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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 142. El anhelo de la felicidad y el miedo a ella. El miedo a soltar el ego pequeño

Saludos, mis muy queridos amigos. Bendiciones para cada uno de ustedes. Bendita sea su capacidad para entender, absorber, asimilar y utilizar lo que puedan recibir en esta hora.

Esta conferencia es la continuación del tema ya planteado la última vez: el anhelo profundamente arraigado de la Humanidad y su simultáneo miedo a la felicidad.

Este miedo se halla en un nivel muy profundo de la psique humana, muy por debajo de los errores conceptuales y miedos neuróticos ordinarios que los seres humanos albergan en su mente inconsciente. El miedo a la felicidad se relaciona directamente con el miedo de dejar ir, o soltar, las facultades externas del ego. Del mismo modo, el anhelo de la felicidad también debe ser un anhelo de ser liberado de estas facultades del ego. Aunque hemos hablado de este tema en el pasado, ahora tenemos que enfocarlo en un nivel más profundo, con una perspectiva y un entendimiento nuevos. Muchos de mis amigos, en su camino personal, han alcanzado ya, o están a punto de alcanzar, la conciencia del conflicto profundamente arraigado entre el anhelo y el miedo de la felicidad, que es lo mismo que anhelar y tener miedo de soltar el ego pequeño.

Como me han oído decir acerca de muchos otros aspectos de ser, todo existe tanto en la comprensión correcta como en la distorsión. Es lo mismo cuando se trata de soltar el ego exterior. Este soltar puede ocurrir de una manera distorsionada, desequilibrada y, por lo tanto, malsana. En primer lugar, seamos claros en cuanto a lo que quiero decir con las facultades del ego. Estas son las capacidades a las que tienen acceso directo: su pensamiento volitivo y la facultad que suelo llamar la voluntad exterior, cuya fuerza puede ejercerse directamente. Un ejemplo sencillo aclarará la diferencia entre la voluntad directa y la indirecta en el nivel físico. Su voluntad directa puede determinar que moverán una mano, por ejemplo, cómo la moverán y qué acción van a realizar. Sin embargo, sobre su ritmo cardiaco o su circulación no tienen un control directo. La misma diferencia entre las dos voluntades existe en un nivel mental y emocional. Es un ejercicio de futilidad forzarse a albergar ciertas emociones, pero al determinar la dirección de su pensamiento con el tiempo pueden cambiar sentimientos indeseables. De una manera similar, el ritmo cardiaco y la circulación pueden regularse indirectamente mediante el uso de facultades que controlan con la voluntad directa.

Cuando la volición directa se usa de la manera incorrecta, la psique entra en desorden. El esfuerzo excesivo de la voluntad y los intentos de dirigirla a áreas que no pueden controlarse directamente desperdicia energía y los debilita. ¿Se imaginan forzarse con todas sus energías, y con su pura voluntad exterior, a efectuar un cambio en la circulación de su sangre? Si este esfuerzo tuviera algún efecto, sólo empeoraría su estado. La verdad es que muchos seres humanos tienen una buena cantidad de medios a su disposición para mejorar su circulación, pero éstos no deben utilizarse con la voluntad exterior. Lo mismo ocurre con sus facultades mentales y emocionales. Ustedes, los seres humanos, suelen adoptar el enfoque incorrecto ejerciendo su voluntad exterior en la dirección incorrecta y se olvidan de usarla cuando contribuiría a su desarrollo. Cuando la voluntad no se usa suficientemente, el ego poco a poco se debilita. Cuando la voluntad se ejerce exageradamente, se agota tanto que conduce al escape del ser debido a motivos débiles. Soltar es entonces un escape que puede volverse peligroso.

