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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 69. La insensatez de esperar resultados mientras se trabaja en el Pathwork. La realización o la supresión del deseo válido de ser amado

Saludos, mis muy queridos amigos. Bendiciones para cada uno de ustedes. Bendita sea esta hora. Con mucha alegría reanudamos el trabajo con ustedes en este camino de autorreconocimiento. Que el año venidero los haga avanzar unos pasos más. Que cada uno de ustedes encuentre guía donde más la necesite.

En primer lugar, me gustaría hablar de un tema sobre el cual algunos de mis amigos se hallan muy confusos; a saber, los resultados que su trabajo en este Pathwork deberían traerles. Muchos de mis amigos creen conscientemente o sienten vagamente que cuando han trabajado en sí mismos durante algunos meses o años, ya no deberían experimentar dificultades o problemas de vida. Esto es totalmente falso. Las cosas no son así. Es cierto que algunas manifestaciones exteriores de sus problemas internos hayan encontrado alivio hasta cierto grado. Sin embargo, es erróneo que midan su progreso observando si los altibajos de la vida siguen manifestándose para ustedes.

Examinemos este tema y arrojemos luz sobre la confusión. Es importante que todos ustedes entiendan por qué esta manera de medir su progreso es muy equivocada y puede resultar sumamente dañina.

Cuando nacen, siempre traen con ustedes sus conflictos básicos. Para cuando deciden trabajar en este camino de autorreconocimiento, generalmente ya han pasado unas cuantas décadas de su vida presente, durante las cuales estos problemas se han afianzado más en su alma. Así, han venido cargando sus problemas internos con ustedes no sólo durante décadas en esta vida, sino a lo largo de muchos siglos antes. Es tonto suponer que los pocos reconocimientos relativamente superficiales que han hecho basten para exentarlos de las tormentas ocasionales de la vida. Incluso un reconocimiento básico que hayan hecho en el breve tiempo que han estado en el Pathwork tendría que ligarse con muchas tendencias que no es posible que hayan reconocido. Todavía no saben cómo se conecta su vida con el cuadro básico del niño que llevan dentro. Por lo tanto, aún están bajo el dominio de su inconsciente, aun cuando hayan hecho un buen progreso. En ningún caso es el periodo de tiempo lo que determina cuánto progreso han hecho. Algunas personas pueden buscar y trabajar con una voluntad exterior fuerte, pero sus limitaciones internas inconscientes bloquean el verdadero progreso. Para ellas, unos cuantos años de trabajo aparentemente dedicado traerán menos resultados que unos cuantos meses de trabajo en el caso de una persona que no se resiste por dentro.

Cuando la psique está sólo medio dispuesta a permitirles que se enfrenten a sí mismos, ¿cómo pueden esperar un cambio real en su vida? Incluso los que están más dispuestos suelen tener limitaciones interiores que crean inconscientemente en un esfuerzo deliberado por evitar las percepciones reales. Se permiten ustedes llegar hasta cierto punto, y no más allá. Por lo tanto, ¿cómo sería posible que por medio de un esfuerzo comparativamente superficial su vida interior cambiara tanto que los problemas de fuera cesaran? Pese a algunas percepciones, todo el significado del mundo infantil que llevan dentro seguiría estando oculto. Su vida no podría cambiar porque sus reacciones emocionales todavía funcionan más o menos como antes.

Pero supongamos que algunos de ustedes, debido a un inconsciente particularmente flexible y dispuesto, han llegado al punto de encararse tan completamente como le es dado a un ser humano. En primer lugar, el proceso mismo de encararse sólo puede ser gradual. Nadie puede hacer frente a todo lo que lleva dentro en un lapso corto. Supongamos también que la persona ha logrado adquirir una visión comprehensiva y global del mundo interno de la ilusión. Ni ese reconocimiento basta para producir un cambio inmediato de manera que ningún infortunio llegue a la vida de esa persona. El reconocimiento y el cambio no son la misma cosa, aunque el primero es un requisito del segundo. Tal vez reconozcan finalmente con mucha claridad de qué manera tan irrazonable y poco realista reaccionan sus emociones; y esto es un gran paso adelante. Sin embargo, debido a hábitos de larga duración, las fuerzas de su alma están orientadas a funcionar en una dirección, de modo que se necesita un tiempo considerable y un reconocimiento constante de estas reacciones antes de que se cree un nuevo hábito. Sí, hasta cierto grado sí está ocurriendo un cambio muy gradual gracias al reconocimiento constante y honesto de las reacciones infantiles. Éste es un proceso tan sano y liberador que a veces también puede tener lugar un cambio exterior. Pero el cambio real está sucediendo por dentro, y esto es lo que cuenta.

