el precio de vivir”. Esto es sano. Es malsano si dejan que Dios tome decisiones por ustedes para que puedan ser absueltos de las consecuencias de ellas y de la responsabilidad que entraña tomarlas.

Tal renuncia a la responsabilidad—pues no es otra cosa—está tan mal como las acciones voluntariosas en las que uno actúa sin tomar en cuenta a otras personas. De hecho, no tomar decisiones con frecuencia producirá los mismos resultados que las decisiones desconsideradas, desatentas y egoístas que se toman sin pensar. Es un completo error creer que las decisiones independientes son necesariamente egoístas y voluntariosas, y es igualmente erróneo pensar que la negativa a tomar decisiones, bajo la máscara de “esperar la voluntad de Dios”, carece de egoísmo y voluntarismo. Puede ser mucho más voluntarioso, de una manera oculta, negarse a tomar decisiones; incluso puede ser deshonesto decir: “Es mi deseo que la voluntad de Dios decida por mí”. No digo que cuando una persona dice esto, la motivación sea necesariamente una deshonestidad básica. No hay negro o blanco. Los motivos de Dios siempre se mezclan con los equivocados o los enfermizos. Desde luego, un verdadero deseo de cumplir la voluntad de Dios puede coexistir con cierta cobardía y negativa a asumir la propia responsabilidad. Sólo señalo que es posible usar una verdad espiritual para racionalizar la debilidad y la enfermedad del alma.

PREGUNTA: ¿Tomar una decisión es una manifestación del libre albedrío o el resultado natural de la ley de causalidad?

RESPUESTA: Los humanos han sido dotados de libre albedrío, al contrario de los seres que todavía se hallan en un grado inferior de desarrollo, como los animales o las plantas. El libre albedrío implica la capacidad y la responsabilidad de tomar las propias decisiones. Ciertamente es aconsejable confiar en Dios y pedirle guía, y no tomar decisiones sin solicitar la ayuda divina. Cuando pides guía y esperas a que se manifieste por diversos canales, usando al mismo tiempo tu propio cerebro, tu decencia y tu responsabilidad, también estás usando tu libre albedrío. Pedir guía ya implica cierta flexibilidad, una ausencia de voluntarismo. Así que pide guía con humildad, sabiendo que no siempre puedes conocer las respuestas correctas, pero en el entendimiento de que eres responsable de tus decisiones, sean éstas acertadas o equivocadas. Es inevitable en la vida de todos los seres humanos tomar algunas decisiones equivocadas, pero ciertamente debes aprender de ellas. ¿Es eso muy difícil de entender?

PREGUNTA: Me temo que sí, pero quisiera tomarme un poco más de tiempo para pensar en ello. No entiendo si la ley de causalidad se extiende en algunos casos.

RESPUESTA: No, para nada. El libre albedrío opera dentro de la ley de causalidad.

PREGUNTA: Pero entonces uno no es libre… como efecto de una causa.

RESPUESTA: No. Tú pones tus propias causas en movimiento por medio de tus decisiones o la ausencia de ellas. La ley de causalidad o de causa y efecto no existe como una fuerza que no tiene nada que ver contigo. Por el contrario, existe más bien como un resultado del libre albedrío del individuo. Es producto de él.

Sugiero que retomes esta cuestión en tu discusión más tarde. Creo que la mayoría de mis amigos la entienden muy bien, así que una discusión puede ser clarificadora para ti. ¿O hay alguien más que no entienda esto? ¿No? Entonces retómalo después. Si persiste una falta de claridad, pregúntame de nuevo y trataré de arrojar más luz sobre el tema en un futuro. No obstante, si hay un bloqueo real, esto debe considerarse desde luego en el trabajo personal de imágenes. Entonces encontrarás en esta cuestión una clave importante de tus propios problemas.

PREGUNTA: ¿Qué sucede con los espíritus que no pertenecen al Plan de Salvación y están siendo preparados para la encarnación? ¿Son sometidos a esta separación con su consentimiento, sin su consentimiento, o de qué manera se les prepara?