Para soltar adecuadamente se necesita un ego sano y equilibrado, no adoctrinado con conceptos falsos, temores falsos ni actitudes destructivas. Sólo entonces puede el ego renunciar al control directo, exageradamente tenso, con la voluntad exterior, que entonces se vuelve posible y realmente deseable. El anhelo profundo de felicidad y armonía que resulta de soltar las facultades del ego proviene del conocimiento profundo de todos los seres humanos de que todas las grandes experiencias de la Humanidad son el resultado de soltar en alguna medida las facultades del ego con su control excesivamente tenso. Todas las manifestaciones creativas son la obra de una inteligencia y una sabiduría interiores que rebasan con mucho la inteligencia consciente y directamente accesible del ego. Por lo tanto, esta última debe usarse deliberadamente a fin de activar la sabiduría mayor interior. Su ser interno parece existir muy independientemente de su pensamiento volitivo exterior. Al principio los humanos son totalmente inconscientes de esta poderosa inteligencia interior; luego empiezan a experimentarla ocasionalmente como algo completamente separado de su poderoso ser consciente; y finalmente integran estas dos partes de ellos. A fin de lograr la integración, deben ustedes aprender a usar su ego consciente con el fin de activar su ser interior. Deben aprender el equilibrio fino entre cuándo y cómo usar el ego exterior, y cuando permitir que se le haga a un lado.

Todas las experiencias humanas verdaderamente grandes provienen del ser interno no volitivo. Jamás pueden proceder del ego exterior, a menos que éste ya esté integrado con el ser interior. Todos los actos de creación en el arte y la ciencia, todos los grandes inventos, todos los valores verdaderamente enriquecedores y perdurables emanan del ser interior, al igual que todas las experiencias espirituales, la experiencia del éxtasis de amor entre los sexos, y finalmente la gran experiencia de la muerte física misma que los seres humanos erróneamente suponen que es triste u horrible. Esto no es más cierto si pensamos en la muerte que en las otras dos experiencias, que son casi igualmente temidas aunque el temor no sea tan consciente. Los seres humanos tienen miedo de una gran experiencia espiritual. Tienen miedo del gran acto de amor total y de soltar al ser pequeño durante el éxtasis de la unión. Las personas tienen miedo de reunir el valor que se necesita para permitir que el ser interno se manifieste con su sabiduría y su verdad. Ustedes están menos conscientes de estos dos últimos miedos, mientras que el temor a la muerte se ha exagerado y convertido en un miedo enorme y aparentemente racional.

El miedo de soltar las facultades exteriores del ego es otro resultado más del error conceptual de que la vida sólo puede conservarse cuando el ego se mantiene tensamente integrado. ¿Qué significa la vida en esta conexión? Ustedes no quieren perder su sentido de identidad, su sentido de ser un individuo con una existencia clara y singular. Por desgracia, este sentido de identidad se asocia exclusivamente con las facultades exteriores del pensamiento y la voluntad directas. Debido a esta identificación errónea temen perderse sin las facultades del ego. La pérdida del ego significa la muerte para ustedes porque se sienten inexistentes. Amenazados por este “yo no soy”, se tensan para no desintegrarse.

La historia de la evolución espiritual ha llevado a la Humanidad temporalmente a un estado de aferrarse al ego con demasiada tensión hasta que aprenda a restablecer el equilibrio. En el curso más reciente de su evolución, la Humanidad se ha concentrado excesivamente en usar sólo las facultades del ego, de manera que las personas no pueden ir más allá de la pared aparentemente sólida de la materia que, tal como el ego la percibe, los separa de la vida. Así, equiparan su separación física con la individualidad. Desde luego, es cierto que un ego débil e inefectivo disminuye su sentido de individualidad. Por lo tanto, el ego debe fortalecerse, pero con el único propósito de relajarlo otra vez, para que pueda integrarse con el ser más profundo y sabio indirectamente accesible. Si ponen su identidad exclusivamente en el ego exterior, seguramente tendrán miedo de soltarlo. Hacer esto realmente parece una aniquilación, porque su existencia misma parece amenazada. La separación de la Humanidad es el resultado de esta amenaza; es la raíz más profunda de su miedo cuando se trata de soltar. Mientras la sujeción del ego no se afloje, la verdadera felicidad no puede existir.

