Conferencia 100. Enfrentando el dolor de los patrones destructivos
Saludos, mis queridos amigos. Dios bendiga a cada uno de ustedes. Bendita sea esta hora.
La mayoría de mis amigos que trabajan en este camino se acercan a cierta área de sus problemas del alma donde se encuentran con el dolor. Para entender el significado de este dolor, me gustaría darles una visión general del proceso para disolverlo, y también para resolver sus problemas y conflictos interiores. Trataré de darles una visión comprensiva de todo el proceso. Esta comprensión les ayudará a resolver conflictos futuros y les permitirá lidiar con el área atribulada de su psique.
Primero, recapitulemos brevemente. Para empezar, el niño sufre las imperfecciones del amor y el afecto de sus padres. También sufre por no ser totalmente aceptado en su propia individualidad. Ustedes padecen esto, aunque tal vez nunca se den cuenta de ello en estos términos ni en pensamientos precisos. Esto puede dejar una cicatriz igual a la falta de amor o atención. Causa tanta frustración como la falta de amor, o incluso la crueldad.
El clima general en el que crecen los afecta como un choque menor constante que muchas veces deja una marca mayor que una sola experiencia impactante y traumática. Por eso, esta última suele ser más fácil de curar que la primera. El clima constante de no aceptación de su individualidad, así como la falta de amor y comprensión, causan lo que se llama neurosis. Ustedes aceptan este clima con naturalidad. Lo dan por sentado. Creen que así debe ser. No obstante, sufren a causa de él. La combinación del sufrimiento y la creencia de que es un hecho inalterable los condiciona a desarrollar defensas destructivas.
El dolor y la frustración con los que el niño no pudo lidiar se reprimen. Se sacan de la conciencia, pero siguen vivos en la mente inconsciente. Es entonces cuando las imágenes destructivas y los mecanismos de defensa empiezan a formarse. En el pasado hemos examinado los diversos mecanismos de defensa muy extensamente. Las imágenes que ustedes crean son mecanismos de defensa. A través de sus conclusiones equivocadas, ustedes buscan una manera de luchar contra las influencias poco gratas que han creado el dolor original. Las seudosoluciones son una manera de luchar contra el mundo, el dolor y todo lo que desean evitar.
Cuando su seudosolución es retraerse de sentir, de amar y de vivir, es una defensa contra ser heridos. Sólo después de una considerable percepción interior de ustedes mismos verán lo poco realista y miope que es este “remedio”. Querrán cambiar y preferirían el dolor a la autoenajenación de no sentir nada, o muy poco. Si prosiguen este trabajo y valerosamente atraviesan los periodos temporales de desaliento y resistencia, llegarán al punto en que esta concha dura se rompa y ya no estén muertos por dentro. Pero la primera reacción no será fácil. No puede serlo. Todas las emociones negativas reprimidas, así como el dolor reprimido, llegarán primero a la conciencia, y entonces les parecerá que su retraimiento era lo correcto. Sólo tirando hacia delante tendrán la recompensa de sentimientos buenos y constructivos. De esto hablaremos con mayor detalle un poco después.
Si su seudosolución es la sumisión, la debilidad, la impotencia y la dependencia como medio para tener alguien que los cuide—no necesariamente en el sentido material, sino emocional—, eso es igualmente miope e insatisfactorio como solución. La dependencia de los demás crea miedo e impotencia. Además, disminuye su falta de creencia en ustedes mismos. Así como la solución de retraerse los hace sentir muertos por dentro y les roba todo el significado de la vida, así también la solución de someterse les roba su independencia y su fuerza; crea el mismo aislamiento, aunque a través de un camino interior diferente. Originalmente deseaban evitar el dolor consiguiéndose una persona fuerte que los cuidara. En realidad se infligen más dolor porque nunca podrán encontrar a una persona así. Esa persona deben ser ustedes mismos.
