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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 118. La dualidad a través de la ilusión. La transferencia

Saludos, mis muy queridos amigos. Dios los bendiga a todos. Bendita sea esta hora.

Mientras los seres humanos estén negativamente involucrados con la vida, deberán permanecer en los ciclos de la vida en la Tierra porque esta esfera específica ofrece las condiciones que son compatibles con su involucramiento negativo. Sólo después de superar estos involucramientos cesará el ciclo de nacimientos en esta esfera y el desarrollo humano proseguirá en otras esferas que ofrezcan condiciones nuevas, compatibles con el estado nuevo.

¿Qué significa el involucramiento negativo? Significa, principalmente, las ideas y los conceptos confusos acerca de la realidad. Allí donde prevalece la confusión, y por lo tanto la ilusión, debe de haber, necesariamente, un conflicto—conceptos divididos—que escinde a la psique. La escisión y el conflicto son la consecuencia de la ilusión o el malentendido. A medida que las personas adquieren unidad interna percibiendo y experimentando la verdadera realidad, la escisión se corrige y el involucramiento negativo cesa.

Esta idea se ha expresado de muchas maneras diferentes a través de las eras. Si se le entiende plenamente, no puede haber dudas sobre la reencarnación, que, para muchas personas, es sólo una creencia vaga, una teoría. Todos los que han experimentado profundamente el aspecto reencarnativo de la creación reconocen que no puede ser de otra manera. Mientras una persona no haya lidiado con los defectos que lo separan de la verdad y la realidad, tiene que vivir dentro de condiciones que manifiestan el estado ilusorio. Ese estado produce las condiciones y el ambiente que, a su vez, ofrecen el único medio posible de aprender, reconocer y superar las ilusiones. Por consiguiente, esta vida terrenal expresa el estado general de la Humanidad, así como la escisión producida por una confusión sobre la realidad.

Muchas manifestaciones de su vida terrenal simbolizan la dualidad porque un gran número de cosas aparecen como pares de opuestos. En el pensamiento filosófico, la Humanidad misma se presenta en pares: hombre y mujer, noche y día, vida y muerte. Éstos son sólo algunos ejemplos de cómo la vida en la Tierra aparece en divisiones bidireccionales. Así, la Humanidad expresa una escisión doble que se manifiesta de muchas otras maneras, aunque este fenómeno no se entiende en realidad. La división bidireccional no se aplica a los reinos animal, vegetal o mineral, que aún se hallan en un estado más bajo y se encuentran en una división más que doble.

La meditación sobre abstracciones no puede producir una comprensión profunda de esta escisión. No obstante, haciendo el trabajo de este Pathwork descubrirán poco a poco sus errores conceptuales personales e inconscientes, lo que dejará muy en claro cómo crean los diversos conflictos que los fuerzan a elegir entre dos alternativas. Naturalmente, ambas alternativas son insatisfactorias y conducen a una conclusión insatisfactoria.

Cualquiera de mis amigos que haya hecho un progreso suficiente a este respecto puede traer ejemplos. Éstos brindarán la mayor ilustración posible. Los ejemplos personales pueden entonces extenderse para que lo que yo digo en esta conferencia se convierta en una experiencia personal de la verdad. Esta es la única manera de entender plenamente el estado de dualidad. La meditación sobre abstracciones jamás puede lograr eso.

Cuando ustedes se hallan en una confusión dualista, están negativamente involucrados con la vida y con otros. El principal involucramiento negativo ocurre dentro de ustedes, en su mala interpretación de ambos conceptos y de otros aspectos de la realidad. Las confusiones no despejadas permanecen en su psique y seguramente se presentarán en cada vida. Las condiciones de la vida traerán entonces a primer plano estas confusiones, a menos que la personalidad persista en no verlas y evadir los problemas. Por desgracia, esto sucede con demasiada frecuencia.

Las relaciones kármicas más intensas y dramáticas ocurren entre padres e hijos. Las confusiones y conflictos no resueltos y la consiguiente escisión básica deben impugnarse de la manera más drástica en esta relación. La relación doble del hijo con el padre y la madre es otro símbolo de las escisiones que caracterizan a esta esfera terrenal. En el grado en que la psique del niño es libre y sana, la relación con el par de padres se manifiesta como una ventaja. Pero cuando el involucramiento negativo sigue siendo fuerte, los padres representan los dos lados de la escisión interior.

