Conferencia 175. Conciencia. Fascinación en la creación
Saludos a todos mis amigos aquí reunidos, que reciben bendiciones tangibles en forma de corrientes de energía que contienen conciencia y fuerza. Estas fluyen hacia ustedes y los permean. Son una realidad que pueden percibir a medida que su conciencia crece y se aventura a salir.
Me gustaría hablar de aspectos de la conciencia y su significado en el plan de la creación. Nuestro trabajo en los meses venideros deben profundizar su comprensión del poder y el significado de la conciencia creativa. La creación es, de hecho, un resultado de la conciencia y no, como generalmente se supone, al revés. Nada puede ser a menos que exista primero en la conciencia, ya sea la conciencia el espíritu universal, el ser universal, o el ser individualizado. El que su conciencia perciba, cree y formule algo importante, algo que contribuya a la formación del mundo, o sólo una actitud pasajera e insignificante, el principio es el mismo.
Muchas veces he hablado de estas verdades y ustedes las conocen, pero no suficientemente. Todavía pasan por alto el enorme significado de sus creaciones conscientes, y de que su desconexión de ellas causa un sufrimiento real. Ningún otro sufrimiento es tan intenso como el que sienten cuando no saben que han creado lo que experimentan. Esto se aplica, en menor medida, aun a las experiencias positivas. Si no saben que han creado sus experiencias, se sentirán impotentes en manos de un poder que no comprenden. Este poder es verdaderamente su propio consciente, amigos míos.
Ahora entendamos un poco mejor algunos de los atributos más sobresalientes de la conciencia. Esta es no sólo el poder de saber, percibir y sentir. Es también la capacidad de querer. Querer es un aspecto muy importante de la conciencia. No importa si quieren con conciencia o si se desconectan de su voluntad. Su querer es un aspecto de su conciencia y, por ende, de lo que continuamente crean. Querer es un proceso continuo, tal como saber y sentir. Donde existe la conciencia, también existen el saber, el sentir y el querer.
Muchas veces, cierto número de corrientes volitivas contradictorias hacen cortocircuito en la superficie, manifestándose como una falta de conciencia o entumecimiento. La conciencia disminuye en la superficie pero sigue activa debajo de la superficie. Sus productos se manifiestan como experiencias de vida tangibles y se sienten ustedes desconcertados, creyendo que lo que la vida les trae es totalmente independiente de su propio querer y saber. Cualquier camino de desarrollo genuino debe traer a la superficie todos los deseos, creencias y los saberes internos confusos y contradictorios de manera que las circunstancias de vida aparezcan en su luz verdadera como la creación del ser.
Querer una posibilidad existente, determinarla, formularla, saberla y percibir estas actividades internas son las herramientas de su conciencia creativa. La Humanidad puede dividirse entre los que saben esto y emplean las herramientas deliberada, creativa y constructivamente, y los que no las conocen y, víctimas de su propia ignorancia, constantemente crean destrucción sin jamás saberlo.
El ser humano es la primera entidad de la escala evolutiva ascendente que puede crear deliberadamente con conciencia. Ustedes, amigos míos, que buscan su verdadera identidad, deben llegar a experimentar su poder para crear y, específicamente, cómo han creado lo que tienen o no tienen ahora. Entonces pueden ver que pelear contra sus propias creaciones aumenta el dolor y la tensión en su ser. Esto es inevitable cuando todavía no con conscientes, general y específicamente, de que su vida es el resultado de su actividad mental. Invariablemente se rebelarán contra ello, sin saber nunca que en realidad se desgarran aún más. La rebelión puede no ser enteramente consciente tampoco; se puede manifestar como un vago descontento con la vida, un anhelo sin esperanza, un sentido de futilidad y frustración a las que no le encuentran una salida. También el descontento es una forma de rebelión.
Para entender la naturaleza de la conciencia con mayor profundidad necesitan ver qué direcciones positivas y negativas puede tomar ésta. Tienen dentro de ustedes la sabiduría más pura, que fluye hacia una dicha siempre en expansión, hacia una variedad infinita de nuevas expresiones de vida y una plenitud de dimensiones. Éste es el espíritu universal. No digo que el espíritu universal esté en ustedes; digo que ustedes son él, pero la mayor parte del tiempo no lo saben. También albergan dentro de sí la expresión distorsionada de su conciencia creativa con la cual quieren resultados negativos y destructivos. Uno podría decir también que ésta es la eterna lucha entre Dios y el diablo, entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte. No importa qué nombre le den a estos poderes. Sus nombres dependen de la cultura, la moda, la interpretación, la preferencia personal y su enfoque del mundo. Cualquiera que sea el nombre que les den, son sus propios poderes. No son un peón indefenso en las manos de alguien. Éste es el importantísimo hecho que de verdad altera toda su autopercepción y actitud hacia la vida. No saber esto los hará sentirse constantemente victimizados por circunstancias más allá de su control.
