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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 137. El equilibrio del control interior y el exterior

Saludos, mis muy amados amigos. Hay aquí una gran corriente cálida de fuerza y amor. Esta bendición es el resultado de sus esfuerzos, su crecimiento y su lucha en la dirección correcta. Cada uno de los que está aquí ha contribuido a esto, al igual que algunos de mis amigos que no están presentes esta noche.

Con esta conferencia trataré de ayudarles a dar un paso más hacia la meta. Ahora bien, ¿cuál es la meta? La literatura espiritual y las enseñanzas religiosas, en todas las culturas y en todos los lugares, de una forma u otra, siglo tras siglo, siempre hablan de “la Caída de los Ángeles” o “la Caída de la Gracia”. ¿Qué significa esto? La Humanidad generalmente interpreta “la Caída” de una manera literal, como un evento que tuvo lugar en el tiempo y el espacio, como algo que ocurrió alguna vez en cierto lugar. Por medio de sus acciones, algunos individuos fueron desplazados de un sitio a otro… o enviados hacia abajo a otra esfera geográfica. Esto, desde luego, es un gran malentendido, pues lo que significa la historia, y que es tan difícil que la gente entienda, es nada más y nada menos que un cambio en el estado mental. Estar separado de Dios es un estado mental, o un estado de conciencia. Y regresar a Dios, a nuestro Creador, es también un estado de conciencia.

Después de que han alcanzado cierta etapa en su camino de desarrollo, descubren dentro de ustedes un poder y una inteligencia distintos de su mente consciente usual, que se siente como si fuera un ser separado. Parece habitar en ustedes un tipo de ser distinto y más vasto. Es como si existieran dos cerebros; el segundo, recientemente descubierto, es mucho más sabio en su guía que el viejo. Los hace experimentarse de una manera mucho más satisfactoria.

Naturalmente, esto es una ilusión porque no hay dos entidades separadas, pero en este punto han dado el primer paso hacia su reunificación con la Divinidad. Ya no están totalmente separados de ella. Pueden ser activados y movidos por ella. Es una sola conciencia, aunque aún separada o dividida. Esta separación constituye lo que en la religión se denomina la “Caída de los Ángeles”. En la psicología se usa una terminología distinta para describir el mismo proceso. La integración no significa otra cosa que la reunificación con la Divinidad. La psicología también reconoce que la persona integrada y sana funciona desde el centro de su ser.

La separación del centro es el muro de no saber que existe este centro interior de sabiduría, amor y poder. Por lo tanto, no buscan contacto con él; de allí que surjan más confusión error e ignorancia. Cuanto menos conscientes estén de este centro interior, mayor será su separación de él.

Cuando, debido a un aumento de la conciencia de sí, partes del muro empiezan a resquebrajarse mientras otras partes persisten, el contacto ocasional con el centro interior produce la impresión de que dos mentes y dos seres están presentes. Cuando partes del ser interior se manifiestan y traen posibilidades infinitas de dicha, de bien, de expansión ilimitada, parecen estar totalmente desconectadas de la personalidad familiar.

Este centro interior es la conciencia divina. Permea todo el universo y lo abarca todo. De allí que el centro interior de cada ser humano sea uno con el centro interior de todos los demás seres humanos. Todos están llenos de la unidad viviente que no conoce ni conflicto ni limitación. El poder creativo operante en cualquier proceso de vida es uno y el mismo. La separación de la materia y la conciencia es una ilusión. Esta ilusión es el significado real de lo que la religión denomina la separación de Dios, o la “Caída de los Ángeles”. El estado de dicha que resulta de trabajar para regresar a la integración y al contacto con el centro interior es la meta no sólo de este Pathwork, sino, en un nivel inconsciente, de todos los seres vivos.