Cualquier sobreesfuerzo del ego impide la experiencia real. Todas las experiencias realmente bellas, válidas, constructivas y significativas provienen de un equilibrio perfecto entre el ego volitivo y el ser no volitivo. Este último se manifiesta de una manera espontánea, no solicitada e indirecta, y no es controlable por la volición exterior. Esas son las experiencias que los hacen sentir su unidad con el universo. El hecho de que la Humanidad constantemente anhele esta unidad—se dé cuenta o no de este anhelo—es muy comprensible, pues éste es su destino, su estado natural, la dirección hacia la cual los empuja su evolución. La profunda necesidad interna de alcanzar el estado de integración perfecta entre las facultades del ego exterior y el ser interno no volitivo debe existir en los seres humanos mientras no se haya satisfecho esta necesidad. Aquí es a dónde deben ir. Cuando inadvertidamente bloquean su camino a su destino porque sus miedos y sus errores conceptuales llevan a la autoenajenación y al escape de la vida, entonces surge un conflicto en lo más profundo de la psique. El destino de integrar al ego con el ser profundo simultáneamente se convierte en su mayor anhelo y su miedo más profundo. Esta dicotomía entre el deseo y el miedo es particularmente fuerte en las experiencias de vida donde su control estricto no le permite al ego hacerse a un lado y permitir que el ser interior se manifieste.

Cuando este control excesivo ha existido durante un tiempo y agotado a la personalidad, las personas suelen recurrir a medios falsos para liberarse de la carga de un control demasiado tenso. No pueden soportar el estado de sobrecargar las facultades y frustrar al ser interno no volitivo que está infinitamente mejor equipado para servirlos. Buscan alivio y, así, muchas veces se aferran inadvertidamente a medios falsos e incluso peligrosos sólo para poder experimentar la maravilla y la riqueza del universo. Las formas más extremas de liberar al ego hiperactivo son el alcoholismo y la drogadicción. Las formas menos extremas son la autoenajenación y los estados mentales de disociación del ser. Estas se instituyen inconscientemente para efectuar una huida del ego. Ya saben ustedes cuántas maneras existen en que el ser trata vanamente de liberarse. Cuando una persona experimenta los resultados negativos de este escape del ser, él o ella está tanto más convencido del peligro de soltar. Regresar al otro extremo de aferrarse demasiado fuertemente al ego mismo que creó el desequilibrio en primer lugar no es una solución. Sólo un ego fuerte, sano y robusto puede darse el lujo de dejarse ir. Este ego puede renunciar a sí mismo e integrarse con el ser mayor.

Esta es la historia del desequilibrio de la psique humana y explica por qué siempre están constantemente atrapados en la tremenda lucha entre anhelar y temer la felicidad y el soltar sano, aunque éste permite al ser más grande la oportunidad de manifestarse, crear, guiar y ser. El control genuino no se establece en el alma por medio del aferramiento tenso y ansioso, sino a través de un movimiento armonioso y natural que aumenta el poder que cada individuo posee, sin hacer jamás de este poder una carga.

Cuando consideren las áreas de su vida que funcionan perfectamente bien, entenderán mejor lo que quiero decir. Tal vez han llegado a esta vida liberados y sanos en esos aspectos, o bien han establecido los patrones sanos trabajando en un camino como éste. Como quiera que sea, el principio positivo autoperpetuante ha estado en acción.

Todos los aspectos de vivir y de ser, todas las actividades externas e internas de la Humanidad—en especial las permanentes y repetitivas—se basan en procesos autoperpetuantes. Cada uno de éstos es como un campo magnético. La actitud que una persona alberga acerca de cierta área de su vida, junto con los pensamientos, los sentimientos, las impresiones, los conceptos, y las acciones, reacciones e interacciones que provienen de éstos, forman juntos un núcleo de energía. La nueva energía que surge constantemente de este núcleo crea lo que podría llamarse un campo magnético.