Volviéndose deliberadamente débiles, ejercen la tiranía más fuerte sobre otros. No hay peor tiranía que aquella que una persona débil ejerce sobre la más fuerte, o sobre todo su ambiente. Es como si esa persona dijera constantemente: “Soy tan débil. Tienes que ayudarme. Estoy totalmente indefenso. Eres responsable de mí. Los errores que cometo no cuentan porque no sé cómo hacer las cosas mejor. No puedo evitarlo. Siempre debes complacerme y permitirme salirme con la mía en todos los sentidos. No puedes esperar que sea totalmente responsable de mis acciones u omisiones, de mis pensamientos y sentimientos o la ausencia de ellos. Puedo fallar porque soy débil. Tú eres fuerte; por lo tanto, debes entender todo. No puedes fallar porque tus fallas me afectarían”. La lástima que siente por sí mismo, la autoindulgencia y la pereza del débil impone demandas estrictas a sus congéneres. Esto se vuelve evidente si las expectativas tácitas, el significado de las reacciones emocionales, se investigan y luego se interpretan en un pensamiento conciso.
Es falaz pensar que la persona débil es inofensiva y lastima a otros menos que la persona francamente dominante y agresiva. Todas las seudosoluciones traen un dolor inenarrable al ser, así como a otros. Al retraerse, rechazan a otros y les niegan el amor que quieren darles y que ellos quieren recibir de ustedes. Al someterse, no aman, sino simplemente esperan ser amados. No ven que otros, también, tienen sus vulnerabilidades, debilidades y necesidades. Rechazan esa parte de su naturaleza humana, y por ende los lastiman. Mediante la solución agresiva, alejan a las personas y las hieren abiertamente con su falsa superioridad. En todos los casos, lastiman a otros y, así, se infligen otra herida más a ustedes mismos. El dolor que infligen inevitablemente trae consecuencias, y, así, las seudosoluciones, cuyo objetivo era eliminar el dolor original, sólo les traen más dolor.
Todas las seudosoluciones, además de varios otros aspectos, se incorporan a su imagen idealizada de sí mismos. Como la naturaleza de la imagen idealizada es el autoengrandecimiento, éste los separa de otros. Como su naturaleza es la separación, los aísla y los vuelve solitarios, y también a aquellos que tratan con ustedes. Como su naturaleza es la falsedad y la simulación, los enajena de ustedes mismos, de la vida y de otros. Todo eso con seguridad les traerá dolor, frustración e insatisfacción. Eligen una manera de evitar el dolor y la frustración, pero esta manera ha resultado ser no sólo inadecuada, sino que les trae mucho más de lo que deseaban evitar. Sin embargo, reconocer claramente este hecho y unir los eslabones requiere el trabajo activo de la autobúsqueda sincera.
El perfeccionismo que está tan profundamente arraigado en ustedes y en su propia imagen idealizada vuelve imposible que se acepten a sí mismos y a otros, que acepten la vida en su realidad, y, por lo tanto, son incapaces de hacer frente a la vida y resolver sus propios problemas. Los hace renunciar a la experiencia de vivir en el verdadero sentido.
La mayoría de ustedes, amigos míos, han tenido muchos reconocimientos y percepciones interiores que tenían que ver con sus conclusiones equivocadas, sus errores conceptuales, sus imágenes y sus seudosoluciones. Por lo menos en cierta medida, están conscientes de la naturaleza particular de su imagen idealizada de sí mismos. Tienen cierta noción de cómo están autoenajenados y son perfeccionistas. Por lo tanto, se han dado cuenta del grado de daño que se han infligido a sí mismos y a otros, y han visto lo insatisfactorias que son estas seudosoluciones y protecciones. Puede ser que no todos ustedes estén plenamente conscientes de todos estos factores, pero la mayoría está lo suficientemente consciente para querer renunciar a ellos por dentro. Algunos de ustedes han alcanzado el umbral que conduce a una vida interior nueva en la que están emocionalmente dispuestos a dejar ir todas las defensas. Observar constantemente sus emociones y reacciones poco realistas e inmaduras debilita su impacto y da inicio a un proceso de disolución casi automático. Cuando cierta disolución ha tenido lugar, la psique está lista para trasponer el umbral. Pero el acto de trasponerlo es doloroso al principio.