El cambio interior se nota más por los cambios en sus reacciones a los problemas y dificultades. Esto empieza a suceder cuando han desaparecido todas las barreras internas que les impiden enfrentarse a sí mismos. Ya no les queda miedo para enfrentar cualquier cosa. Por lo tanto, han logrado, hasta cierto punto, cambiar algunas de sus reacciones emocionales. Y allí donde no han cambiado, ven claramente, y con cada observación adquieren una comprensión más profunda de por qué reaccionan inmaduramente. Ven con claridad cada vez mayor cuáles son las suposiciones equivocadas, y cuál debe ser, o será un día, en teoría, la reacción correcta. Incluso entonces, la vida continúa, y ocasionalmente los envuelve en sus nubes. Pero estas nubes ya no tendrán el poder de derrumbarlos, de disgustarlos excesivamente, de volverlos temerosos y preocupados.

Gradualmente, poco a poco, dejarán de tener miedo en los tiempos de las sombras. Primero, afrontarán estos tiempos con un espíritu de valentía y con una actitud constructiva hacia lo que pueden aprender. Y cada vez, cuando aprendan una lección importante acerca de ustedes mismos, saldrán de la sombra hacia la luz como personas más fuertes y más libres, como seres humanos más felices y serenos. Llegará el tiempo en que lo que consideran una dificultad dejará de serlo para ustedes. Esa es la única manera en que aprenderán a dominar su vida y a ustedes mismos. Si los problemas dejaran de existir, jamás podrían en realidad perderles el miedo, ya que seguirían preocupándose y temiendo que algún día regresaran. Pero cuando hayan dominado los problemas de la vida, éstos ya no representarán una amenaza para ustedes.

Esa es la realidad, amigos míos. Imaginar que sólo porque han hecho una parte menor del trabajo que tiene que hacerse, porque han reconocido una parte pequeña de lo que necesita reconocerse, tan sólo por eso los problemas, las enfermedades, las preocupaciones, las fricciones y otras dificultades simplemente dejarán de existir es, por decir lo menos, poco realista e infantil. La única manera en que pueden medir su progreso es por las reacciones a los problemas que la vida inevitablemente trae consigo, y también por lo que ganan cada vez, por cuánto crecen después de cada contratiempo, y si éste atañe a un problema grande e importante o más bien insignificante que, no obstante, una vez tenía el poder de alterarlos desproporcionadamente. Su única vara de medir de su progreso es su reacción, y no si los tiempos turbulentos siguen existiendo en su vida.

Por lo tanto, es sumamente difícil que otras personas, no importa lo bien que los conozcan, determinen su progreso. A veces puede ser evidente que uno reaccione a los altibajos de la vida de una manera más serena y constructiva que antes. Pero hasta eso puede ser engañoso, ya que las personas suelen ser muy astutas hasta para engañarse. Suprimen la reacción real, mientras que en la superficie prevalece la seudocalma. Sólo lo que realmente sienten puede ser la vara de medir. La confirmación exterior no puede ser el factor determinante.

Si las leyes cósmicas se hicieran tal como ustedes quieren imaginarlas; es decir, que los problemas desaparecerían, ¿cómo sabrían que están por encima de las dificultades, que las han dominado? Los problemas sólo pueden cesar después de un largo periodo, disminuyendo gradualmente en fuerza a medida que aprenden de ellos y entienden sus motivos. Dense cuenta de que ustedes los han provocado, no importa lo remota que pueda parecer al principio la conexión. Al crecer su comprensión, cada contratiempo pierde más su oscuridad y terror, y así es como dominan sus contratiempos, a ustedes mismos y su vida.

Sólo un periodo comparativamente largo de trabajo, crecimiento y progreso disminuirá poco a poco las dificultades exteriores; si bien podría surgir ocasionalmente una gran crisis. No necesito decir que ni una crisis grande ni los trastornos cada vez más pequeños les llegan porque estén o no estén en el Pathwork. Son el resultado de sus reacciones equivocadas, tal vez del pasado, pero que se manifiestan apenas en un periodo posterior. La causa y el efecto no siempre operan instantáneamente, como ya lo saben todos ustedes. Muchas veces hay una reacción retardada. Sin embargo, hablando en general, la causa y el efecto operan más rápidamente cuando uno trabaja en el Pathwork. A veces puede suceder que uno se tope con la reacción retardada de una gran fuerza del pasado al mismo tiempo en que uno empieza el trabajo de autodescubrimiento, o poco después. Las leyes mediante las que opera el elemento del tiempo en la causa y el efecto es un tema diferente y muy complicado del que no nos ocuparemos en este momento. Sólo quiero decir que esta ley no opera con reglas generales estáticas, sino con leyes individuales del alma.