A fin de percibir y experimentar su verdadera identidad como espíritu universal son necesarias tres condiciones:
1) Deben sintonizarse con él. Saber de su existencia hará posible esto. Activan el espíritu universal mediante su intento deliberado de escucharlo. Deben aquietarse mucho por dentro y permitir que suceda. Esto no es tan fácil como podría parecer, pues la tumultuosa estática de la mente ocupada siempre bloquea esta posibilidad. Su mente requiere un entrenamiento para volverse lo suficientemente calma sin producir pensamientos involuntarios. Una vez que hayan logrado esto en algún grado, experimentarán un vacío. Entonces parecerá que escuchan a la nada; eso puede parecer incluso aterrador o decepcionante. Finalmente, el espíritu universal empezará a manifestarse; no porque “decida” recompensarlos por haber sido “buenos niños” que ahora lo “merecen”, sino porque empiezan a percibir su presencia continua, sabiendo que esta presencia siempre estuvo allí y era inmediatamente accesible, casi demasiado cercana para ser percibida.
Las primeras manifestaciones pueden no llegarles como una voz directa, un saber interior directo, sino a través de rodeos; a través de otras voces, y más tarde como ideas aparentemente fortuitas que de pronto se les ocurren. Si están alerta y son sensibles, si están sintonizados con la realidad interior, sabrán que éstas son las primeras señales de que han establecido contacto con el espíritu universal. Más adelante, el vacío resultará ser una plenitud enorme imposible de expresar con palabras. Su inmediatez también les dificulta percibir la presencia constante del espíritu universal. La inmediatez es, desde luego, maravillosa. Cuando descubran que albergan esta presencia dentro de ustedes en todo momento, eso los llenará de seguridad, de fuerza, del conocimiento de que nunca necesitan sentirse insuficientes e indefensos otra vez, pues la fuente de toda la vida los provee de todos los detalles más pequeños de vivir que son importantes para ustedes. La fuente interior los llena de sentimientos profundos; los estimula y los calma; les muestra cómo manejar problemas. Les ofrece soluciones que unifican la decencia, la honestidad y el interés propio; el amor y el placer; la realidad y la dicha; el cumplimiento de sus deberes sin disminuir en lo más mínimo su libertad. Contiene todo. Sin embargo, esta maravillosa inmediatez presenta problemas al principio, porque ustedes creen que todo esto debe buscarse sólo muy, muy lejos. Como fueron orientados a experimentar el espíritu universal sólo como una remota realidad, encuentran que es imposible sentir su cercanía.
2) Deben experimentar y comprender plenamente la parte de su conciencia que se ha vuelto negativa y destructiva. Nos hemos concentrado mucho en lograr esto en nuestro Pathwork. Pero esto no es fácil, precisamente porque, de nuevo, están orientados a creer que su vida es un molde fijo donde los pusieron y con el que deben aprender a lidiar, independientemente de sus procesos internos de pensar, querer, saber, sentir y percibir. Como pueden darse cuenta ahora, se necesita mucha honestidad, disciplina y esfuerzo para vencer la resistencia a hacer este tan importante cambio en todo su enfoque de la vida: de sentirse impotentes a ver la vida como su propia creación en todos los sentidos. No es posible activar el siempre presente ser universal cuando todavía están ciegos a sus creaciones negativas. A veces resulta que ciertos canales no están obstruidos, pero allí donde persisten los bloqueos, la ceguera, la impotencia imaginada, no pueden establecer contacto con su ser universal.
3) Sus procesos de pensamiento conscientes les brindan la primera posibilidad de establecer contacto con el espíritu universal. Ustedes crean con su pensamiento consciente tanto como con su pensamiento y su voluntad inconscientes. Su capacidad de pensar es la misma que los procesos creativos de la mente universal. Aunque su conciencia es un fragmento separado del todo, tiene los mismos poderes y posibilidades. La separación ni siquiera es real; existe sólo porque ustedes se experimentan a sí mismos como separados en este momento. En cuanto descubran la inmediatez de esta presencia, dejarán de sentir una separación entre sus pensamientos y los del gran Ser. Finalmente se fundirán y ustedes se darán cuenta de que los dos siempre han sido uno. Ustedes no se sirven de sus poderes innatos. No los usan, o incluso los usan mal en su estado de ceguera.