Esperarían, cuando trasponen este importante umbral, que los patrones nuevos y constructivos reemplazaran de inmediato a los viejos y destructivos. Esta expectativa es poco realista y no corresponde a la verdad. Los patrones constructivos no pueden tener cimientos sólidos antes de que atraviesen el dolor y la frustración originales, de las que habían huido. Tienen que enfrentar y sentir, entender, resolver y asimilar todo eso primero. Entonces lo que es malsano y poco realista puede disolverse, lo que es inmaduro puede madurar, y las fuerzas sanas pero reprimidas pueden encauzarse en sus canales apropiados para que operen constructivamente para ustedes. Cuanto más retrasen este doloroso proceso, más difícil les resultará cuando finalmente estén listos para pasar de la niñez a la adultez. Incluso si mueren en esta vida siendo niños, en un periodo u otro de su desarrollo espiritual este umbral debe trasponerse. El dolor es un dolor sano de crecimiento, y la luz está a la vista cuando venzan su resistencia al proceso. La fortaleza, la autosuficiencia y la capacidad de vivir plenamente cuando todos sus patrones constructivos empiecen a funcionar, es una compensación más que suficiente por todos los años de vida destructiva e improductiva, así como por el dolor de trasponer el umbral que lleva a la adultez emocional.
¿Se imaginan lo que es ya no experimentar el dolor contra el cual instituyeron los patrones destructivos? Los usaron para huir de algo que ocurrió en su vida; que ello sea real o imaginario importa poco. Fue el proceso fantasioso de huir y no ver algo que es o fue, y así no encarar y lidiar con su realidad, lo que causó la enfermedad de su alma. De ahí que esta área tenga que atenderse ahora. Por eso, aquellos de ustedes que han dado sus primeros pasos tentativos para cruzar el umbral—puede haber recaídas ocasionales, pues ningún proceso interno se desarrolla en una sola acción limpia—están desconcertados por el dolor agudo que experimentan. Muchas veces no entienden por qué es así. Pueden tener una idea vaga y algunas respuestas parciales, pero esta conferencia los ayudará a llegar a una comprensión más profunda.
Intelectualmente, todos saben que este Pathwork no es un cuento de hadas en el que encuentran sus desviaciones, sus errores conceptuales y evasiones, y, después de haberlo hecho, lo único que sigue es la dicha. A final de cuentas es cierto, desde luego, que liberarse de sus grilletes de error y desviación seguramente les traerá felicidad. Pero mientras no lleguen a esa etapa, tienen que experimentar muchas áreas de su alma hasta que su psique esté verdaderamente equipada para disfrutar de lo mejor de la vida. Aun después de que el dolor agudo se haya asimilado adecuadamente y ya no esté presente, existe la expectativa a veces inconsciente de que ahora la vida les concederá lo que desean. No, amigos míos. Sin embargo, la realidad es mucho mejor. En la realidad aprenderán a lidiar con los contratiempos y las dificultades, en vez de ser destruidos por ellos. No fortalecerán sus defensas destructivas. Esto, a su vez, los equipará con las herramientas necesarias para aprovechar lo mejor de cada oportunidad, y para obtener el beneficio y la felicidad máximos de cada experiencia de la vida.
Huelga decir que esto nunca se logra con sus mecanismos de defensa destructivos y sus diversas imágenes. Permítanme repetir aquí lo que he dicho muchas veces: Primero, seguirán produciéndose para ustedes los eventos negativos exteriores, como resultado de sus pasados patrones arraigados, pero se enfrentarán a ellos de una manera diferente. A medida que aprendan a hacerlo, se darán cuenta de las muchas oportunidades de experimentar la felicidad que pasaron por alto en el pasado. De esta manera empezarán a cambiar los patrones, hasta que muy, muy gradualmente, tal vez a lo largo de un proceso de varias encarnaciones, los eventos exteriores desagradables cesarán más y más. Pero cuando se encuentren en el principio de esta etapa, no esperen una satisfacción y felicidad inmediatas en todos los sentidos. No esperen que vengan de fuera sin que ustedes los creen aprendiendo y experimentando de una manera productiva. Primero necesitan ver sus posibilidades y oportunidades, además de su capacidad independiente de experimentar, en vez de sentirse completamente impotentes y en espera de que el destino les traiga la felicidad.
A estas alturas deben entender que en muchos sentidos ustedes han sido la causa de su propia infelicidad a través de sus evasiones y defensas destructivas y poco realistas. Ahora entenderán, con un nuevo sentido de fortaleza, que pueden producir su propia realización y felicidad. De nuevo les digo que esto no puede lograrse mediante la comprensión intelectual. Es un proceso interior que crece orgánicamente. Así como ahora entienden profundamente que ningún destino o dios cruel los ha castigado o descuidado, así también entenderán profundamente y sabrán que son ustedes quienes pueden crear toda la satisfacción que su alma anhela… un anhelo del que ni siquiera eran conscientes cuando empezaron este Pathwork.