El poder contenido en el núcleo de su ser es tan vasto que no pueden concebirlo, amigos míos. Sólo pueden ponerlo a prueba gradualmente y observar cómo funciona… y maravillarse. Lo verán primero en manifestaciones pequeñas, que de todas maneras parecen casi milagrosas. A medida que perciban más y extiendan sus conceptos y su visión, lo verán funcionar de muchas maneras maravillosas. Si eligen convocar este poder, verán que es tan vasto que no pueden concebir tenerlo, o serlo, o ser activados por él. Es así de sencillo.

En este momento, la mayoría de ustedes están separados aún de este poder porque en realidad no creen que tengan todo lo necesario para expandirse, para estar en armonía, en el proceso de vida dinámico y creativo en el que dan y reciben todo lo que pueden soñar.

No estar conscientes del centro vital se conecta directamente con no ser conscientes de las causas negativas que han puesto en marcha. El Pathwork está directamente conectado con la falta de conciencia de las causas negativas que pusieron en marcha. El Pathwork debe concentrarse principalmente en el descubrimiento de las imágenes, los conceptos equivocados, las emociones y los patrones de conducta destructivos. En el grado en que éstos cambien, surgirá la conciencia de la Divinidad en ustedes.

La parte negativa de la personalidad también puede parecer una conciencia separada, extraña, que vive dentro de ustedes. En los primeros intentos de traer a la superficie material destructivo hasta ahora inconsciente, el individuo suele sentir como si se moviera en él una entidad destructiva, sobre la que no tiene ningún control. Primero atribuye los eventos negativos al destino, y tiene miedo del mundo y de la vida. Luego, cuando descubre su destructividad inconsciente, empieza a tener miedo de su propio inconsciente, sobre el que no parece tener ningún control. Aquí también sienten como si dos entidades separadas estuvieran involucradas: su ser familiar consciente, con sus propósitos y pensamientos, y el recién descubierto inconsciente, con sus totalmente opuestos propósitos y pensamientos negativos. Al proceder en su trabajo, gradualmente eliminan los factores que separan a éstos. Empiezan a admitir que esta “entidad” los habita. Se conectan y pueden identificarse con ella. Por consiguiente, se responsabilizan de ella y se vuelven uno con ella. Su funcionamiento ya no está separado de su voluntad consciente. De este modo, su ego se integra con una parte de ustedes que los ha llevado a callejones sin salida. Pero ahora, el ego, más sabio, puede determinar el camino. La lucha entre el ego educado y el elemento destructivo que los habita cesa en cuanto el ego exterior es capaz de reconocer su unidad con el elemento destructivo.

El proceso es idéntico cuando se encuentran con el centro divino. Al principio son tan inconscientes de él como de los procesos destructivos. Cuando la mente cuestiona su percepción anterior y empieza a visualizar posibilidades nuevas, lo que estaba enterrado sale a la superficie. Este proceso se aplica a los elementos destructivos así como a los más constructivos y creativos que hay en ustedes. Las manifestaciones de ambos parecen al principio desconectadas del ser. Sólo cuando aceptan que ellas también son parte del ser puede éste responsabilizarse de ellas e integrarlas. En este proceso lo negativo se disuelve y la Divinidad activa y mueve al ego consciente más y más, hasta que éste se convierte en uno con ella.

Consideren cualquier estado de ánimo o situación que parecen incapaces de cambiar. En alguna parte de ustedes debe de existir un punto en el que han producido deliberadamente el elemento indeseable; de lo contrario no estarían en esta situación. Mientras ignoren la conexión entre su deseo del resultado que ahora padecen y experimenten este resultado, deben de estar frenéticos y asustados. Sin embargo, hacen todo lo que pueden para no admitir que éste es un proceso autoinducido; prefieren atribuirlo a un destino malévolo. Luchan por no ver su propia participación. Pero una vez que quieran ver la conexión, la verán. Entonces serán libres, aun cuando sigan siendo imperfectos. Allí donde hayan hecho este reconocimiento ya no se sentirán impotentes y controlados por poderes que no pueden entender. Si ignoran su parte en la creación de su predicamento actual y niegan que siguen activándolo, verdaderamente se traicionan. Deben reconocer este hecho y, así, eliminar su ignorancia.