Así pues, amigos míos, cuando se dicen: “He trabajado tanto en este camino, y mira, tal o cual cosa todavía me sucede”, o cuando juzgan a otros, se trata de un concepto totalmente erróneo que necesita una revisión drástica. Estoy bastante seguro de que cuando piensen en mis palabras tan objetivamente como saben hacerlo, llegarán a ver que lo que les digo debe ser la verdad. No puede ser de otro modo y, aun así, tener sentido.

Estas palabras no deben desalentarlos, amigos míos. Es comprensible que muchas veces inicien el camino del autorreconocimiento porque están cansados de los problemas de la vida y esperan librarse de ellos de esta manera. Sin embargo, ¿están siendo muy honestos consigo mismos cuando esperan cambios importantes que les traigan la felicidad de afuera simplemente porque han hecho algunos pequeños esfuerzos? ¿No les parece más realista, y por lo tanto más confiable, partir de la premisa de que los grandes cambios que vienen de afuera sólo pueden producirse después de que han efectuado grandes cambios por dentro? Para lograr eso, sus esfuerzos deben estar directamente relacionados con el cambio que desean. Para determinar la relación entre el esfuerzo y el cambio deseado, necesitan ser totalmente honestos consigo mismos. Es fácil engañar al ser trasladando el énfasis del esfuerzo en otra dirección. Por ejemplo, algunas personas dedican mucho esfuerzo al trabajo que pueden hacer por otros. Aunque esto es bueno y encomiable y también rinde frutos, no tiene nada que ver con enfrentarse al ser. También es posible que alguien haga un gran esfuerzo exterior a fin de disfrazar su resistencia interna. Sólo la voluntad interior de enfrentarse y cambiarse determina el resultado. Para saber lo que su voluntad interior se esfuerza por alcanzar, o no se esfuerza, tienen que entrar en una meditación profunda.

La idea de que porque emprendieron el Pathwork sus dificultades cesarán es tan equivocada como la idea de que porque están en este camino experimentarán mayores dificultades. Ambos errores están representados por escuelas de pensamiento en su plano terrenal. La vida en sí es una escuela. El plan de estudios de esta escuela consta de las condiciones de su vida interna que se manifiestan afuera. Esto comprende las condiciones positivas y negativas. A veces es más difícil asimilar y absorber los resultados positivos de su vida interior. La existencia de su lado negativo y erróneo puede impedirles vivir al máximo lo mejor de su vida, así como lo peor. El cambio rítmico de la manifestación exterior de positiva a negativa, y luego al revés, alternándose en ciclos, se aplica a todos los seres humanos por igual, estén o no en cualquier tipo de camino, espiritual, psicológico u otro. Como dije antes, la única diferencia entre estos dos tipos de individuos es que la persona que busca en la dirección correcta aprenderá a enfocar de manera diferente tanto las manifestaciones positivas como las negativas. Sólo así, gradualmente, el buscador dominará y controlará el ser y también la vida. Este control proviene de adquirir una experiencia de vida más profunda y más significativa. Los cambios constantes entre “bueno” y “malo” revelarán un significado que pasará inadvertido por la persona que vive ignorantemente a este respecto. Así, en la medida en que progrese, el buscador y el trabajador del Pathwork experimentarán la esencia de la vida en una dimensión mayor.

La persona que se enfrenta a lo que lleva dentro empezará de este modo a experimentar la vida de una manera diferente. Pero la persona que no haga esto también aprenderá de la experiencia que la vida ofrece. La conciencia del significado de esta experiencia no llegará hasta más tarde; sin embargo, puede llegar en forma acumulativa, por decirlo así. Para ambos tipos los altibajos son igualmente necesarios. Son parte de la ley de causa y efecto, que se aplica a todos los seres por igual. De ahí que cualquier teoría que proclame que un poco de esfuerzo de trabajo espiritual y psicológico los exentará de los reveses de la vida o les traerá más dificultades que de otra manera no tendrían está totalmente equivocada.