La conciencia nueva tal vez surja después de una comprensión más completa de todas sus seudosoluciones y errores conceptuales, cuyas profundidades los volverán conscientes de sus necesidades. El resultado primario en este camino es la comprensión de sus propias causas y efectos, y del sentido de fortaleza, independencia, autosuficiencia y justicia que esta comprensión le da a un individuo. Cuánto tiempo les tomará alcanzar los primeros comienzos tentativos de esta nueva fortaleza y más tarde aumentarla, depende de sus esfuerzos, su voluntad interior y la superación de la resistencia siempre presente, que sólo desaparece después de que reconocen de manera suficiente sus modos tortuosos.
Ahora bien, amigos míos, cuando se topan con el dolor, ¿se trata sólo del dolor que una vez experimentaron de niños? Se trata realmente de la frustración que el niño sufrió a manos de los padres, y nada más? No, amigos míos, eso no es enteramente correcto. Es verdad que el dolor y la frustración originales han afectado la resiliencia de su psique y los han vuelto incapaces de lidiar adecuadamente con ellos. Hicieron que apartaran la vista de ese dolor y esa frustración y buscaran “soluciones” insatisfactorias. Pero el dolor que ahora experimentan es mucho más que el dolor presente de la no realización, causado por sus patrones improductivos. Conscientemente no pueden distinguir esto. Tal vez ni siquiera estén conscientes del dolor infantil original. Puede tomarles tiempo y autoobservación simplemente distinguir el dolor. Después de que lo hagan verán que el dolor más agudo es su desesperación con ustedes mismos y con la vida ahora, no en el pasado. El pasado es importante sólo porque los llevó a establecer las maneras improductivas a las que se debe su dolor actual.
Si no evitan el dolor, sino que lo atraviesan, dándose cuenta de su significado, verán que sus necesidades presentes e insatisfechas causan el dolor. Su frustración se deberá a su incapacidad, en este momento, de lograr su realización. Todavía no pueden ver lo que pueden hacer al respecto. Se sienten atrapados en su propia trampa, de la cual no saben cómo salir, y así se vuelven dependientes de la intervención exterior, sobre la cual no tienen ningún control. Sólo después de volverse valientemente conscientes de estas impresiones y reacciones, poco a poco encontrarán una salida, y de ese modo disminuirá su impotencia y aumentarán su fuerza independiente y su iniciativa.
En una conferencia anterior hablamos del tema de las necesidades humanas. Antes de que descubran sus diversas “capas protectoras”, ni siquiera pueden darse cuenta completa de sus necesidades reales. Pueden conocer algunas de sus necesidades irreales y sobreimpuestas, pero sólo después de que se entiendan a sí mismos más plenamente se darán cuenta poco a poco de las necesidades básicas y desnudas que han mantenido a raya. Cuando experimenten el dolor, antes de cruzar el umbral a la madurez emocional y a los patrones productivos, tendrán la posibilidad, si así lo quieren, de volverse conscientes de estas necesidades con toda precisión. Esto es inevitable si desean salir de su estado presente de vida improductiva.
Conforme atraviesen el proceso de darse cuenta de sus necesidades y de la frustración que les causa su insatisfacción, primero encontrarán la rigurosa necesidad de ser amados, tal como el niño necesita recibir amor y afecto. Sin embargo, no puede decirse que la necesidad de ser amado sea infantil e inmadura. Lo es sólo cuando la persona adulta ha cerrado su alma y se ha negado a crecer en su capacidad de dar amor, de manera que la necesidad de recibir permanece aislada, y también tapada. A través de sus patrones destructivos, ustedes mandaron al inconsciente su dolorosa necesidad de recibir amor. Debido a esta falta de conciencia y a sus mecanismos de defensa de varios tipos, su capacidad de dar nunca pudo crecer dentro de su psique. No obstante, durante todo el trabajo que han hecho, no sólo se han vuelto conscientes de muchas cosas que estaban ocultas, sino que también han empezado a disolver ciertos niveles destructivos. Esto ha permitido que su capacidad de dar amor salga a la superficie, aun cuando todavía no se hayan dado completamente cuenta de ello.