Si examinan sus principales problemas y conflictos, las imágenes, los mecanismos de defensa, las seudosoluciones y las conclusiones equivocadas que han encontrado hasta ahora finalmente revelarán una actitud interior básica que los gobierna. Esta actitud básica siempre es una división a la mitad, lo que significa que la actitud fundamental que subyace a su involucramiento negativo fluctúa entre dos maneras de reaccionar.

Este reconocimiento profundo sólo pueden hacerlo los que trabajan intensamente en un camino de autoconfrontación. Va más allá de fragmentos aislados de reconocimiento de imágenes o errores conceptuales específicos. La comprensión y el reconocimiento plenos de esta escisión básica indican considerable progreso y conciencia. Cuando esta comprensión empieza a tomar forma, llegarán a ver que estas dos actitudes fundamentales, que constituyen su escisión, representan su actitud básica hacia sus padres. Una actitud distorsionada existe por la influencia ejercida sobre ustedes por uno de los padres y su respuesta emocional a ella. Una influencia enteramente distinta por parte del otro padre, y su respuesta emocional a ella, produce el otro lado de su conflicto.

No pudieron resolver esta escisión doble antes de entrar en esta vida. Sus padres, o más bien ciertos aspectos de su personalidad y la respuesta de ustedes a ellos, personifican la escisión abierta dentro de su psique. Por consiguiente, sus padres no son responsables de sus problemas, y pese a ello ustedes tienen que enfrentar y entender su comportamiento erróneo, aunque les parezca durante un tiempo que ellos provocaron la manera particular de reaccionar de ustedes. Y esto es cierto, pero sólo porque ya llegaron a esta vida con su dualidad, nacida de la ilusión.

Cuando perciban cómo representan a sus padres dentro de su psique, cuando sientan la sutil interacción entre identificación, rebelión y otras diversas reacciones a ellos, deben llegar a experimentar la escisión doble básica que gobierna su vida. Esto persistirá hasta que la resuelvan y la cierren por medio de la percepción interior y la comprensión. En este punto las teorías dejan de importar. No es necesario creer en la reencarnación. Lo importante es el descubrimiento de que sus padres expresan y personifican su dualidad, su modo ilusorio de vida.

Cuando esto se entiende verdaderamente, la línea divisoria entre la psicología moderna y las ideas espirituales, metafísicas o filosóficas se desvanece. Los llamados conceptos espirituales y, hasta ese momento, teóricos se vuelven una experiencia tan personal como cualquier descubrimiento psicológico.

El “modo ilusorio de vida”, a falta de un término mejor, puede describir tan precisamente como es posible dentro de las limitaciones del lenguaje humano la manera en que este muy claro modo de vida interior los gobierna como consecuencia del involucramiento negativo que reexperimentan con sus padres. Cuando digo “modo de vida” no me refiero a la conducta exterior, a ciertas características que son típicas de ustedes, aunque ellas también pueden conectarse con la escisión doble. Me refiero más bien a la respuesta automática, a la reacción estereotipada que repiten a lo largo de su vida, cuando reaccionan a otros como lo hicieron alguna vez a sus padres, sin darse cuenta de ello para nada. Estas respuestas repetitivas siempre tienen que ver con su escisión básica. Allí donde su alma es sana, ya no sienten la compulsión ciega de revivir el pasado.

Hemos hablado muchas veces de este automatismo, pero ninguno de ustedes, amigos míos, es completamente consciente de él. Conforme crezca su conciencia, la liberación se volverá inminente. Esto puede suceder sólo cuando vislumbran su escisión doble personal, simbolizada en sus actitudes hacia ambos padres.

El niño que empieza un ciclo nuevo de vida lleva en sí sus conflictos personales no resueltos. Su dualidad se debe a la ilusión y a los errores conceptuales. Al mismo tiempo, su psique es muy impresionable. Todo lo que experimenta tiene un impacto mucho más fresco e intenso. Las impresiones son más profundas y permanecen más firmemente arraigadas, pero siempre de acuerdo con la salud inherente, o la falta de ella, que determina cómo se asimilan las impresiones y las experiencias.