En el momento en que consideren que cualquier cosa que experimentan es el resultado de alguna causa que han puesto en movimiento, en el momento en que dicen: “Debo de haberlo producido de alguna manera, quiero ver dónde y cómo”, y luego sueltan y permiten que sus poderes positivos interiores produzcan las respuestas, inevitablemente entrarán en posesión de este conocimiento. En ese momento experimentarán el primer indicio de paz y un estado de valentía, porque están, dentro de ustedes, contemplando su propia causa y efecto. He hablado antes de esto en otros contextos. Lo repito porque algunos de mis amigos lo necesitan con urgencia. También es necesario esbozar de nuevo los paralelos entre los procesos negativos y positivos interiores. Cuanto más conscientes estén de ambas posibilidades interiores, más podrán integrarlas e identificarse con ambas, para que lo negativo se disuelva y lo positivo reine.

No podrán ser conscientes de ninguna a menos que contemplen la causa y el efecto y los cultiven con su ego consciente. A medida que se responsabilicen de sus aspectos negativos, serán capaces de reclamar para ustedes el poder más grande que hay. Cuando acepten y se vuelvan responsables de lo destructivo que hay en ustedes, esto ya no los gobernará y se volverán capaces de responsabilizarse de lo mejor que hay en la Creación: la Divinidad que reside en ustedes. Cuando ya no sean gobernados por lo destructivo porque lo aceptan como parte suya y así establecen la autodeterminación, la vastísima fuerza universal los empoderará y activará para lograr resultados hasta ahora no soñados. Cuando vean cómo funcionan sus elementos destructivos y qué los motiva, éstos dejarán de asustarlos pues serán ustedes capaces de determinar su curso. Al mismo tiempo, ya no tendrán miedo del más grande poder positivo que habita en ustedes. Serán capaces de usarlo construyendo moldes para él en su mente consciente. Dejarán de temer la destructividad sólo y cuando estén dispuestos a encararla.

Integrarse con su centro divino no sucede de la noche a la mañana. Como ya lo saben, estos procesos son graduales. En algunas áreas ya pueden estar bastante libres y pueden haber establecido un contacto directo con el centro del ser interior, lo que produce las consecuencias más favorables en la experiencia de la vida interior y exterior. Otras áreas pueden estar todavía amuralladas por falta de conciencia. En esas áreas pueden no ver aún dónde y cómo activan los procesos negativos, y por lo tanto no pueden activar los positivos. Su voluntad está bloqueada y paralizada. Pueden ser perfectamente capaces de comunicarse con su núcleo interior y ser guiados y movidos por él de maneras maravillosas en todas las áreas donde han adquirido libertad por medio de la conciencia, pero en las áreas donde falta ésta no son capaces de hacerlo. Por consiguiente, en estas áreas están separados del conocimiento de qué elementos destructivos operan, así como del poder que puede ayudarlos a salir de esta desconexión. Para estas situaciones los ayudará esta conferencia.

Aprenderán a entender cómo operan estas leyes y cómo pueden usar los poderes de su mente y de su voluntad. Conforme entiendan su potencia, ya no sentirán una separación entre su inteligencia y su voluntad conscientes, que forman la mente y la personalidad activas y exteriores, y ese ser interior vasto y divino, el centro de su ser interior, que es al mismo tiempo el centro del universo.

Mientras estén separados del centro, estarán perdidos y débiles. Su cerebro y su personalidad separadas no pueden hacer lo que puede lograrse únicamente en cooperación con el centro interior. Los niveles de la personalidad exterior sirven un propósito; alcanzar el ser interior, conocer el poder de éste, concebir su belleza y sus posibilidades, establecer un contacto deliberado con el centro interior. El ser exterior tiene que permitirse ser guiado, movido y alimentado con lo que surge del ser interior. Cuando la personalidad exterior deliberadamente le abre un espacio, el ser interior se manifestará espontáneamente. En este proceso la personalidad exterior se integrará finalmente con el núcleo interior.