Cuando tengan más claridad en este tema, ya no sentirán que es una injusticia que las personas subdesarrolladas y egoístas parezcan tener una vida fácil. Entenderán que simplemente atraviesan un periodo—que tal vez resulte ser largo esta vez—de manifestaciones exteriores favorables. Tampoco sentirán que es una injusticia que ustedes, u otros que están en este camino, tengan que atravesar dificultades, o que “el Pathwork no sirve” a pesar de “haberse esforzado tanto”.

No, amigos míos, no tienen ni más ni menos dificultades porque ahora estén en este camino. Las dificultades con las que ahora se tropiezan son el fruto de lo que sembraron hace algún tiempo con tendencias que siguen vivas dentro de ustedes, se den o no plena conciencia de su significado de gran alcance. Pero, en la medida en que son conscientes de su significado, les será más fácil sortear las dificultades, las manejarán más constructivamente y los fortalecerán en vez de debilitarlos.

Les repito, amigos míos, es muy necesario que revisen sus puntos de vista, conscientes o inconscientes, sobre este tema. Revísenlos de acuerdo con la verdad y no de acuerdo con su pensamiento fantasioso. Inconscientemente reclaman un máximo de cambio favorable en retribución por un mínimo de esfuerzo de autoconfrontación y de voluntad de cambiar y renunciar a tendencias y reacciones interiores obsoletas y dañinas. Cuando se den cuenta de esta injusta demanda que le hacen a Dios, y la cambien, verán que la ayuda que Él les brinda para encontrarse siempre es mayor que sus esfuerzos, una vez que real e incondicionalmente decidan hacerlo. Pero sus esfuerzos deben ser sinceros y trascendentes.

Si las dificultades de su vida llegaron a un clímax poco después de que empezaron su trabajo en este Pathwork, ello no sucedió porque acababan de empezar. Los problemas habrían surgido de todas maneras. Su psique, que es mucho más sabia y previsora que su mente consciente, sabía que este punto culminante iba a ocurrir pronto. El conocimiento de su psique los condujo a emprender este camino en este momento, de modo que estuvieran mejor equipados para lidiar con la culminación de sus desviaciones que finalmente se manifestaron abiertamente. Han elegido buscar porque la necesidad interior los jaló en esa dirección y trató de transmitirles: “Busca ahora. Emprende el camino para descubrir lo que todo esto significa, para que cuando llegue el momento puedas usar tu conocimiento de la manera más constructiva, en vez de sumirte más en la desesperación”.

En el camino de la autobúsqueda uno aprende no sólo a lidiar mejor con las dificultades, sino también con los tiempos felices. La persona que todavía está en la oscuridad y la ignorancia acerca de las verdades de la existencia humana y la importancia de la vida no maneja mejor los acontecimientos buenos que los malos. Ambos necesitan sabiduría, madurez y el conocimiento espiritual que da el verdadero incentivo para conocerse a sí mismos, para que su búsqueda pueda llevarse a cabo constructivamente.

¿Hay preguntas sobre este tema?

PREGUNTA: En un psicoanálisis exitoso, que es casi lo mismo que este trabajo, suele suceder que una persona se alivia de una úlcera o de otros males físicos. Asimismo, otros problemas emocionales pueden resolverse. Un matrimonio malo puede volverse bueno, y así por el estilo. Así que si uno ha trabajado bien, estas cosas suceden.

RESPUESTA: Oh, sí. No digo que esto no suceda. De hecho, deben tener lugar algunos cambios. Sí dije claramente que si logras producir un cambio interior, también ocurre el cambio exterior. Lo que quise transmitir es que existe una idea equivocada en muchos círculos de inclinación metafísica. Su medida del progreso espiritual es si ocurren o no contratiempos en su vida. Ciertamente pueden resolver problemas sobre la marcha, pero eso no significa que ya no tendrán problemas. Lo que trato de hacerles entender es que ni el valor del trabajo ni el valor de sus esfuerzos pueden determinarse por el hecho de que aún experimenten problemas, enfermedades u otras dificultades. Ese no es el criterio. El criterio es cómo reaccionan a los problemas.

PREGUNTA: ¿Puedo agregar algo? Creo que puede haber problemas viejos que persisten. Si lo hacen, ello es ciertamente una señal de que no ha tenido lugar un gran cambio. Por otra parte, puede uno resolver algunos problemas viejos y luego pueden surgir otros nuevos. Esto no significa que no se haya hecho progreso.