Para cada ser humano cierto número de experiencias de vida básicas se combinan para establecer este campo de fuerza. Las fundamentales, que se aplican a todos los seres humanos son: la actitud hacia el trabajo, las relaciones humanas en general, los valores materiales, la salud física y la vida exterior, el aspecto y la actividad; también está la actitud de uno hacia la naturaleza, el arte, el placer y el ocio, la realidad espiritual, el autodesarrollo y los valores permanentes, junto con la obtención y la asimilación del conocimiento. Todas ellas forman distintos campos de energía magnética. En cada vida humana, unas son positiva y otras negativamente autoperpetuantes. Allí donde obran positivamente, todo marcha sin tropiezos. No hay que luchar. Los resultados deseables llegan por sí solos, sin esfuerzo y armoniosamente, sin crear jamás problemas ni conflictos. La acción correcta ocurre en el tiempo correcto, desde afuera y desde adentro. Piensan en las cosas apropiadas que hacer, decir o emprender precisamente en el momento adecuado. Nada se interpone en el camino. Las cosas se acomodan por sí mismas. La inspiración, la guía y la propia inventiva funcionan bien. En estas áreas tienden a ver como algo tan natural el funcionamiento suave que no se dan cuenta de su mecánica. Una vez que prestan atención a estas áreas, verán que el ego hace su parte, pero no está exclusivamente a cargo, ya que sería incapaz de hacer que tantos factores exteriores como interiores funcionaran tan bien juntos. Lo que les he dado es una descripción típica de un campo magnético que funciona positivamente, o una energía positiva autoperpetuante.

Los campos magnéticos negativos de la experiencia de vida de uno denotan no sólo fracaso, sino presión, dificultad, mala sincronización y frustración. Las cosas no resultan. Cuando se le observa estrechamente, el ego presiona y empuja, pues supone que esto vencerá la obstrucción. El dolor, la decepción y las complicaciones son el resultado.

Las personas suelen ser tan miopes que llaman a los campos de energía positivos buena suerte, y a los negativos, mala suerte. Cuando tratan de controlar directamente el resultado mismo, seguramente desperdician su energía sin poder cambiar un campo negativo en uno positivo. No obstante, pueden controlar directamente todo aquello que compone el campo magnético negativo. Es decir, pueden examinarse ustedes mismos, sus pensamientos, sus sentimientos y sus actitudes a este respecto. Pueden controlar directamente si desean continuar con los mismos pensamientos, sentimientos y actitudes, o bien modificarlos. Pueden determinar si permanecen en un clima vago de impotencia y desesperanza, o si deciden clarificar este clima interno formulándolo apropiadamente y luego expresar su deseo de cambiar creando una actitud positiva nueva.

Nadie es más supersticioso y fatalista que la persona materialistamente orientada que ignora las realidades espirituales detrás de la manifestación. Esto es especialmente cierto en el caso de aquellos que creen en la “buena suerte” y la “mala suerte” porque no pueden ver debajo de la superficie. Como estas personas se niegan a concebir las realidades espirituales, no pueden percibirlas. Tampoco pueden ver que tienen una influencia sobre aquellas áreas de su vida en las parecen tener mala suerte. Estas áreas no pueden cambiarse sin una profunda y honesta autoconfrontación. En primer lugar, tiene que haber el entendimiento de que sí existe una posibilidad de cambio, y luego debe despertarse el deseo de lograrlo, sin eludir el esfuerzo que requiere este cambio profundo.

Cuando está atrapada en un campo magnético negativo, una persona no puede ejercer una presión para cambiar con la voluntad exterior; ésta debe usarse para descubrir de qué consta el campo negativo autoperpetuante, por qué existe, y qué parte del ser la creó. Después de hacer esto, la persona automáticamente será capaz de instituir un campo positivo.

Mientras haya negatividad y destructividad dentro de ustedes, inevitablemente tendrán miedo de soltar su ego exterior y controlador. Como su destructividad proviene de un campo magnético negativo y lo perpetúa aún más, soltar el control exterior significa dar a esta fuerza descontrolada libre rienda. Desde este punto de vista su negativa a soltar el ego es comprensible y consiste incluso en una autoprotección sana. Es comprensible, pues, amigos míos, que tengan miedo de soltar cuando usan sus facultades volitivas para descubrir en qué áreas negativas específicas se manifiestan los campos magnéticos. Pregúntense cuáles son las áreas específicas de los campos magnéticos negativos. Véanlas clara y precisamente. Sin embargo, es muy importante que vean tanto las áreas positivas como las negativas lado a lado. No hay nadie entre ustedes que tenga sólo campos magnéticos negativos. Cuando comparen estos dos modos de funcionar, les resultará mucho más fácil sentirse relajados cuando descubran la naturaleza de los campos magnéticos negativos.