RESPUESTA: Esto opera de acuerdo con los mismos principios. Siempre se les consulta y se les da primero la libertad de elegir. Juntos, consideran entonces qué puede significar esta elección, qué resultados puede producir desde el punto de vista que es importante, es decir, el desarrollo espiritual. Un espíritu desarrollado más sabio y elevado aconseja y señala ciertas cosas que el espíritu en cuestión tal vez no tenga todavía la visión general para ver. Como lo expliqué en la conferencia sobre este tema, en algunos casos se considera plenamente su propia elección porque es sabia. En otros casos, se les señala que su elección puede ser peligrosa. Se les muestra cómo y por qué. Entonces pueden aceptar el consejo o no aceptarlo. Con todo, su deseo se toma en cuenta. En otros casos, su elección es demasiado fácil y, por lo tanto, la vida venidera no les ofrecería ninguna oportunidad de crecer. De nuevo se les aconseja y se les muestra; y de nuevo pueden aceptar o no aceptar. Y en otros casos más debe negárseles francamente su elección porque es tan ciega y está tan alejada de la comprensión del propósito de la vida que se provocarían un gran daño a sí mismos y a otros si se hiciera caso de sus sugerencias. Además, en este último caso, se violaría la ley de causa y efecto y el libre albedrío. Deben permanecer dentro de los efectos que ellos mismos han provocado por medio de sus acciones y reacciones anteriores. Hay cierta libertad de acción en esto, pero es limitada. Un espíritu que ha adquirido cierta comprensión y visión, cierta conciencia de sí mismo, incluso antes de que sea parte del gran orden del mundo espiritual divino, hará su elección dentro del marco de sus propias causas. Si una entidad se niega tercamente a aceptar consejos, caerá naturalmente en los canales que ha preparado para sí mismo mediante su anterior libre albedrío. Entonces su voluntad parecerá limitada, pero esto es erróneo, ya que las limitaciones son el producto de su libre albedrío. En suma, el mismo principio rige para todos los espíritus, pertenezcan o no al Plan de Salvación. La diferencia es sólo que los primeros tomarán decisiones sabias para su vida desde el punto de vista de la realidad.

PREGUNTA: ¿Todos quieren encarnar?

RESPUESTA: No, no todos quieren.

PREGUNTA: ¿Tienen que encarnar de todas maneras?

RESPUESTA: Después de cierto tiempo, tienen que hacerlo. A veces se les aconseja que sería mejor hacerlo ahora y a veces aceptan el consejo. Si no lo aceptan, se les da más tiempo. Otros están muy ansiosos y desean encarnar demasiado rápidamente. También entonces se les aconseja al respecto y pueden aceptar o no el consejo. Sólo cuando su elección es demasiado obviamente contraria a la ley natural de causa y efecto son atraídos a encarnaciones casi como un ritmo de crecimiento que no se puede parar. Si un niño humano desea seguir siendo un niño en su cuerpo, no tendrá éxito. Tiene lugar un crecimiento natural. Lo mismo pasa a este respecto. Todas estas leyes, las leyes de la reencarnación así como cualesquiera otras leyes, siguen un proceso natural y no ocurren arbitrariamente ni por la fuerza. Están creadas con infinita sabiduría y previsión; no sólo se considera en estas leyes a la entidad individual en cuestión, sino que su propio cumplimiento de la ley es parte de la Gran Causa. Una cosa opera dentro de la otra, una jamás interfiere en la otra. Es difícil que la Humanidad entienda esto, amigos míos. El concepto es demasiado amplio para que lo entiendan bien.