La frescura y la impresionabilidad de la psique del niño hacen que la experiencia temprana tenga un efecto más extenso de lo que tendría para un adulto una experiencia similar. Esto se observa constantemente en los niños. Ellos, por ejemplo, tienen un sentido más agudo del olfato y del gusto. Son más curiosos acerca de las más sencillas manifestaciones de la vida. Este fuerte impacto de la vida en el alma del niño puede observarse claramente. Entonces, ¡cuánto más debe la experiencia negativa, resultante de conflictos previamente no resueltos, impresionar a la psique! Pero no puede subrayarse demasiado que las experiencias y los involucramientos negativos ocurren sólo en el grado en que la psique se halla aún en un estado de dualidad, de conflicto conceptual ilusorio, cuando la entidad nace.

Esto, amigos míos, no es lo mismo que lo que dije de las imágenes. El principio es el mismo, desde luego, pero lo aplico ahora a un nivel mucho más profundo. No me refiero aquí a una imagen específica que puedan tener, y ni siquiera a la más importante. Me refiero al conflicto básico subyacente que es responsable de que sean entidades humanas que viven en esta esfera específica del universo. Este conflicto no está inaccesiblemente oculto una vez que se den cuenta de que su actitud hacia ambos padres gobierna sus situaciones básicas de vida y expresa sus dificultades básicas de personalidad. Cuando descubran cómo reviven a su padre y a su madre dentro de ustedes y siguen respondiendo a ellos, experimentarán su escisión básica, su tipo propio de dualidad—ya que la dualidad no siempre es la misma—y, en consecuencia, crecerá su comprensión de sus limitaciones personales. Cuando se les percibe verdaderamente, las limitaciones instantáneamente disminuyen. Su ámbito se amplía, su libertad aumenta, su visión se extiende, su seguridad crece y su armonía interior se establece. Es así porque la escisión y la armonía son incompatibles, y, por lo tanto, al cerrarse la división por medio de la comprensión, su armonía interior crece automáticamente.

Todo esto apenas puede entenderse si uno no está activo y algo avanzado en un camino de autorreconocimiento. Pero incluso los que lo están pueden necesitar considerable ayuda para alcanzar niveles tan profundos de conciencia de sí mismos. La discusión sobre esta conferencia puede ser una oportunidad de recibir esta ayuda adicional. Para aclarar las confusiones y las dificultades, lleven ejemplos de los conceptos escindidos y de los conflictos subsecuentes que puedan haber encontrado en ustedes. Conforme los entiendan mejor podrían ver también que corresponden a su actitud hacia cada padre. Cuando presenten ejemplos prácticos puedo mostrarles cómo seguir a partir de allí en esta fase particular del Pathwork.

Una vez que hayan comprendido esta faceta de su alma más profunda y personalmente, una vez que se convierta en su experiencia verdadera y ya no sea una teoría ni un postulado filosófico, también entenderán algo de lo que hemos hablado con frecuencia pero que hasta ahora sólo han reconocido en un grado mínimo. Percibirán la repetitividad de sus reacciones, cómo responden en situaciones posteriores, a otras personas, de una manera casi idéntica a aquella en la que una vez respondieron a sus padres.

Primero es importante que entiendan intelectualmente que sus padres representan su escisión personal, y que cada padre representa una parte de ella. Esta es la naturaleza del lazo kármico, la razón y la necesidad de escoger. Ustedes tenían que responder a ellos de la manera en que lo hicieron, no sólo porque ellos eran quienes eran, sino a final de cuentas por la dualidad de ustedes. Su hermano o hermana pueden tener reacciones diferentes a ellos porque tienen un tipo distinto de escisión. Así como tuvieron que responder a sus padres de acuerdo con su escisión, así también tienen que reaccionar a otras personas, más tarde en la vida, de una manera similar, aun si la situación se parece sólo ligeramente a la original. Así, a final de cuentas, sus patrones repetitivos no son causados por los defectos de sus padres, sino que son la manifestación de su dualidad, que este par específico de padres podía representar mejor y, por lo tanto, sacar en ustedes. Es muy importante que entiendan que la línea intacta de la escisión original con la que nacieron va de sus padres a las constantes recreaciones posteriores.