RESPUESTA: Eso es cierto, desde luego. Los problemas nuevos pueden tener una conexión indirecta con problemas viejos que fueron reconocidos y cambiados hasta cierto grado, pero sus efectos, de una diversidad infinita, podrían no haber sido descubiertos.

PREGUNTA: ¿Existe una conexión entre la enfermedad y el grado en que suelta uno su voluntarismo?

RESPUESTA: Desde luego, hay una conexión entre una mejor salud y el hecho de soltar la tensión interior que produce el voluntarismo. Cualquier desviación produce una tensión interna, ya sea el voluntarismo o cualquier otra conclusión equivocada o tendencia errónea. Pero a veces las desviaciones y las tensiones están tan arraigadas que no pueden volverse conscientes en toda su medida, por lo menos no por completo en esta encarnación. Pueden estar demasiado profundamente enraizadas y requerir un trabajo continuo después de esta vida. Cualquier cosa que se logre es una ventaja para ti. Es mejor avanzar por grados que desesperarte y darte por vencido, diciendo: “No puedo hacerlo todo en esta vida”. Tampoco es correcto decir: “Tendré tiempo después, así que no me preocuparé por esto ahora”. Cuanto más profunda es la tendencia dañina, más difícil se vuelve el trabajo”. También es concebible que uno alivie una tensión interna al máximo, pero la manifestación exterior ya ha progresado demasiado para aliviar toda la enfermedad. En un caso así, la enfermedad permanecerá, pero el sufrimiento físico y mental decrecerá en proporción al progreso interno de uno. Eso es lo que traté de comunicarte con mis palabras sobre este tema.

Es absolutamente posible que progreses lo más que puede esperarse, que tu voluntad interior funcione de la manera más constructiva, para que te enfrentes a ti mismo plenamente y luego cambies. Y sin embargo, la enfermedad u otros problemas tal vez se te presenten algún día, tal como les sucede a las demás personas. Esto puede ser el producto de un problema tan profundamente arraigado que todavía no has tenido la oportunidad de examinarlo. Pero podrás hacerlo cuando la manifestación ocurra.

Ahora, amigos míos, abordaremos un tema muy diferente.

El segundo tema que deseo examinar esta noche tiene que ver con los deseos creativos y legítimos que suelen suprimirse y los problemas que esto provoca. En la última conferencia, antes del receso del verano, presenté algunas ideas generales. Ahora quiero dar información específica que es universal y se aplica, al menos hasta cierto grado, a todos.

El deseo de ser amado existe en todas las almas humanas. Este deseo en sí no es sólo legítimo y sano, sino que también es creativo a su propia manera, o lleva al individuo a ser creativo. La falta de amor puede conducir a una parálisis de las fuerzas creativas del alma. A fin de satisfacer el anhelo del alma de ser amado, el humano suele tomar un derrotero equivocado. Esto se debe en parte a que el anhelo es inconsciente. Mientras no se le reconozca a la luz de la razón y la realidad, funciona fallidamente y, por lo tanto, crea frustraciones. Ahora bien, ¿por qué suele ser inconsciente este deseo? Examinemos primero la razón.

El deseo del niño de recibir amor es ilimitado, pero se le hace sentir que este deseo de amor exclusivo e ilimitado está mal; por lo tanto, se siente culpable de ello. Es cierto que el amor exclusivo e ilimitado es poco realista y que desearlo es inmaduro. La conclusión equivocada de esto reside en pensar que el deseo en sí de recibir amor está mal. La conclusión correcta sería sentir: “El tipo de amor que quise hasta ahora está mal; no puede ser. Pero tengo el derecho de anhelar que me amen. Esto puede suceder con la condición de que yo, de mi parte, aprenda a amar de la manera correcta y madura”.

Vemos así que el primer malentendido a este respecto es que el deseo de ser amado es algo de lo que hay que avergonzarse. De esta manera, el anhelo se entierra. Como está enterrado, se presentan muchos resultados y consecuencias desafortunados.

Ustedes pueden pensar: “En mi caso, este anhelo no está enterrado. Soy completamente consciente de él”. Tal vez efectivamente sean conscientes del anhelo hasta cierto grado. Pero aun así, son conscientes sólo en parte de la tristeza interna, del anhelo no satisfecho y de su lucha interior por tapar la tristeza y buscar tenazmente un sustituto del amor que les falta. Esta búsqueda tenaz los agota y provoca reacciones que frustran el fin mismo que desean alcanzar. Cada uno de ustedes, a su propia manera, necesita ver cómo se aplica esto a ustedes, cómo y dónde pueden vincular sus propios conflictos con esta lucha universal.