Incidentalmente, mirando y conociendo a otro ser humano pueden a veces saber con mucha facilidad si esa persona estaba ansiosa por encarnar o si esto sucedió contra su miope voluntad… que no es contraria al libre albedrío. Las personas a las que no les gusta vivir, que luchan contra la vida, suelen ser las que no querían venir, las que habrían preferido permanecer en el mundo espiritual, donde las condiciones suelen ser más fáciles, pero la posibilidad de desarrollarse es mucho más lenta. Si el instinto de destrucción es fuerte, es producto de la fuerza antivida; si el instinto de vida es pequeño, si la voluntad de vivir es débil, pueden estar seguros de que la entidad no estaba ansiosa por encarnar porque no entendía ciertas cuestiones básicas. Por otra parte, en el caso de las personas cuya fuerza vital es poderosa, que tienen una perspectiva positiva de la vida, uno puede estar razonablemente seguro de que querían reencarnar, pero no lo hicieron antes de lo que les convenía. También es posible que una persona negativa y débil, con inclinaciones destructivas, haya encarnado antes de lo que le convenía. ¿Está claro? [Sí, gracias.]

PREGUNTA: La siguiente pregunta tiene que ver con el concepto del pecado en la sexualidad como lo señala la religión católica en el postulado de superar o conquistar el sexo. Esto también lo postulan algunas de las religiones orientales.

RESPUESTA: El impulso sexual en la personalidad infantil e inmadura es enteramente egocéntrico y egotista; está separado de la fuerza del amor y de la fuerza erótica que incluyen al otro ser, no como un instrumento necesario que ha de usarse, sino como una meta para la unidad. Todos ustedes saben que el egoísmo, el egocentrismo, es contrario a la ley divina. Como la Humanidad en su conjunto, incluso hoy—y mucho más en tiempos anteriores—estaba y está emocionalmente subdesarrollada, y como en muchas civilizaciones llegaron a existir imágenes colectivas como resultado de la inmadurez que decía que el sexo es pecaminoso, el impulso sexual se mantenía oculto. Nada que está oculto puede madurar. Como ya lo saben, lo mismo pasa con sus imágenes personales que son el resultado de conclusiones infantiles equivocadas: permanecen así porque se les mantiene ocultas en el subconsciente y, por ende, se paralizan en el alma. Como la personalidad inmadura y primitiva experimenta el impulso sexual de una manera completamente egoísta y separada, es “pecaminoso”, si quieren usar esta palabra. Y debido a esto, las personas tienen miedo de hacer frente a su sexualidad conscientemente, para que pueda madurar con el resto de la personalidad. Por lo tanto no pueden integrar la sexualidad con los sentimientos amorosos. Esto crea un círculo vicioso. Cuanto más se suprime la existencia de la sexualidad mediante el concepto de su pecaminosidad, menos puede madurar e integrarse con el amor. Siempre que se manifiesta, la persona se siente culpable y avergonzada, y trata, erróneamente, de arrancar la fuerza sexual. Es cierto que, en la forma en que la persona inmadura experimenta el sexo, éste es dañino debido a su egocentrismo y separación del amor. Pero el remedio no reside en arrancar una fuerza natural que no puede eliminarse no importa lo mucho que se trate de hacerlo; reside en el crecimiento maduro que lleva a la integración con el amor.

Ninguna fuerza, ningún principio como tal puede ser jamás malo o pecaminoso en sí. Siempre depende de si es egocéntrico, separado y carente de amor debido a la inmadurez emocional, o de si encuentra unión y se integra con el amor y la fuerza vital. Esto se aplica a todas las fuerzas, todas las emociones, todos los principios y todo lo que existe. Una vez que la Humanidad haya entendido esto—y ya empieza a hacerlo—las enseñanzas religiosas dejarán de sostener que el sexo como tal es pecaminoso. Desde luego, al carecer de un conocimiento más profundo, las religiones tenían que declarar que el sexo era pecaminoso porque la fuerza sexual cruda y a menudo peligrosa y muy destructiva se manifestaba de la manera equivocada en muchos individuos. Al observar esto, llegaron a la conclusión equivocada y escogieron el remedio equivocado. El extremo opuesto siempre es el remedio equivocado y está mucho más cerca del extremo que uno quiere evitar. La alternativa correcta es reconocer a la fuerza sexual como una realidad viviente que no puede arrancarse sin un grave daño a la personalidad humana—si acaso logra arrancarse—y darle una dirección correcta reconociendo su significado profundo. No es más acertado decir que el sexo es bueno o malo, correcto o incorrecto, que decir que la electricidad es buena o mala, correcta o incorrecta. Depende enteramente de cómo se le entienda, se le use y se le dirija.