Éste, desde luego, es su camino, pero ahora me gustaría que hicieran el trabajo con una comprensión más exacta de cómo operan los campos de fuerza autoperpetuantes. Esto los llevará a entender inmediatamente la existencia de campos negativos específicos. También verán que hasta ahora les ha faltado esta conciencia precisa. Observarán cómo presionan a la energía del ego para que tome el canal equivocado y podrán cambiar su dirección. Los campos negativos contienen todos sus patrones destructivos de creer, pensar, sentir y estar dispuestos, que los hacen tener miedo de soltar al ego pequeño. Entenderán claramente por qué tienen miedo de la felicidad, por que temen soltar el control exterior. Pero una vez que los campos magnéticos negativos se conocen y se entienden, ya empiezan a debilitarse en efecto, y por ende comienza lentamente a formarse un campo magnético positivo y autoperpetuante.

Siempre que hay campos positivos en acción, consciente o inconscientemente, debe de haber confianza. Cuantos más campos positivos y menos campos negativos existan en su psique humana, mayor debe ser su confianza en los campos energéticos que crean su vida, al parecer independientemente de su ego volitivo. Cuanta más confianza de este tipo exista, menos problemático les resultará renunciar a su pequeño ego exterior. Permitan que fluya y se integre con su ser interno mayor, que tiene todas las fuerzas y los recursos que jamás necesitarán.

Esta es la única manera en que podrá establecerse la confianza en la vida, en el ser y en Dios. ¿Cómo pueden soltar el ego pequeño con su tenso control si no hay confianza? ¿Y cómo puede establecerse la confianza en el universo de otra manera genuina que no sea corrigiendo los campos negativos con sus patrones repetitivos, indeseables y dolorosos? Decir que deben confiar en un Dios lejano fuera de ustedes es un mandamiento completamente insensato, que se convierte en una demanda imposible. La confianza en la vida, y por lo tanto en Dios—o en los poderes y leyes universales y cósmicos—será evidente cuando entiendan cómo y por qué operan los campos negativos, por qué existen, y el hecho de que no necesitan existir. Incluso antes de que se transformen en campos positivos, ya sabrán en principio que la confianza está justificada, que debajo de estos campos negativos hay algo en lo que se puede confiar, y que puede ser activado por su mente, su voluntad y la orientación de sus pensamientos. Cuanto más se entra en contacto con este vasto poder, incluso debajo de la más fuerte autoperpetuación negativa—porque este proceso negativo sólo se concibe en la perspectiva de ustedes—más fácil les resulta cambiar las corrientes de energía de los canales destructivos a los constructivos.

Sólo de esta manera puede el ego volverse fuerte y sano, e integrarse con ese ser interior, totalmente confiable, que funciona de una manera indirecta. En esta “indirección” la vida sucede sin esfuerzo, pero no son ustedes receptores pasivos. Las cosas no suceden para ustedes; suceden con y a través de ustedes y los hacen responder automáticamente de una manera adecuada. Cuando las personas quieren quedar fuera del proceso de la vida y permanecen como receptores pasivos, no han entendido la naturaleza de la vida y la parte que deben desempeñar. Lo mismo ocurre cuando desean tener un control demasiado estrecho de las riendas. El ego no debe ni hacerse a un lado ni sobrecargarse. No puede establecerse el equilibrio hasta que las personas se den cuenta de que cada una posee un ser interno poderoso que puede activarse. Si no hubiera tal poder interior, ¿cómo podría un individuo evitar sobrecargar al ego y encargarle tareas que no está equipado para ejecutar? Sólo activando el ser interno es posible la integración armoniosa entre él y el ego. Esto, amigos míos, es como puede manifestarse la integración, la confianza y el estado relajado del ser interno más rico y más amplio: no escapando a la espiritualidad desconectada, sino mediante la integración completa del ego con el ser interior.