Cuando su ser exterior trata de lograr lo que sólo el ser interior es capaz de hacer, no pueden tener éxito. Se toparán con confusión y dificultades, miedo y dolor. Inevitablemente luchan de la manera más frustrante. En su olvido del núcleo interior, el ser exterior hará todo lo que pueda por controlar lo que no puede controlar. Esta lucha causa más tensión, ansiedad, sentimiento de fracaso y miedo a la derrota. Pero el agotamiento de esta lucha fútil, con toda su presión exterior insensata, también induce a la personalidad a darse por vencida en áreas donde es más necesario perseverar. Para una actividad resuelta se necesita todo lo contrario: Allí donde la personalidad fuerza y empuja, lo que se necesita es soltar y entregarse a la fuerza superior dentro del ser. Allí donde la personalidad cede de manera desesperanzada y resignada, sin formular pensamientos que puedan activar el núcleo interior, necesitan recurrir al esfuerzo y a la voluntad. Desafortunadamente, con demasiada frecuencia prevalece la ley del menor esfuerzo en esos procesos de pensamiento que se entregan a la negatividad, mientras que la voluntad exterior pelea, lucha y presiona para obtener un resultado deseado que no puede llegar mientras las facultades interiores estén “fuera de servicio”. Este forzar tenso y ansioso ocurre de una manera muy sutil, pero muy real. Se dirige hacia otros que, uno insiste, deben conducirse de cierta manera para permitirle al ser alcanzar su objetivo. Este forzar también va dirigido hacia el ser resistente que no puede ser obligado a sentirse de manera diferente mientras la personalidad ignore las “razones” claras de su existencia.

Conforme progresen en su Pathwork, observarán este desequilibrio del control dentro de su personalidad. Entonces podrán corregirlo. Se volverán sumamente conscientes de cómo ceden a las emociones y a los patrones de pensamiento más destructivos. Verán cómo, en este sentido, eligen la ley del menor esfuerzo. Ahora que sus pensamientos ya no son nebulosos, pueden evaluar su efecto, detenerlos y elegir un patrón constructivo de pensar, sentir y querer. En las áreas de su problema momentáneo formularán el único deseo constructivo de mirar en su interior y deliberadamente activar el ser divino más vasto que reside en lo más profundo de ustedes.

No es difícil hacer esto. Es, de hecho, un camino mucho más fácil que su lucha actual. Si tan sólo dijeran: “Yo, con mi ser exterior, no puedo resolver este problema. Pero sé que debo de estar en la confusión y la falsedad porque me siento impulsado a pensar, sentir y actuar de una manera que produce desesperanza, miedo, frustración y sentimientos de duda. Ahora entraré deliberadamente en contacto y activaré el centro más constructivo de mi ser interno y le permitiré moverme hacia los pensamientos y realizaciones que necesito tener ahora, hacia las acciones y los pensamientos que son buenos y productivos en este momento”. Después suelten y dejen que las cosas sean… ¡y dejen que los muevan! ¡Dejen que piensen a través de ustedes! Esto es todo lo que tienen que hacer. De esta manera, activan el más potente centro vital. Los guiará paso a paso.

Obviamente el proceso que acabo de describir no es definitivo y para una sola vez, aunque al principio lo sientan así. Pueden decidirse y seguir este consejo y, efectivamente, experimentar el resultado más favorable. Pero luego pueden suponer que ahí acaba todo y que no se necesitan pasos adicionales. Desde luego que esto no basta porque todavía están al principio del proceso de integración, que no puede existir sin un esfuerzo consciente. Deben trabajar hacia la integración mediante el mismo proceso de concebir, formular y activar los pensamientos y la voluntad adecuados, de invocar al centro interior. Y deben repetir el proceso.