Muchas personas entienden esto hoy. Pero me temo que muy pocas lo entienden tanto emocional como intelectualmente. Cuando accedan a los niveles más profundos de su subconsciente, descubrirán que sus sentimientos rara vez coinciden con su conocimiento intelectual de este tema. ¿Por qué no? Porque de niños mantuvieron oculto el impulso sexual infantil. Muchas veces se les hizo sentir lo malos que eran a este respecto, y por lo tanto se desarrolló dentro de ustedes el concepto de que el sexo era pecaminoso. Sus conclusiones equivocadas inconscientes, además de su culpa y su miedo, hicieron que su sexualidad siguiera siendo casi tan infantil como cuando eran niños.

PREGUNTA: ¿Nos puede explicar el significado espiritual del Viernes Santo?

RESPUESTA: El significado espiritual del Viernes Santo es que se echen sobre los propios hombros la cruz que han construido. ¿Qué significa eso? Que han producido circunstancias en su vida, en sus encarnaciones anteriores así como en esta vida, por medio de desviaciones tanto conscientes como inconscientes de la verdad y la ley divina. Esta es una carga pesada. Al cargar con su cruz dicen “sí” a la autorresponsabilidad y a su suerte. Mediante el simple acto de decir “sí” están listos para disolver esta cruz, para atravesar las dificultades, la “crucifixión”, con un espíritu lo más positivo y sano posible. Y cuando digo positivo, no quiero decir que nieguen la existencia de las dificultades, sino que las acepten sabiendo que las han producido. Son obra suya, ya sea que puedan ver esto, como lo ven en algunos casos, o no, como en otros. Al encontrar la causa en sus propias acciones y reacciones erróneas, cargan con su cruz. Ni se rebelan contra las dificultades tratando de convencerse de que un destino injusto ha caído sobre ustedes, ni se permiten abrazar una falsa piedad sufriendo las consecuencias de sus acciones, pensamientos o emociones equivocados, sin tratar de averiguar qué hay en ustedes que las causó, sino más bien creyendo que la voluntad de Dios es que simplemente sufran sin entender el origen de su sufrimiento. Sólo cargando con su cruz en este sentido renacerán en espíritu. De esa manera tendrá lugar su propia resurrección. Una vida nueva y libre llegará a ustedes cuando liberen sus fuerzas internas creativas y sanas que estarán bloqueadas mientras ignoren la causa de su sufrimiento, que reside dentro de ustedes. La liberación de toda la petrificación será posible cuando descubran que se han desviado de la verdad. Así fluirán a través de la fuerza vital que se convirtió en una fuerza destructiva cuando la usaron ignorantemente de la manera equivocada. Éste es el renacimiento y la resurrección que Jesucristo mostró en el acto simbólico que representó, aparte del significado espiritual que ya he explicado en relación con el Plan de Salvación. Todas las entidades individuales, crean o no en Cristo, tendrán que pasar por este proceso antes de que pueda llegarles la verdadera luz y liberación. La acción interna del alma es la misma que Jesús demostró en hecho externos. Pero aquí me gustaría hacer hincapié en que la crucifixión de Jesús no sólo tuvo lugar para demostrar simbólicamente lo que todos deben experimentar interiormente. Ya hablé del significado más grande de su vida y su muerte en todo el Plan de Salvación, y no tengo que repetirlo ahora.