¿Hay preguntas que deseen hacerme?

PREGUNTA: ¿Cuál es el proceso intermedio para alcanzar ese estado de integración? ¿Existe algún proceso en particular?

RESPUESTA: El proceso en particular es el trabajo de este Pathwork que les he dado y sigo dándoles. Es el proceso de reconocimiento, que suena como una palabra fácil, amigos míos, pero no es tan fácil de hacer, pues los seres humanos suelen estar gobernados por impulsos que pueden racionalizar con una facilidad sospechosa, pero cuya naturaleza real no entienden. El autorreconocimiento profundo es un camino largo y constante que requiere el valor más grande de la honestidad con uno mismo. Esta es la única manera posible que lleva a esta integración. No hay otra.

PREGUNTA: Últimamente he tenido bloqueos mentales. Siempre que me concentro y trabajo y uso los métodos que usted acaba de describir, sólo hay un vacío. Es muy difícil atravesarlo, muy agotador y me consume mucha energía. ¿Me puede ayudar con esto?

RESPUESTA: En primer lugar, cuando te observas muy de cerca, descubres que cuando ciertos temas surgen—temas de los que quieres hablar o sobre los que deseas meditar, o incluso los temas que te llegan de fuera—sientes ansiedad. Primero esta ansiedad puede registrarse sólo como un sentimiento vago de intranquilidad, de impaciencia o de irritación. En vez de inmediatamente tratar de penetrar la ansiedad o alejarla con explicaciones, anota algunas palabras clave. Es importante hacer esto, porque de lo contrario te elude muy fácilmente. ¿Cuáles son estos momentos en los que te sientes intranquilo? ¿Cuál fue la ocasión? ¿Qué pensamiento pasajero pasó por tu mente cuando surgió la ansiedad camuflada? Trata de identificarlo con precisión. No lo sueltes. Cuando reúnas esta información a lo largo de un periodo de varios días o una semana, tendrás toda una lista de palabras clave. De aquí surgirá un patrón claro o un común denominador. Puede ser comparativamente fácil que hagas esto y pronto sentirás un campo de energía global, más grande y negativo, que bloqueas porque evades la verdad.

Esta evasión siempre causa un sufrimiento innecesario, una carga opresiva, miedos y un escape del ser. Una vez que se hace frente por completo a esta área, el alivio y el crecimiento se vuelven posibles. Al reconocer que temes la verdad, entonces puedes decirte: “No temeré la verdad. Éste es un miedo irracional, ilógico y sin fundamento. Mi miedo no tiene ninguna base en la realidad. No cederé a él. Decido enfrentar cualquier cosa que haya. Y pido toda la ayuda que necesito para hacerlo”.

Cuando determines con tu ser exterior y volitivo cuál es la negatividad, el camino se abrirá de nuevo y los bloqueos cederán. Si no puedes ver el común denominador y, por lo tanto, el problema que aún te sientes renuente a enfrentar, tal vez una sesión con la canalizadora te abrirá el camino. De allí puedes proseguir. Algunas veces puede tener lugar una apertura en una sesión de discusión buena y profunda. Si puedes descubrir la negatividad sin esta ayuda exterior, conocerás el camino automáticamente. También puedes preguntarme de nuevo y trataré de ayudarte desde otro ángulo. ¿Me entiendes? ¿Crees que puedas hacer esto?

COMENTARIO: Trabajaré en ello, creo que haré…

RESPUESTA: Si dices “Creo que haré”, eres capaz de observar cómo bloqueas deliberadamente, aun en forma muy consciente. Aquí es exactamente donde tienes un recurso directo a las facultades de tu voluntad exterior. Este bloqueo no está completamente fuera de tu alcance; por lo tanto, no eres una víctima indefensa de él, pues está dentro del ámbito de lo posible que digas: “Haré esto” en vez de “creo que haré, y decirlo en serio también.

PREGUNTA: Creo que tengo algunos campos magnéticos muy positivos. Y también otros muy desdichados. Ahora bien, cuando se trata del ego, tengo la sensación de que, o el ego lleva la batuta, o se va completamente. Es una especie de “esto o lo otro”.