A pesar de su vergüenza por su anhelo de amor y su subsecuente supresión de él, no pueden silenciar por completo esta clamorosa voz. La voz está ahí, pero sólo puede expresarse de una manera tortuosa, que es la culpable de que no reciban el amor que anhelan. Pero todavía no saben eso. En lo más profundo de su ser creen: “Está mal que yo busque ser amado. No tengo derecho a ser amado, no soy digno de ello. Por eso no lo consigo”. Pero la voz que nunca puede acallarse sigue luchando a su propia manera errónea, con la misma actitud que seguramente los volverá menos dignos de amor. Si se decidieran a renunciar a esta manera equivocada de buscar, se darían cuenta de que su ser real puede ser y será amado. El círculo vicioso se rompería.

Ahora bien, ¿cuál es esta manera equivocada? Reemplazan el deseo de ser amados por el deseo de ser aprobados, de brillar, de ser mejor que otros, de impresionar a las personas, de ser importantes. De alguna manera esto parece menos vergonzoso. Así van por la vida constantemente ofreciendo pruebas de sus méritos. La sustitución puede adoptar varias otras formas. Tal vez las personas tengan que estar de acuerdo con ustedes, seguir su ejemplo, o, quizás tengan ustedes que demostrarles que están de acuerdo con ellas, que se amoldan a la opinión pública o a la opinión de ciertas personas, o a lo que creen que es su opinión… y eso no siempre es lo mismo. Todas estas cosas y muchas otras son meros sustitutos de su anhelo de ser amados.

La tendencia frecuente a amoldarse, a ser el “niño obediente”, es parte de este conflicto. Todo el tema de formarse opiniones propias—que ya examinamos—es también parte de este conflicto. Muchas personas manifiestan un poco de cada una de estas tendencias dentro de ciertos ambientes, o, con otro tipo de personas, otras tendencias afloran. Existen muchas más tendencias que sustituyen el anhelo de ser amado, pero no me es posible enumerarlas todas.

Dentro de ustedes la situación se ve así: No son conscientes del deseo original. Al principio ni siquiera se dan cuenta del deseo sustituto: la lucha por ofrecer pruebas de sus méritos. Tarde o temprano, en el curso de este trabajo, inevitablemente se volverán conscientes de que esta tendencia constante a buscar la aprobación existe en ustedes. Hasta ahora no saben qué oculta. Mis amigos que ya han alcanzado esta conciencia específica, o que están a punto de alcanzarla, descubrirán la utilidad de saber qué hay detrás de todo esto. La compulsión por demostrar algo existe en todo el mundo, sólo varía el grado. Mientras no entiendan la naturaleza de esta compulsión—después de comprobar su existencia en ustedes—no verán ninguna solución ni podrán renunciar a la lucha compulsiva. Pero con la ayuda de estas palabras buscarán en la dirección correcta, de modo que no sólo sepan en su intelecto que la tristeza de su insatisfacción existe, sino que también la sientan… y eso es bueno. Entonces se darán cuenta de que su lucha por la aprobación, por demostrar una cosa u otra, los vuelve egocéntricos, orgullosos, arrogantes, superiores; o bien enfermizamente sumisos, lo que los llevará a resentirse. Toda esta lucha contribuye poderosamente al resultado adverso de que la gente no los ame, mientras que podrían ser amados si se liberaran de toda la capa de sustitución. Si se permitieran sentir el anhelo original, sin temer la supuesta “humillación” y “debilidad” que implica este deseo, ni tener miedo de sentir una simple tristeza que jamás tendrá un efecto malsano en su alma, contribuirían grandemente a su propia satisfacción. Se darían cuenta de que no son ustedes quienes resultan insuficientes para ser amados, sino que el problema es la capa sustituta que urdieron artificialmente. Entonces no se abandonarán a la dañina autocompasión, sino que crecerán lo suficiente para desechar las tendencias que les impiden recibir lo que deberían.

Además, entenderán que su lucha es completamente inútil. Nada inauténtico podrá jamás producir éxito. Y una capa sobreimpuesta que oculta un deseo original nunca es genuina. Aun si lograran temporalmente obtener aquello por lo que luchan—admiración, aprobación, lo que sea—se sentirían insatisfechos y con un sabor amargo. Se sentirián decepcionados porque jamás lo obtendrían en el grado en que lo desean, porque no puede ser permanente ni puede provenir de tantos seres humanos como les gustaría. Pero, sobre todo, no pueden sentirse realizados porque no es lo que realmente desean. Su frustración y su infelicidad siempre tienen este conflicto en su raíz.