PREGUNTA: En una de sus conferencias usted habló del lenguaje de imágenes que se usa en el mundo espiritual, y también dijo que es muy difícil traducirlo al lenguaje humano. Me pregunto si puede decirnos algo más sobre este lenguaje de imágenes para que lo entendamos. También me gustaría saber si usted entiende todos los idiomas humanos y si puede expresarse a través de un médium en cualquier idioma.

RESPUESTA: En lo que se refiere al lenguaje de imágenes del mundo espiritual, me temo que no me es posible transmitírselos. Si pudiera hacerlo, me resultaría mucho más fácil expresarme y se evitarían muchas malas interpretaciones de mis palabras. Así que no es posible que les dé una explicación de él. Los seres humanos simplemente no pueden entender este medio de comunicación mucho más amplio. Su propio lenguaje es sólo una parte pequeña del ámbito más amplio del lenguaje de imágenes. Es como si trataran de explicar el lenguaje humano a un animal.

En lo que atañe a mi conocimiento—o al de cualquier espíritu—del lenguaje humano, lo que tengo que decir es esto: No tengo que entender un idioma humano específico. Veo las formas de pensamiento en lenguaje de imágenes y trato de expresarlas en la lengua humana respectiva a través de la médium, utilizando sus órganos sensoriales así como su idioma. Por medio de los oídos de la médium escucho mientras me manifiesto, y a través de su boca y su conocimiento físico—el idioma, por ejemplo—me expreso.

El que yo pudiera expresarme en cualquier idioma, independientemente de que la médium conociera el idioma, depende del tipo de mediumnidad. Hay muchos tipos de mediumnidad de trance, hecho que en su mayor parte se ignora. Existe un tipo más directo y fuerte de mediumnidad desde el punto de vista de la manifestación física y la fenomenología; pertenece más a la categoría de fenómeno psíquico. A esta categoría pertenecen la materialización, la transfiguración, la voz directa y la transfiguración auditiva—hablar en un idioma que el médium desconoce—y algunos otros fenómenos parecidos. La transfiguración auditiva es a lo que se hace referencia en la Biblia como “hablar en lenguas”. Estos fenómenos necesitan una fuerza infinitamente mayor de parte del médium, así como de parte de los espíritus. Exigen un tipo completamente diferente de mediumnidad que la mediumnidad de trance ordinaria. Es muy difícil explicarles todas estas diversas variaciones y posibilidades. Tal vez en alguna oportunidad futura pueda darles un poco más de información sobre este tema, pero todavía es prematuro.

Con muy pocas excepciones, los espíritus más desarrollados no usan el tipo de mediumnidad más directo y fuerte, que pertenece a la categoría de fenómenos psíquicos en los que se usa una fuerza mucho más burda. Esta fuerza burda puede obtenerse más fácilmente de los espíritus que todavía están más cerca de la esfera terrestre. Sin embargo, estas manifestaciones también tienen su propósito y su uso. Sirven para abrir los ojos de los seres humanos a la existencia de otros mundos más allá del suyo. A través de esta percepción muchos pueden llegar a pensar de una manera un poco diferente de la vida. Pero una vez que se adquiere esta perspectiva diferente, es más útil estar en contacto con espíritus de un plano superior, que quizás no tengan el tipo de fuerza que se necesita para ofrecer “pruebas” espectaculares, pero que pueden darles beneficios diferentes de una naturaleza más elevada y más sutil. Incluso en lo que se refiere a estas “pruebas”, la cosa no es tan sencilla. Pueden abrir la puerta, pero eso sólo puede ser el principio de la adquisición de pruebas internas por medio de la iluminación y la certeza. Las pruebas externas nunca son suficientes. Además, sólo se puede probar algo a alguien que esté abierto y no tenga prejuicios. No importa qué “pruebas” espectaculares puedan presentarse aquí o allá, alguien que no quiera ver y cambiar su perspectiva jamás se convencerá, pase lo que pase, porque estamos lidiando aquí con un bloqueo interno que es mucho más difícil de eliminar que cualquier obstrucción externa. Por lo tanto, a nosotros, en el mundo de Dios, no nos interesa producir fenómenos. Nos interesa el desarrollo individual, pues ésta es la única clave de todo. Por lo tanto, elegimos la manera más sencilla, que es la menos ostentosa en lo que se refiere a los fenómenos. Así, normalmente nos abstenemos de manifestaciones como la “voz directa”, la materialización, etcétera.