Cada momento en que lo hagan presenta diferentes obstáculos que reconocer y eliminar. Cada vez que aparezcan dificultades y estados de ánimo negativos deben detener la negatividad a la que parece tan fácil ceder y luchar por entrar en contacto con el ser interior. Esto no es tan difícil. En realidad es bastante fácil. Cada vez que lo hagan eliminan otro ladrillo de ese muro de separación. Debe resultar más comprensión y más vida, de modo que con el tiempo sientan que este poder superior los mueve como su propio poder. Sentirán una unidad entre su ser exterior y el centro que manifiestan mediante un proceso deliberado de pensamiento. Ya no parecerá como si existiera en ustedes una segunda conciencia, ni como si las manifestaciones de su vida exterior no tuvieran nada que ver con ustedes. Estarán conectados tanto con las causas negativas que no habían visto antes como con los poderes positivos que jamás soñaron posibles. Como resultado, estarán llenos de pensamientos productivos de verdad, expansión y una visión más amplia. Cada situación les ofrecerá muchas posibilidades de soluciones deseables y de un crecimiento creativo. No pueden emerger de ninguna dificultad si confían exclusivamente en la mente exterior. Permitan que la mente exterior se llene del ser interior. Sólo entonces podrán encontrar la solución a cada problema específico.

El restablecimiento del equilibrio correcto del control puede demostrarse óptimamente con el siguiente ejemplo. Todos los seres humanos necesitan y desean amor. Cuando a este respecto existe un equilibrio adecuado del control, ustedes dan de sí libremente y sin miedo. Al mismo tiempo, liberan al ser amado. No fuerzan, no necesitan poseer, no necesitan adueñarse y no necesitan ejercer un control y una presión estrechos. Por lo tanto, tampoco pueden ser poseídos ni controlados. De ahí que no necesiten tener miedo de amar y ser amados. Deben entender, en este estado anímico, que el amor es la mayor libertad, que debe llegarles, si se lo permiten, y que no tienen que pelear ni empujar para obtenerlo. Pueden permitir que otros sean libres porque ustedes saben que reciben lo que es suyo. Y el amor es suyo porque no lo bloquean, ni le temen ni se resisten a él. El amor es un continuo flotante que nunca se les puede quitar, siempre y cuando no se lo quiten ustedes mismos. No tiene final, mientras no lo terminen ustedes. Es completamente seguro; no conlleva peligro ni conflicto. Por lo tanto, dar de sí, amar y contribuir, no implica una pérdida de control. Son ustedes, en el verdadero sentido de la palabra “autodeterminantes”. El control, en el mejor sentido es de ustedes, sin estrechez ni miedo.

En la distorsión, en el falso control, están de nuevo en la situación de “esto o lo otro”. No son amorosos y no sueltan. Conciben, o bien la versión falsa del amor, o bien la versión falsa de dejar libre al otro. Amar de una manera distorsionada es el martirio, la sumisión que los borra, la autodestrucción por el bien del “amado”. Ser amado, en la versión distorsionada, es poseer y controlar al “amado” por completo. De allí viene el concepto de que el amor significa posesión, sometimiento y martirio. Anhelan experimentar el amor, pero le tienen miedo y resistencia. Tienen razón al dudar de su poder para poseer y controlar a otra persona en el grado en que lo creen necesario. El miedo de ser controlados—amar—y el miedo de no poder controlar—ser amados—llevan a la falsa versión de soltar, que equivale al retraimiento, la indiferencia, el no involucramiento, el no compromiso, el entumecimiento, la separación y la negativa a amar.

Cuando están metidos en esta distorsión, no pueden ver que el amor y la libertad son una sola cosa. Asocian el amor con la falta de libertad. Aunque entiendan bien esto intelectualmente, en lo emocional no pueden experimentar la libertad mutua del verdadero amor.

Ni la mente, ni el intelecto ni la voluntad pueden resolver esta lucha. Activen el centro interior expresando que quieren dar de sí libremente, sin miedo a ser controlados. Expresen su deseo de sentir y experimentar la unidad del amor y la libertad. Pidan guía para que los lleve a esta etapa mediante el establecimiento del sentido necesario de integridad y autoaceptación. Descubrirán que cuanto más amen, más libertad e individualidad tendrán. Si expresan esta posibilidad como un pensamiento formulado, y luego activan los poderes interiores que los ayuden a experimentarla, seguramente saldrán de cualquier problema en el que se encuentren en el momento.