RESPUESTA: Eso es exactamente lo que quise decir en esta conferencia. Eres una demostración y un ejemplo maravillosos y, por lo tanto, magníficos, que lo saques a relucir aquí, pues muestra lo que quiero decir en un caso real. Como el campo magnético negativo existe en ti, soltar tu ego te asusta naturalmente. Parece que estuvieras entregándote a algo peligroso. La otra alternativa es que te aferres con demasiada fuerza, lo que es, desde luego, lo que haces habitualmente.

Por lo tanto, es necesario que ahora uses el enfoque que he esbozado en esta conferencia, en el que antes que nada afirmes el hecho: “Aquí hay un campo negativo. Este campo negativo no tiene que existir. No es algo que me dio un destino que no puede cambiarse. Sí puede cambiarse, con tal de que yo entienda exactamente por qué existe el campo negativo y qué hace de él un proceso negativo o autoperpetuante. Por lo tanto, declaro que voy a construir un campo positivo, lo que sólo puedo hacer cuando mi propia negatividad y destructividad en esta área específica se vuelvan conscientes. ¿Dónde a este respecto se conecta mi principio del placer a una destructividad? Me propongo ver todo esto”.

Esto entonces te mostrará con bastante claridad cómo se regenera constantemente la energía por medio de la conexión al principio de placer de la negatividad. Esta es la manera en que puedes trabajarlo. Como he indicado en el pasado, un campo negativo autoperpetuante sólo puede existir cuando el principio del placer está conectado negativamente a un patrón destructivo específico. Parte de tu resistencia a corregir estas áreas desdichadas es un temor oculto e irracional que proviene del error conceptual: “Si renuncio a toda esta estructura, a todo este campo, que consta de mi negatividad y del placer conectado con ella, entonces no habrá placer”. El miedo es que tu placer te sea restado cuando renuncies a la negatividad. El miedo debe ser contrarrestado por el ser pensante consciente y racional, una vez que se confirme que el placer de uno no será restado. El placer puede ser tuyo de maneras infinitamente mejores y más deseables en una situación positiva. De hecho, la inclinación natural, original, del ser humano antes de que cualquier distorsión haya tenido lugar, es estar en una situación de placer completamente positiva.

COMENTARIO: Muchas veces damos un precio falso al placer. Esto no es necesario. No hay precio.

RESPUESTA: Correcto, exactamente. ¿Hay más preguntas?

PREGUNTA: He comenzado una relación nueva y creo que puedo llegar a querer mucho a esta persona. Me gustaría que ella me apreciara más de lo que me aprecia en realidad. Existe una compulsión en mí acerca de esta relación porque siento que ahora no puedo progresar más de lo que me permite mi ritmo de trabajo, y porque mis problemas todavía existentes podrían impedir la relación y, a final de cuentas, romperla.

RESPUESTA: Responderé primero la última parte de tu pregunta. Temes que tus bloqueos todavía existentes impidan la relación e incluso la pongan en peligro o la destruyan. Esto, desde luego, es perfectamente cierto. No sería honesto alguien que te dijera que esto no podría suceder. Pero piensa en cuántas veces podría repetirse la situación hasta que te amargaras tanto que te retirarías completamente de la vida. Piensa cuánto más doloroso debe ser cuando uno atribuye estas ocurrencias a razones falsas, y cuánto más constructiva es tu vida cuando aprendes de todo lo que experimentas. Nadie, absolutamente nadie, va por la vida sin destruir algunas oportunidades. Todas y cada una de las almas encarnadas tienen problemas y bloqueos no resueltos. El enfoque sano que yo recomiendo sería éste: “Sí, aquí tengo un problema. Es muy posible que mis problemas aún existentes puedan contribuir a una relación imperfecta que finalmente podría terminar. Pero así es la vida y me propongo aprender lo más que pueda de todo y adoptar la actitud más constructiva ante lo que llegue a pasar”.