No es necesario decir que nada de esto es obvio antes de que hayan hecho progresos suficientes y hayan cultivado la conciencia de sí mismos. Entonces se vuelve muy obvio. Mientras su conciencia de esta cadena sea incompleta o inexistente, no tienen el control de ustedes ni de su vida. Me refiero aquí al control sano, no a los tipos erróneos que el ego busca cuando falta la conciencia verdadera y, por lo tanto, se sienten débiles e impotentes. El control falso es dañino y aleja más de la salud. Sólo cuando entiendan esto empezarán a vivir en el terreno firme de la paz y la realidad.

Hablemos ahora del proceso de repetición, que es enormemente subvalorado, ignorado y mal entendido. En el mejor de los casos, su comprensión de él no es lo suficientemente profunda.

La psicología moderna ha descubierto un pequeño aspecto de este fenómeno, al que llama transferencia. Pueden inferir de esta conferencia que la verdad va más allá y es más profunda de lo que se entiende actualmente por este término. Lo que se llama transferencia ocurre constantemente en la vida de una persona, en todas sus relaciones intensas. La relación traumática original con ambos padres se repite a lo largo de la vida de un individuo, y refleja el grado de intensidad de esa experiencia. Cualquier involucramiento negativo con otra persona expresará este conflicto. Si no hubiera conflicto, no habría involucramiento negativo. Como el involucramiento expresa conflicto, debe manifestar ambos lados de la escisión, y, por lo tanto, se relaciona con ambos padres. Si sólo una persona está negativamente involucrada, entonces la dualidad de ese individuo se exterioriza, y su relación parental vuelve a experimentarse. Si ambas o más personas están negativamente involucradas, todas se enredarán en sus primeras experiencias poderosas en esta vida, recrearán su dualidad con sus padres, y en su confusión generarán sus errores conceptuales mutuos y fortalecerán la escisión. Es difícil describir este proceso en términos teóricos, pero el que adquiera una comprensión profunda no tendrá dificultad en ver la verdad. Les sugiero que traigan ejemplos personales reales, pues éstos se prestan muy bien a la percepción y ampliación de lo que digo aquí.

Tratemos ahora de adquirir un poco más de comprensión, por lo menos en teoría, acerca de lo que este proceso continuo de transferencia produce; de la escisión interior, a los padres, a otras personas y a las situaciones de la vida. Si su psique está enlazada a la primera respuesta a los padres, no pueden percibir lo que realmente es. Aplican ciegamente a otros lo que no tendría ninguna aplicación. Reaccionan y responden a la ilusión y no a la realidad de la situación. El problema es que fuerzan a la otra persona a tener la reacción misma que no se habría producido si ustedes hubieran desistido de la premisa falsa de que se toparían con ella.

Tomen este ejemplo sencillo: si están convencidos de que son rechazados, el rechazo finalmente será una realidad, porque entonces su propio comportamiento seguramente será rechazante. Este ejemplo se ha encontrado y examinado mucho, pero este proceso específico se aplica a muchas otras facetas de la vida y de la personalidad. En consecuencia, su falsa creencia en su error conceptual se fortalece y, por lo tanto, abren más la escisión. Deben reexperimentar la misma secuencia, una y otra vez, hasta que empiecen a ver la naturaleza real de este proceso y entiendan su mecanismo. No pueden vivir en la realidad antes de que hayan traspasado su irrealidad particular.

Como se hallan atados a la experiencia original, están convencidos de que lo que les pasa hoy es real. Aunque inicialmente no lo es, se vuelve real sólo por su reacción, que se basa en una premisa falsa. Por lo tanto, sus reacciones no responden a la persona real, a la situación real, sino a personas y situaciones imaginadas: sus padres. No viven en la realidad; no responden de acuerdo con la realidad sino que envían sus respuestas al aire, por decirlo así, y no a la persona que tienen enfrente. Lo que sale de ustedes va dirigido a lo que creen que existe y no a lo que realmente existe. Así pues, no pueden tocar al otro real. Si la otra persona—y la mayor parte del tiempo sucede así—reacciona de manera similar, todas las relaciones e interacciones entre los seres humanos deben dar un rodeo constante. Las corrientes hacia afuera se entrecruzan, se pierden una a otra, y ésta es, en parte, la razón de la prevaleciente soledad de tantas personas, de su dificultad para comunicarse.