Su soledad, sus miedos y sus conflictos se reducen a esto: No hacen lo único propositivo, activar el núcleo divino en su interior. Éste es el único control real, relajado y productivo, pues este centro interior puede, efectivamente, resolver todos los problemas si se lo permiten. Y se le permiten sólo cuando lo convocan. El ser interior que los habita sabe y entiende el proceso del amor sin peligro, de dar amor y libertad y, por lo tanto, recibir amor y permanecer libres. Su ser exterior no entiende esto. No pueden producir un estado anímico que no entienden cabalmente. Su ser interior puede ayudarlos. Convóquenlo.

Su núcleo interior, con sus poderes, puede resolver todos sus problemas. Cualesquiera que sean sus errores conceptuales, esta conciencia que vive en ustedes puede transformarlos en estados anímicos veraces. Siempre está dispuesto a responder, pero debe ser contactado específicamente. Los llenará de pensamientos, perspectivas e ideas nuevos y estimulantes. Los conducirá a pensamientos de verdad y belleza. Su guía es invaluable. Si la invocan, debe de responderles, pues ésta es la ley. No es magia, no es una hazaña inconcebiblemente difícil que deben dominar. Lo pueden hacer ahora mismo, si lo desean.

Todas las acciones y experiencias de la vida surgen de este centro interior, de su ser más íntimo, su núcleo, la sustancia divina que está con ustedes y en ustedes en todo momento. No puede responder a menos que su mente exterior, que está separada del núcleo, establezca contacto con este ser íntimo deliberadamente.

La comprensión de este proceso y su seguimiento es la mayor necesidad de todos mis amigos hoy. No importa cuánto hayamos hablado de esto, aún lo olvidan, lo pasan por alto, lo descuidan, no se disponen a actuar. ¡Ceden con tanta facilidad a lo negativo, a lo destructivo! Se entregan con tanta disposición a la mecánica exterior donde los procesos negativos los arrastran a un remolino. Tienen que redescubrir una y otra vez que dieron comienzo deliberadamente a la reacción en cadena en algún punto. Luego se les salió de las manos hasta que les pareció que ya no podían controlarla. Pero sí pueden, mediante la sencilla formulación del pensamiento y el deseo correctos. Éste es el único esfuerzo constante que necesitan hacer para atravesar la vida, amigos míos. Cuando permanecen separados del núcleo interno, se sienten innecesariamente exhaustos. No hacen ese solo esfuerzo por contactar deliberadamente el poder interior, para que los active y los llene de lo que más necesitan. Cuando no hacen el esfuerzo, usan cien veces más energía de la que necesitan para hacer esta elección específica. La energía desperdiciada produce fracaso y decepción cuando ceden a la ley del menor esfuerzo exactamente en el área donde necesitan perseverar. Hacen un tremendo esfuerzo por escapar de la negatividad que han producido y a la que han decidido someterse para empezar

Cuando invierten este proceso y emplean su energía para detener los procesos destructivos, cuando deliberadamente contactan a los poderes interiores, su sabiduría interior los activará. Éste es un proceso espontáneo que se lleva a cabo casi sin esfuerzo. Pero primero deben integrar sus pensamientos. Deben querer entregar el ser al poder divino interior. Deben hacer ese esfuerzo. Deben formular claramente el deseo de emerger de cualquier situación negativa, interior o exterior. Al hacer esto, recurran al poder interior para que los conduzca, paso a paso.

No duden de la existencia de su núcleo interior, amigos míos. Aun si algunos de ustedes todavía no lo han experimentado, aun si siguen dudando, sigan este proceso de todos modos. Siempre pueden expresar un deseo claramente formulado de un resultado constructivo. Aun si dudan de la existencia de la sabiduría y el poder superiores e inmediatamente accesibles, pónganse a prueba honestamente permitiéndoles que se manifiesten “si existen”. Si se limitan a esgrimir argumentos contra ellos, no son honestos en su duda. No tienen nada que perder, pues han experimentado ampliamente que depender sólo de sus facultades exteriores fue como se metieron en la situación indeseable en la que se encuentran. La presión exterior—la tensión y las corrientes forzantes—no han conseguido nada. Así que intenten este otro camino ahora. Entréguense a los poderes interiores, a los que no tienen que presionar ni dirigir, después de que formulen los pensamientos de voluntad constructiva. Verán cómo funciona esto.