PREGUNTA: Lo único que no entiendo es: Cuando usted habla a través de la médium, ¿traduce de su lenguaje de imágenes o piensa en ese momento en el idioma en que habla la médium?

RESPUESTA: Es una combinación de ambas cosas. Traduzco del lenguaje de imágenes y uso su proceso de pensamiento, en el que influyo a través de sus cuerpos sutiles. [Gracias.]

PREGUNTA: ¿Podría decirme, por favor, por qué me siento tan infeliz?

RESPUESTA: Querido mío, sería mucho mejor que habláramos de esto en tu sesión privada. Pero puedo decirte que tienes mucho miedo y resistencia a hacer ciertos reconocimientos. Hay un miedo injustificado al cambio. Pero no tengas miedo, mi querido amigo. Confía en la sabiduría de Dios, en la sabiduría de la naturaleza, y todo se acomodará. Sigue desarrollándote, encontrándote, y cree que cualquier cosa que suceda de acuerdo con las leyes de Dios no puede ser malo, ni dañino, ni desventajoso. Te lo ruego, piensa en esto, medita en ello. Si sigues trabajando verás que es exactamente como te lo digo aquí.

Incidentalmente, esto se aplica a muchas personas que están en el Pathwork. Tienen miedo del cambio. Si analizas esto, ¿a qué equivale? Significa que tus pensamientos equivocados, tus tendencias y actitudes erróneas, tus emociones distorsionadas que no te han traído nada más que sufrimiento, supuestamente son mejores para ti que la naturaleza de Dios. Las fuerzas de la naturaleza, cuando les permites operar a través de ti, son de hecho y en realidad las más sanadoras y armoniosas, las más dichosas y creativas que puedas imaginar.

Mis queridos amigos, antes de irme me gustaría recordarles mi sugerencia reciente de que, cuando tengan alguna fricción, traten de ser el abogado de la otra persona. Por desgracia, no he visto esto mucho. Sin embargo, ha habido muchas oportunidades para ello. ¿Por qué no lo intentan? Sería muy benéfico para ustedes que hicieran caso de mis palabras. No pierden nada al intentarlo. No corren ningún riesgo, salvo, tal vez, lastimar su pequeño ego y su pequeña vanidad. ¡Pero sólo perdiendo éstos pueden ser libres! Si, después de todo, aún no pueden hacerlo, lleven el tema a su trabajo personal. ¿Por qué se resisten? Debe de ser interesante averiguarlo. ¿En qué se basa la resistencia? Háganse estas preguntas. Pueden producir resultados fructíferos. Pueden mostrarles que en realidad no les gusta ver el punto de vista de la otra persona. Pueden mostrarles que les da cierta satisfacción estar en desarmonía. Pueden mostrarles lo involucrados que están con su orgullo y su ego y que, por lo tanto, no son ni la mitad de objetivos que les gusta pensar que son. Todo esto abrirá más panoramas. Así que, por lo menos, examínense para saber por qué no quieren ver los argumentos del otro. Ciertamente hay suficientes fricciones en su vida.

Y ahora, queridísimos amigos, que la luz de Cristo brille sobre ustedes; que aligere su alma y les ayude a hacer más llevadera su carga. No olviden jamás que su propia actitud hacia su carga es lo que determina su pesadez o su ligereza. Vayan en paz, queridos míos, sean benditos en su trabajo, en sus relaciones, en sus esfuerzos, en todo lo que tocan y hacen. Nuestro amor está constantemente con ustedes. ¡Queden con Dios!

Dictada el 27 de marzo de 1959.