Finalmente pueden empezar a experimentarse como el espíritu universal usando sus pensamientos conscientes de una manera deliberada y constructiva. Pueden hacer esto en dos pasos. Primero deben ver con claridad que, sin darse cuenta, han usado sus procesos mentales de manera negativa, y han creando así destructivamente. Luego pueden formular lo que ahora desean producir en su vida. Hacen esto creando las formas de pensamiento, afirmando que esto es posible, y percibiéndolo, sabiéndolo y queriéndolo con una actitud relajada. Esto también incluye la voluntad de cambiar actitudes interiores defectuosas y deshonestas, pues de lo contrario bloquearán lo que quieren.
Al construir formas de pensamiento de despliegue creativo pueden acceder a la fuente de la riqueza dentro de su propio ser. Empiezan con un pensamiento consciente que requiere enfocar su atención en sus procesos de pensamiento—demasiado cercanos para ser fácilmente reconocibles—, observando cómo los usan, cómo crean tanto lo que tienen como lo que no tienen. Una vez que puedan invertir esos procesos habrán descubierto una herramienta de la creación; se volverán verdaderamente su ser real, pues ahora serán el espíritu universal que creó el mundo. Constantemente crean su propio mundo ahora mismo: es la vida que viven.
Prestar atención a sus procesos internos revelará que gran parte de lo que pensaban que era inconsciente no está oculto para nada. Observen esto especialmente cuando se encuentren en una situación perturbadora. Vean cuántas cosas dan por sentadas que examinan de manera apenas superficial sus actitudes más obvias, exactamente aquellas que les ofrecen las pistas para entender cómo funcionan sus poderes creativos, aunque en este caso, desde luego, están invertidas y se manifiestan negativamente. Considerar cada detalle de la situación, expandir el rango de su atención encontrando un enfoque nuevo, les dará la percepción interior que hasta ahora les ha faltado.
Este autoconocimiento es purificación en el sentido más verdadero, porque al final de cuentas establece su poder de crear su propia vida. Descubrir cómo han creado destructivamente nunca es sólo una experiencia mala, pues se vuelve inmediatamente obvio que también tienen el poder de crear experiencias bellas de vida para ustedes. Se dan cuenta en seguida de su naturaleza eterna con su poder infinito de expandirse.
Así que ya ven, amigos míos, que nos ocupamos aquí de tres niveles. Todos ellos deben volverse accesibles. Todos son igualmente difíciles de percibir. Sería un error creer que sus procesos de pensamiento cotidianos son más fáciles de percibir que su voluntad destructiva o su naturaleza divina con su poder y sabiduría interminables. Todos están igualmente cerca, y parecen lejanos sólo porque su visión se aleja de ellos. Tanto la destructividad obstinada como el gran espíritu creativo que en realidad son, son “inconscientes” sólo porque no le dan a su existencia el beneficio de la duda como primer paso para descubrirlos. Lo mismo puede decirse de su actividad mental diaria, que pasa inadvertida, sin evaluación crítica, así que no se dan cuenta de que sus pensamientos corren en los mismos canales improductivos y negativos. Tampoco ven que derivan una especie de satisfacción al permitir que la falta de atención prosiga.
Cuando observen sus pensamientos negativos es importante que se den cuenta de que (a) lo que les hacen, cómo se conectan con los resultados que más deploran en su vida; y (b) que tienen el poder de modificarlos y encontrar nuevas posibilidades de expresión de sus sentimientos. Estas dos comprensiones representarán toda la diferencia en el mundo, porque traen una verdadera liberación y autodescubrimiento, la maduración de la que hablamos tanto. El descubrimiento de su verdadera identidad trae efectivamente buenas nuevas. Pero deben verse persiguiendo pensamientos negativos. Véanse rumiando los mismos círculos viciosos; véanse casi voluntariamente persiguiendo los mismos canales indirectos y estrechamente confinados de pensar y jamás aventurándose más allá de ellos.