Al encontrarse con el dolor, realmente experimentan la tremenda presión de sus necesidades. Por una parte, se enfrentan a la necesidad de recibir, que no puede ser gratificada mientras prevalezcan los patrones destructivos. Se necesita algún tiempo para reunir la fortaleza y la iniciativa necesarias para producir la satisfacción de esta necesidad de recibir. Por otra parte, la necesidad de dar no puede encontrar una salida hasta que se alcance esta etapa. Así, se produce una doble frustración… y esto genera una presión tremenda. Esta presión es lo que resulta tan doloroso. Parece desgarrarlos.
No crean, amigos míos, que la presión y la frustración no existían antes de que se volvieran conscientes de ellas. Sí existía, pero creó otras salidas, tal vez en forma de enfermedad física, o con otros síntomas. A medida que reconozcan el núcleo central, la presión y el dolor podrían agudizarse, pero tal debe ser el proceso de sanación. Así, llevan su conciencia a la causa central, donde realmente reside el problema. Enfocan su atención en la raíz. Desplazan su énfasis de la evasión a la realidad. El dolor real tiene que experimentarse en todos sus tonos y variedades. Tienen que volverse conscientes de que sus necesidades son exactamente tanto dar como recibir. Necesitan sentir y observar la frustración de la presión acumulada, la impotencia momentánea de encontrar alivio, la tentación de evadirse otra vez. Mientras batallan para atravesar esta fase y fortalecerse, ya no huirán de sí mismos y del aparente riesgo de vivir. Se les presentarán oportunidades. Las verán y las aprovecharán. Ellas les enseñarán a promover su crecimiento y su fuerza, hasta que sus necesidades puedan encontrar una realización parcial, y luego, poco a poco, incrementarla a medida que crezcan y cambien sus patrones.
Deben entender que en este periodo se encuentran en una etapa temporal. Se han dado cuenta de su necesidad de recibir, lo que en sí es sano. Pero esta necesidad se ha vuelto exageradamente fuerte y, por lo tanto, inmadura, porque la han reprimido con la frustración consecuente de la satisfacción sana de recibir. Si no reciben suficiente, su demanda se sale de proporción, especialmente cuando no están conscientes de ella.
Debido a su progreso y al crecimiento que ha tenido lugar dentro de ustedes, la necesidad madura de dar también ha crecido. Antes no podían encontrar una salida para esto porque los patrones destructivos todavía estaban en vigor, tal vez sólo parcialmente, o en una forma modificada. Tal vez hasta hayan intentado hacer concesiones entre la manera vieja y la nueva y deseada. Sin embargo, no olviden que sólo puede haber resultados eficaces cuando las pautas nuevas se conviertan en una reacción integral y casi automática en ustedes. Sus viejos patrones han existido durante años, décadas, y muchas veces a lo largo de varias vidas en las que han evitado enfrentarse a los mismos problemas y hacer frente a la vida tal como es. Ahora bien, a medida que aprenden a hacer esto y empiezan a cambiar interiormente, el cambio exterior no llega de inmediato. En este periodo, la presión interior puede volverse más severa. Sin embargo, si se dan cuenta de todo esto y tienen el valor de atravesarlo, seguramente se convertirán en personas más fuertes y felices, mejor equipadas para vivir en el verdadero sentido de la palabra. Cuídense de volver a la evasión de nuevo. No crean que este periodo temporal en el que se topan con toda la presión interior acumulada, con la impotencia, la insuficiencia y la confusión concomitantes, sea el resultado final. Es el túnel por el que tienen que pasar, amigos míos.
Después de que lo hagan, su sentido de fuerza, suficiencia e iniciativa crecerá constantemente—con recaídas ocasionales, desde luego—, pero si logran que cada recaída sirva como un peldaño más, una lección más, con el tiempo se establecerán los patrones nuevos en su ser interno y les harán ver las posibilidades que han pasado por alto durante tanto tiempo. Entonces tendrán el valor de explorar estas posibilidades, en vez de rechazarlas con miedo. Así, y sólo así, llegará la realización.
Es muy importante que entiendan esto y lo absorban profundamente, amigos míos. Si lo hacen, les ayudará. ¿Está claro, queridos míos?