También debes saber que no puedes sentirte atraído a alguien que no tenga problemas iguales, más o menos. Por lo tanto, la otra persona debe ser igualmente responsable si la relación no funciona. No es sólo tu creación; no puede ser sólo tu creación. No es exclusivamente ni tuya ni de ella; debe ser la creación de ambos. Cuando sientes que otros no pueden equivocarse y te sientes culpable por no ser “como otros”, entonces te sentirás compulsivo y muy ansioso. Pero cuando sabes que la perfección no existe y que nadie puede hacer lo mejor que esté en su mano en cualquier fase dada, te sentirás más relajado. Lo más importante es que aceptes tus limitaciones presentes con todas sus consecuencias. Éste es un requisito fundamental para eliminar la limitación. Con ese espíritu aún puedes derivar mucha alegría, incluso una alegría cada vez mayor, de cada encuentro. Y cada contacto nuevo será una mejora hasta que ya no tengas miedo de la gente, del contacto, del amor, de ti mismo. De esta manera obtendrás una lección mayor, más ayuda, y también aportarás más a la otra persona, lo que a su vez aumentará tu propia seguridad. Con esta actitud, no vivirás en la ilusión ni en la distorsión, y verás la realidad y crecerás a partir de lo que ves. No puedes esperar que tus bloqueos desaparezcan de un solo tajo. Y sin embargo, obtenderás más placer de estos encuentros que antes. No creas que del otro lado de la cerca están todos los demás seres humanos, y que ellos no tienen problemas y sólo relaciones completas. No creas que nunca destruyen nada, mientras que tú estás completamente solo de este lado. No pienses que si tan sólo pudieras liberarte rápidamente de este bloqueo, tú también estarías entre los privilegiados. Todas las personas destruyen oportunidades constante e inadvertidamente en la esfera de la vida humana. Pero los errores no son el fin del mundo. Si aprendes y lo ves de esta manera, no necesitarás estar tan asustado.

El hecho de que cada relación es una proposición mutua, sea o no buena esa relación, debe ser claro para todos los involucrados. La relación no puede ser algo unilateral. Cuando sepan esto, también descubrirán su propio poder. Hay un equilibrio extraño y aparentemente paradójico: cuanto más egocéntrico es el niño interior de una persona, más espera sólo recibir. Cuanto más débiles e impotentes se vuelven estas personas egocéntricas, más tienden a atribuirse la única culpa por el fracaso de una relación. Como experimentan sólo sus propias necesidades y deseos, y como creen que sólo ellos cuentan, no pueden compartir el peso del fracaso cuando la relación no funciona. Tampoco pueden estas personas ser conscientes de su poder para dar a otra persona.

Por otra parte, cuando dejan atrás el egocentrismo y pueden experimentarse en el mismo nivel del otro, su interés por éste en una relación debe crecer. Esto les dará automáticamente la sensación de que tienen el mismo poder para hacer a alguien feliz o infeliz como el que hasta entonces le habían atribuido a la otra persona. En consecuencia, se sentirán mucho más seguros. Una vez que estén dispuestos a dar, se sentirán con el derecho de recibir. Cuando ese cambio ocurra, experimentarán cierta fluctuación entre culpar al otro o culparse ustedes mismos.

Cuando no acuden a la otra persona como un niño que pide limosna, conocerán su fuerza y su potencial para dar. Esto les permitirá usar su inteligencia, su observación y su intuición. También les ayudará a distribuir sus energías entre hacer aportaciones tanto activas como pasivas a la relación. Debe darles libertad y un sentido de proporción darse cuenta de que los dos están involucrados. Si la otra persona no tuviera problemas, su estado de salud superaría todas las dificultades, pues ésta es la fuerza de la verdadera salud espiritual.

Mis muy queridos amigos, el alimento espiritual que les he ofrecido puede ser, de hecho, aprovechado por todos ustedes. Puede enriquecerlos en su expansión y permitirles encontrar y determinar dónde existen en ustedes los campos magnéticos positivos y negativos. También puede ayudarles a considerar la posibilidad de que los negativos pueden revertirse si realmente lo desean y están preparados para hacer el trabajo. Sean benditos, queridos míos. Queden en paz, Queden con Dios.

Dictada el 15 de abril de 1966.