Los humanos creen que reaccionan unos a otros, pero generalmente esto no sucede en absoluto, o sólo en una escala muy limitada. La corriente de su conciencia, que se supone que va dirigida, digamos, a la persona A, nunca llega a A. Aunque ustedes crean que sí, en realidad va dirigida a la situación parental. Como no es aplicable a A, A puede sentir muchas veces que esto es una injusticia. Puede sentirse excluida o rechazada. Si resulta que A está comparativamente liberada de su propia prisión ciega, su respuesta no añadirá leña al fuego porque, al percibir la realidad de mucho mejor manera, sabrá que eso no tiene nada que ver con ella. No reaccionará como se supone que debe reaccionar, y esto puede ser muy útil.

Sólo cuando uno ha reconocido su propia dualidad y deja de transferir de sus padres a otros será capaz de resistir la embestida de las respuestas mal dirigidas. La persona se niega entonces a representar un lado de la dualidad de la otra persona, porque está consciente de la suya. Así se evita un dolor innecesario y se brinda ayuda de la manera más sutil. El involucramiento negativo deja de provocar una respuesta. Finalmente, esto debe llevar al que dirigió mal su corriente de la conciencia al reconocimiento de que la situación original y la nueva no son idénticas. Aun si esto sucede en un nivel inconsciente, es útil, pero entonces uno se vuelve dependiente de la salud y la liberación de otros que no responden a la propia irrealidad. En ciertamente mejor empezar con el ser, encontrar la propia escisión, ver la transferencia de los padres a otros con los que uno está involucrado ahora y gradualmente reconocer que el clima emocional en el que uno vive no se aplica a la situación real.

Observando la esfera terrestre y a la Humanidad desde nuestro punto de vista, es muy triste ver que las personas tan rara vez perciban y reaccionen a la realidad. La confusión y el caos resultantes causan tanto sufrimiento innecesario. Si empezaran a reaccionar a la persona y a la situación reales, se evitarían mucho dolor. El dolor es el resultado de la ilusión, y la ilusión es la consecuencia de la escisión que forma el modo de vida básico de la persona, que se vive primero en la relación parental.

Algunos de ustedes tienen una noción acerca de lo que hablo aquí, pero sólo de una manera nebulosa. Cuanto más conscientes se vuelvan de que están reexperimentando su viejo modo de vida, la escisión básica representada por sus padres, más vivirán en la realidad y se liberarán de la repetitiva cadena de la ilusión. Una vez que dejen de recrear el viejo drama de su dualidad, responderán espontáneamente a la situación, que ya no les parecerá la misma de antes.

Los psicoterapeutas y los psiquiatras han entendido el fenómeno en su relación con sus pacientes. Pero sólo se entienden segmentos de este predicamento humano dentro del marco del proceso evolutivo que determina las leyes de la reencarnación. Quiero ayudarles a entender este fenómeno de una manera más profunda y amplia. Esto puede suceder sólo cuando se vuelven conscientes de él dentro de ustedes. Entonces verán el daño, el malentendido. Sus ojos empezarán a abrirse a la situación real. Cuanto más conscientes se vuelvan de su automatismo ciego, de sus respuestas estereotipadas, más disminuirán éstas por el acto mismo de la conciencia. Verán que jamás reaccionaron plenamente a su esposo o esposa, a su hijo o a un amigo como los seres que son, sino como extensiones de una experiencia previa de ustedes.