¿Hay preguntas en relación con este tema?
PREGUNTA: Cuando atravieso ciertas fases de diversos miedos, ¿se relaciona eso con el tema que trató usted esta noche?
RESPUESTA: Desde luego que sí. Los miedos son muy a menudo un subterfugio para esconderse del núcleo básico del dolor. Llegan a existir como resultado de tu evasión. En este trabajo has notado con frecuencia que, después de cierto progreso, los miedos empiezan a desvanecerse más y más, y entonces te vuelves consciente del dolor. El miedo es un resultado inadvertido de la evasión que no fue deliberadamente escogida, desde luego. Pero toda evasión debe tener más resultados desagradables que sentir el dolor original. Por desagradable que sea el dolor original, una vez que uno acepta su verdad, vivir con él es mucho mejor, mucho más fácil, mucho más honesto y sano que cualquier resultado de la evasión, se trate del miedo o de cualquier otra cosa. Como el miedo se desvanece sólo después de que se le enfrenta y se lidia con él, el dolor, su causa subyacente, tiene que tratarse de la misma manera.
Sin embargo, no es sólo el dolor de la no realización del que huyes. Tampoco quieres asumir una autorresponsabilidad madura. Esto puede no aplicarse a toda tu vida material exterior, pero puede afectar el plano emocional. Si no deseas amar y vives con el temor de ser lastimado, si no quieres echarte a cuestas el riesgo de vivir, entonces deseas seguir siendo el niño que espera con impotencia que la vida satisfaga sus necesidades sin tener que involucrar al ser. El precio que pagas por esta evasión es muy alto. Muchos de ustedes no se dan cuenta todavía de lo alto que es ese precio. Este huir de la autorresponsabilidad y del riesgo aparente de vivir y sentir es causado por un sentimiento original de insuficiencia, y seguir huyendo aumenta ese sentimiento. Sólo a medida que cambien este patrón encontrarán su sentimiento de suficiencia y seguridad en sí mismos. Aquí también opera la ley psíquica que dice que huir del dolor original de la no realización aumenta ésta, y, por lo tanto, el dolor
PREGUNTA: En el proceso de mi trabajo, últimamente he sentido en ocasiones la necesidad de dar amor, y no sólo de recibir. Pero este sentimiento se desvanece de nuevo. ¿Cómo puedo aprender a sentir siempre la necesidad de dar?
RESPUESTA: Mi querido amigo, sería muy engañoso decir que puedes aprenderlo. Esto es algo que no puedes aprender mediante un acto de la voluntad. Intentar eso equivaldría a una manipulación de tus sentimientos y, a fin de cuentas, sería deshonesto. Si es real, ocurre naturalmente y por sí solo, como ya lo habrás notado. Esto te sucederá más a menudo y durará más, y se volverá más fuerte, pero sólo si no lo fuerzas directamente. La mejor manera de llegar a este punto de crecimiento, madurez y vida productiva es simplemente observando tus emociones. Date cuenta de que todavía están engranadas al deseo unilateral e infantil de simplemente recibir. Cuanto más te observes objetivamente, más encontrarás las causas subyacentes de este desequilibrio, y más acelerarás el proceso de crecimiento que finalmente te permitirá no sólo experimentar la necesidad de dar tanto como la necesidad de recibir amor, sino a la larga también encontrar la salida necesaria.
Debo repetir una y otra vez que el crecimiento interior no puede suceder de pronto. Primero tienes una vislumbre, una experiencia momentánea de una manera nueva de sentir. Luego se pierde de nuevo. Si, en ese momento, no te desalientas ni cedes el paso al sentimiento de que no sirve de nada porque aparentemente recaíste en la manera vieja, sino que perseveras, los periodos de sentimientos sanos y buenos llegarán más a menudo y durarán más. Cada recaída parece llevarte al mismo túnel viejo, pero no es así. Es uno nuevo. Si lo atraviesas, la vislumbre momentánea de fuerza, amor y luz te llegará otra vez, hasta que finalmente se vuelva parte tuya.
PREGUNTA: Descubrí en mi trabajo que, junto con el placer sano y productivo, está también el placer destructivo o autodestructivo. Este último no siempre puede reconocerse como tal y es difícil deshacerse de él. Parece haber en mí una confusión entre el principio del placer y el rechazo, así como entre la felicidad y el egoísmo. ¿Qué me sugiere usted?