Amigos míos, les he dado una llave que podría hacerlos atravesar un umbral importante, si tan sólo la usan. Utilicen el control de la manera en que describo, en vez de cómo lo hacían antes. Podrían encontrar áreas en las que ya hacen eso. Verán que en esas áreas su vida es muy satisfactoria. Las cosas llegan suavemente y sin esfuerzo. De hecho, ya no tienen que hacer un esfuerzo con su mente exterior para formular un deseo constructivo y para contactar al ser interior, pues ya han establecido la unidad. Ya han llegado a casa. En esas áreas, su conciencia es completamente constructiva en todas sus expresiones; las facetas interiores y exteriores de la conciencia están unidas. No hay división. Están en armonía y no hay ninguna huella de motivación destructiva en los recovecos más remotos de su personalidad. Lo que la religión quiere decir cuando habla de la “salvación”—y a lo que la psicología se refiere como integración, salud mental y madurez emocional—ha tenido lugar en estas áreas.

Al mismo tiempo, otras áreas de su personalidad se encuentran aún en las regiones oscuras del conflicto, el error, la separación, la duda, la ignorancia y la destructividad. Allí, si usan la clave que les di, pueden acelerar el proceso de desarrollo.

El falso control fortalece el muro de la separación. Eliminen este muro haciendo contacto con facultades más profundas y vastas para que los activen, aun cuando el muro siga presente. Hagan de esto una prioridad, amigos míos. Usen esta llave donde la consideren adecuada y siempre que tengan la mayor necesidad en cualquier momento dado. Cuanto más ingeniosos se vuelvan en la formulación de sus necesidades allí donde deseen que el centro interior los guíe e inspire, los active y los llene de verdad, con perspectivas y energías constructivas, más perfectas se volverán las manifestaciones del centro. Se manifestarán de tantas maneras diferentes que verdaderamente los llenarán de seguridad de confianza. Confíen en ustedes y en el proceso de la vida.

Pidan a este poder constructivo, a este núcleo de perfección y belleza, de salud y sabiduría, que les brinde las ideas correctas para derribar el muro de separación. Pídanle que los inspire con la meditación más efectiva en cualquier momento dado, de modo que incluso su mente exterior, que debe dar el primero paso para establecer el contacto con el centro interior, se llene del poder y la sabiduría de su núcleo. Así, la interacción funcionará en ambos sentidos. Cuanto más cultiven este proceso, más seguros se sentirán, más cuenta se darán de que no hay problema que no tenga solución. La salvación, amigos míos, reside exclusivamente en reunir la mente exterior con el núcleo interior. La salvación está muy cerca, con toda su verdad, su luz, su alivio y su felicidad, pero nunca se les ocurre a ustedes que está a su alcance. Entren en el centro profundo de ustedes y las respuestas llegarán. La iluminación seguirá y las crisis inevitablemente desaparecerán.

Una fuerza aún mayor de amor y de poder se activa ahora. Muchos de los que están aquí no sólo han entendido, sino que han adquirido una percepción interna, o un vislumbre, una esperanza y una luz. Esta luz les muestra que no dependen de ningún poder exterior que deba forzarse, someterse o persuadirse. Tienen un poder inmediatamente accesible dentro de ustedes. Es tan seguro y maravilloso. Algunos de los que están aquí lo han percibido y están a punto de usarlo donde más lo necesitan. Al hacerlo, pronto saldrán de su crisis o de su dolorosa confusión.

Sean benditos, todos ustedes. Tengan paz. ¡Queden con Dios!

Dictada el 29 de octubre de 1965.