Esta llamada transferencia de los padres a otros también se aplica a sus hijos. Si no renuncian a este modo defectuoso de vida, ninguna relación se salvará de estar influida por él; desde luego, ninguna relación importante e intensa. Están cogidos en esta trampa hasta que se vuelvan conscientes de ella. Esta es la libertad que el Pathwork está concebido para traerles. La libertad sólo puede llegar a través de la conciencia. La falta de ella los aprisiona y hace que no valga la pena vivir, porque están atrapados constantemente entre dos alternativas insatisfactorias. Reaccionan para siempre a su padre y a su madre en el modo de vida que habían adoptado para lidiar con ellos, y siguen respondiendo a ellos y a la vida como consecuencia del impacto de sus padres en ustedes.

La respuesta a uno de los padres puede ser una reacción a, y una corrección de, una situación no deseada con el otro padre: una compensación. Juntos, los dos pares de actitudes forman su escisión básica, su modo de vida, que es, al mismo tiempo, un resultado de esto. Una experiencia nueva de las múltiples manifestaciones de la vida será posible sólo después de que hayan roto la cadena repetitiva de la dualidad interna con los padres y luego con otros. Entonces la vida se volverá vibrante en alegría, paz y sentido, en renovación y riqueza.

Este tema es de la mayor importancia posible. Espero que muchos de ustedes, amigos míos, que están activos en este Pathwork, adquieran en la próxima temporada de trabajo al menos una vaga vislumbre de la condición que expliqué en esta conferencia, o, mejor aún, una comprensión profunda de ella. Esta es la dirección adonde los lleva la guía si están dispuestos a seguirla.

Hace algunos años dicté una conferencia sobre la dualidad. Ahora están listos para un nivel más profundo de comprensión. He enfocado este tema desde un ángulo distinto, de acuerdo con su estado actual de desarrollo. Me aventuro a decir que pasará un tiempo considerable antes de que puedan aplicar verdaderamente a su persona esta conferencia.

¿Hay preguntas sobre este tema?

PREGUNTA: ¿Acaso no es la influencia de los hermanos casi tan fuerte como la ejercida por los padres?

RESPUESTA: Es sólo un resultado de la relación con los padres. Aun si una relación con un hermano o hermana es exteriormente más problemática y negativamente involucrada, es secundaria. Si el asunto se explora con profundidad, se encontrará que la relación con los hermanos siempre está directamente relacionada con la situación parental. Los padres expresan, simbolizan o manifiestan su propia escisión básica, la manera que tienen ustedes de lidiar con esta escisión. Todas las demás relaciones están orientadas a este conflicto interno.

Les he dado mucho material, amigos míos. Tardarán mucho en asimilarlo; por lo menos meses, si verdaderamente desean tener una noción de cómo se aplican a ustedes en lo personal estas palabras. Podrían pasar años antes de que alcancen este conocimiento. Pero cuando lo hagan, la experiencia interna de esta verdad será más grande de lo que prevén. Los dejará salir de una camisa de fuerza, de una desesperanzada opción entre dos alternativas deprimentes: su anterior modo de vida básico. Entrarán en una nueva libertad.

Que la fuerza y la bendición que se les da, queridos míos, los llenen de una energía, de un impacto, que hagan posible que alcancen y confronten estas profundidades de su ser. Que hagan acopio del valor que necesitan para vencer el miedo que produce resistencia. Sólo entonces se convencerán de lo inútil, irracional e infundada que era la ilusión de que la realidad debe temerse y de que es mejor aferrarse a la ilusión. ¡Cuán falsos son estos procesos de razonamiento no reconocidos! Qué pena que persistan en envenenar su vida con esta falsedad.

Algunos de mis amigos están muy cerca de hacer reconocimientos a este respecto. Algunos ya han empezado a entender este conflicto básico. Pero ninguno de ustedes es consciente de cómo repiten la situación original con otros. Esta conciencia tiene que cultivarse más plenamente. Tienen que entender mejor y más profundamente la repetición y reconocerla con mayor claridad. Que la bendición aquí impartida los ayude en esta dirección. Ningún esfuerzo y ninguna bendición podría ser más útil, más importante, más vital, más gratificante, y ninguna podría acercarlos más a la vida, en el verdadero sentido de la palabra.

Sean benditos, todos ustedes, en este significativo trabajo que emprenden. Queden en paz, mis muy amados. ¡Queden en Dios!

Dictada el 18 de octubre de 1963.