Ustedes luchan como si su vida dependiera de ello; y por dentro así es. Necesitan reconocer este conflicto antes de que puedan encontrar el deseo original de ser amados y la tristeza de que no lo son como podrían serlo. Piensen con cuánta frecuencia les sucede que sus emociones reaccionan desproporcionadamente cuando alguien no está de acuerdo con ustedes. Pero si están profundamente convencidos de que alguien los ama con todo su corazón y su bondad, y lo manifiesta con calidez y ternura, el desacuerdo no importa. Cada uno de ustedes podrá recordar casos así. Eso debería servir de prueba de que mis palabras también se aplican a ustedes.

Después de que reconozcan estas emociones en ustedes mismos, entenderán que están luchando por algo que realmente no desean y que jamás podrán obtener en forma proporcional a la desesperada intensidad de su lucha. Encuentren específicamente cómo esta lucha por demostrar algo, o exhibir sus méritos, de una manera u otra saca lo peor de ustedes. ¿Qué es ello exactamente? El reconocimiento será menos doloroso y mucho más liberador de lo que piensan, pues entonces entenderán la razón por la que no fueron amados tanto como lo deseaban y verán que no fue porque son como son, y no pueden evitarlo. Esto los alentará y los fortalecerá, y no lo contrario.

Para recapitular: En lo más profundo de su ser creen que no son dignos de amor, y tienen tanto miedo de enfrentar esto que oponen una firme resistencia a explorar más profundamente su alma. Para empezar, les parece una vergüenza mayúscula desear amor y no poder obtenerlo… que es lo que ustedes creen. Es mucho más fácil enfrentarse a sus defectos que descubrir la convicción inconsciente de que desean amor pero no pueden ser amados en la manera y en la medida de su deseo. Su psique sabe muy bien como distinguir entre el amor sano y maduro y el “amor” malsano, inmaduro, dependiente y débil, que no es un amor real de la manera en que su alma lo anhela. La psique descuenta el valor del segundo, pero no se da cuenta de que ustedes vuelven imposible recibir el amor maduro que anhelan cuando recurren al falso remedio de las sustituciones.

Esta vergüenza es tan grande que muchas veces es el abismo real que rehúyen. Es la culpable de muchos de sus conflictos y resistencias, así como de sus diversas fallas. Sin embargo, entrar en este abismo pronto resultará liberador, refrescante y vivificante, después de que hayan vencido su miedo y su vergüenza iniciales.

Sepan que el deseo de ser amado, en sí, es enteramente creativo, si se le despoja de la exclusividad y la unilateralidad infantiles. Sólo que la manera en que ustedes se conducen para hacer que este deseo se vuelva realidad es poco realista, malsana y dañina, no el deseo en sí.

¿Hay preguntas hasta aquí?

PREGUNTA: ¿Podría describir usted la manera correcta de conducirnos?

RESPUESTA: Sí. El primer paso es volverte consciente de que este deseo existe en ti, y en qué medida. Debes darte perfecta cuenta de hasta qué grado estás insatisfecho a este respecto. También debes ver muy claramente la sustitución. Tienes que experimentar las emociones que constantemente luchan por la aprobación. Tienes que tomar conciencia de la compulsión de demostrar lo que desees demostrar en cualquier momento dado. Cuando logres esta conciencia de ti mismo, no sólo unas cuantas veces, sino que puedas ver cómo todo este complejo de sentimientos opera constantemente en ti, podrás empezar a lidiar con él. Pero primero debes experimentar plenamente las reacciones cotidianas, las muchas maneras pequeñas y sutiles en que tus emociones se expresan. Concéntrate en este “afán de demostrar algo” en tu revisión diaria y tus autoobservaciones. Deben ser examinadas, analizadas y traídas a la conciencia más y más. Te sorprenderá lo grande que es la extensión de este conflicto, más allá de tus expectativas. Cada vez que observes estas reacciones dentro de ti, entenderás un poco mejor lo que hay detrás de ellas. Te preguntarás por qué te resulta tan importante exhibir tus méritos de esta manera o de otra. ¿Por qué debería importarte tanto que las personas admiren tu inteligencia, o tu éxito, o lo que sea que quieras exhibir? También detectarás esa pequeña tendencia sutil a amoldarte a los demás; descubrirás la debilidad encarnada en esta tendencia y empezarás a entender su causa. Debes explorar y experimentar en tus emociones todo eso. Inevitablemente encontrarás detrás de toda esta fachada tu deseo de ser amado.