RESPUESTA: Aparte de la cuestión del masoquismo, de la que he hablado considerablemente en el pasado, y también en respuesta a una pregunta reciente, tengo esto que decir: Aquí la actitud de “esto o lo otro” del niño sigue vigente. Tu niño interior siente que si estás en busca del placer, no estás en la realidad. La realidad significa rechazo y displacer; por lo tanto, te escapas de ella y construyes tu placer en la fantasía. Esto, entonces, parece confirmar el argumento de que la realidad y el placer son incompatibles. En un grado menor, esto puede encontrarse en todos los seres humanos, pero en un grado mayor en la enfermedad emocional y mental. Si, para empezar, este error conceptual no existiera, si uno supiera que estar en la realidad no es sólo sentirse rechazado, sino también vivir el placer, uno no necesitaría buscar el placer sólo en la irrealidad. Esta es la confusión. Del mismo modo, la confusión entre felicidad y egoísmo también se basa en el principio de “esto o lo otro”. Tu niño interior siente que si eres feliz, debes ser egoísta, ya que toda la generosidad va automáticamente en contra de tus intereses y tu gratificación. Huelga decir que no es así en la realidad. Sólo el proceso de crecimiento te dará la comprensión y la convicción internas de que la felicidad y la generosidad no son incompatibles.
PREGUNTA: Dijo usted en la última conferencia que el efecto de una persona que vive en la verdad tiene mayor importancia cósmica de lo que podemos imaginarnos. ¿Podría explicar esto?
RESPUESTA: Si piensas por un momento en el efecto de las partes del alma negativas y distorsionadas de un ser humano en el sentido en que lo explicamos esta noche, también entenderás lo opuesto. Cualquier seudosolución inevitablemente rechaza a otro ser humano. Cuando te sometes, no experimentas la verdad de la Humanidad de la otra persona, de sus necesidades, de sus vulnerabilidades, de sus problemas y su inseguridad. En tu demanda de poseer un protector fuerte y siempre amoroso, debes decepcionarte, tal vez inconscientemente, y en tu decepción te vuelves hostil… quizás de nuevo inconscientemente.
Cuando eres agresivamente arrogante y niegas tu propia necesidad de encontrar amor, afecto y comunicación, rechazas francamente a la otra persona. En tu retraimiento jamás das calor, nunca satisfaces las necesidades de la otra persona. Cuando estás enajenado de ti mismo y eres perfeccionista, no puedes evitar lastimar a otros. Cuando la simulación de tu ser idealizado está activa, no permites que otra persona se te acerque, a causa del temor inconsciente de ser descubierto, y rechazas una y otra vez a esa persona, quizás sin darte cuenta de que lo estás haciendo. Todo el rechazo, el aislamiento y el dolor que inadvertidamente infliges a otros fortalecerán sus propios mecanismos de defensa destructivos, tal como sus defensas destructivas fortalecen las tuyas propias. Esto persiste a menos que estés en un camino como éste y empieces a ver el proceso por lo que es.
Ahora, invierte el proceso. Imagina el efecto que debe tener en tu ambiente cuando ya no eres defensivo, temeroso, retraído y falsamente superior. Entonces estás abierto a la vida y al corazón de otra persona. El valor para vivir y amar te permite ayudar a otros a debilitar sus propias defensas y patrones destructivos, aun si no están lo suficientemente desarrollados para elegir un camino de autobúsqueda. Por lo tanto, todos aquellos que entran en contacto contigo se ven afectados positivamente. Y este efecto se extiende sobre todos los seres con los que ellos, a su vez, entran en contacto. Esto crea ondas y ondas de efecto que interactúan. Si piensas en ello en estos términos, con seguridad visualizarás la verdad.
Mis muy queridos amigos, sean benditos cada uno de ustedes. Que estas palabras sean otra llave y una ayuda para su crecimiento y liberación continuados. Que les ayude a convertirse en ustedes mismos, a entrar en posesión completa de los individuos que son, con todos los recursos, la fuerza, el ingenio, la creatividad y la fuerza del amor que son inherentes a ustedes, y que sólo esperan a que se les permita funcionar libremente. ¡Queden en paz, queden con Dios!
Dictada el 15 de marzo de 1962.