Tal vez no necesariamente desees el amor de las personas cuya aprobación buscas; puede no haber un objeto de amor específico en tu vida. Pero el deseo de ser amado madura y correctamente persiste en ti, sumergido por tu lucha por ser aprobado, por demostrar tus méritos, por impresionar al mundo. Entonces entenderás por lo que realmente luchas. Y esa, hablando en términos amplios, es la primera fase importante en esta área de desarrollo y crecimiento. No puedo insistir demasiado en que el conocimiento intelectual de todo esto no significa nada. Tienes que experimentar tus emociones en esta dirección paso a paso.

Durante este proceso aprenderás a soltar la corriente de lucha para demostrar tus méritos. Tus emociones aprenderán a renunciar a la inútil y agotadora lucha interna en la que te entregas a un pasatiempo que no te brinda nada más que problemas. En la medida en que sueltes esta lucha experimentarás una liberación y una fuerza nuevas. Sentirás que te has despojado de una carga onerosa que ya no necesitas llevar a cuestas.

A medida que tu lucha por demostrar tus méritos disminuya, prepararás el camino para el amor real y maduro. Tu mente, en vías de maduración, te hará entender que el único tipo de amor que es amor es el que se te da libremente. Primero permitirás a otras personas no amarte si así lo deciden. Eso podría entristecerte, pero nunca te pondrá tenso, ni te hará compulsivo o intenso. Esta tristeza no dará cabida a la autocompasión, ni será difícil de sobrellevar. Por lo tanto, no te volverá un individuo desagradable. Por dentro, constantemente quieres forzar a otros a amarte. La cubierta exterior es la aprobación, pero en última instancia deseas forzar a la gente a amarte. Y el amor forzado no es amor. El niño que hay en ti no ve eso. Pero a medida que reconozcas estas corrientes, detectarás la corriente dentro de ti que dice muy claramente: “Debes amarme”. Las personas débiles con motivos malsanos propios podrían parecer ceder temporalmente y obedecer tu orden. Pero esta respuesta sólo puede dejarte vacío y decepcionado, ya que eso no es lo que realmente anhelas y no puedes tenerlo mientras la corriente forzante no se disuelva. Al alma fuerte y madura no se le puede obligar a someterse. Sólo funciona en libertad. Además, nunca respetarás en realidad a la persona que obedezca esta orden. Respetarás sólo a la persona que te ame libremente. No obstante, tendrás la oportunidad de experimentar este regalo sólo si no lo fuerzas. Jamás podrás experimentar el regalo del amor mientras la corriente forzante opere a escondidas de tu conciencia. Así pues, primero debes dar libertad a las personas permitiéndoles no amarte, si así lo deciden. Eso no significa que debas sentirte feliz por ello, pero enfréntate a la tristeza y ésta no te dañará. La recompensa será tremenda si alguien después te ofrece su amor libremente. Entenderás entonces que tú te habías estado negando la oportunidad de recibir el único amor verdadero y valioso que existe. Por favor, amigos míos, no me malentiendan. Cuando digo que fuerzan a otros a amarlos, no me refiero a ninguna acción consciente de su parte. Me refiero a sus emociones. Si traducen sus reacciones emocionales hacia las personas, verán que equivalen a eso.

Aprenderán a tener el gesto generoso de dar libertad a otros no sólo de equivocarse, o de estar en desacuerdo con ustedes, o de tener debilidades que a ustedes no les gusten, sino también de que no los amen. Si son conscientes de su deseo original, y luego de su frustración, y luego de lo que hacen en su frustración, y luego de la corriente forzante que existe en ustedes, verán claramente que sólo mediante este proceso renuncian al regalo del amor real… y no porque no sean lo suficientemente buenos. Entonces están en el sendero ascendente.

Que estas palabras sean el comienzo de una nueva fase en un nivel más profundo para cada uno de ustedes. Oren para pedir una comprensión más profunda de las palabras que les dirigí esta noche. Sean benditos en el nombre del Santísimo. Recorran con paz y con alegría su camino de liberación. Avancen hacia la madurez y la realidad con un espíritu alegre y paciente. Muchos serán los frutos del trabajo de este año para todos aquellos que perseveran en sus esfuerzos. Sean benditos, queden en paz, queden con Dios.

Dictada el 16 de septiembre de 1960.