Supongamos que están convencidos de que pueden experimentar sólo esta o aquella manifestación negativa en la vida. Una vez que observen la tenacidad con la que dan esto por sentado, pueden preguntar: “¿Tiene que ser así en realidad?” En el momento en que formulen la pregunta empiezan a abrir una grieta en la puerta. El no saber que están convencidos de tener sólo esta posibilidad estrechamente confinada les hace imposible imaginar otras alternativas. En realidad pueden aventurarse a explorarlas; formulando primero sus pensamientos como los proyectos de la creación. Entonces el mundo empieza a abrirse. La apertura debe lograrse, para empezar, pensando y diciéndose: “No tiene que ser de esta manera, puede ser de otra. Yo quiero la otra. Me gustaría eliminar lo que se interpone entre mí y la manera más deseable. Tengo el valor de enfrentarlo e ir más allá de la experiencia de vida que me he dado hasta ahora al dar por sentado que no puede ser diferente”. En este nivel consciente deben ver que han dado por hecha la experiencia de la manifestación negativa.
Tal vez quieran un resultado positivo, y al mismo tiempo no desean aceptar las consecuencias lógicas debido al error conceptual de que son indeseables para ustedes. Aquí tienen una resistencia infantil a dar de sí, un intento distorsionado de engañar a la vida y obtener más de lo que quieren dar. La vida no puede cumplir deseos tan injustos, y se sienten engañados y resentidos porque no han examinado claramente la cuestión. Tampoco están conscientes de su falso razonamiento cuando se resisten a dar de sí. Así crean formas de error y distorsión que se interponen en el camino del despliegue de sus posibilidades.
Así pueden ver que el nivel de su pensamiento consciente está influido tanto por su lado destructivo como por el espíritu universal. Pueden escoger conscientemente en qué dirección moldear sus pensamientos una vez que sean conscientes de sus patrones habituales. Esta autodeterminación es su llave a la liberación.
Pueden ver con claridad cada vez mayor que su lado destructivo es también algo que eligen; no es algo que les suceda. Una vez que han progresado verdaderamente en este camino, llegan al punto en que finalmente pueden admitir el deseo deliberado de elegir las actitudes destructivas. Pueden ver que en realidad están renunciando a la felicidad, la realización, la dicha y la vida fructífera. Pueden sentirse terriblemente infelices con el resultado, pero de todas maneras insisten en aferrarse a su voluntad negativa. Pueden ver lo importante que es descubrir esto.
La pregunta milenaria es: ¿Qué produjo todo esto? ¿Por qué albergan los seres humanos estos deseos tan insensatos? ¿Por qué quiere la mente tomar esta dirección? La religión lo llama pecado o mal. La psicología lo llama neurosis o psicosis, entre otras cosas. Cualquiera que sea el nombre que le den, es, en efecto, una enfermedad. Para curar la enfermedad es necesario entenderla en alguna medida, principalmente siguiendo sus propias suposiciones y creencias erróneas hasta las emociones y dirección volitiva que crean. Sin entender la dinámica de la creatividad mental, tanto en el sentido positivo como en el negativo, esto puede lograrse sólo hasta un grado limitado.
Las personas suelen preguntar: ¿“Cómo llega a existir el mal?” ¿“Por qué puso Dios el mal en nosotros?”, como si alguien más hubiera “puesto” algo en alguna parte. Una vez que tengan suficiente conciencia de sí mismos y descubran que son ustedes quienes rechazan la felicidad, la misma pregunta desconcertante puede formularse de manera diferente: “¿Por qué lo hago? ¿Por qué no puedo querer lo que se siente bien para mi?” Esta pregunta se ha hecho aquí, así como en otras partes del mundo, muchas veces, dondequiera que se imparten enseñanzas espirituales. Una vez, hace mucho tiempo, al principio de este contacto, incluso di un relato alegórico de la llamada caída de los ángeles. Hablé de un espíritu que fue una vez enteramente constructivo, que se expandía en reinos siempre mayores de luz y dicha, y que se desvió de este camino, separándose de su ser divino interior, y se fragmentó. ¿Cómo entró en estos canales oscuros y destructivos? Cualquier relato como éste, hecho aquí o en otra parte, se puede malentender muy fácilmente cuando se le interpreta como un suceso histórico que tuvo lugar en el tiempo y el espacio. Me aventuraré ahora a dar otra explicación de cómo llegó a existir la destructividad en una conciencia tan totalmente constructiva. Trataré de encontrar un enfoque diferente que llegue a ustedes en algún nivel y les dé una comprensión más profunda de este importantísimo tema. Entonces podrán enfrentar su propia destructividad con una comprensión nueva y salir finalmente de ella.
Imaginen, amigos míos, una conciencia, un estado de ser, en el que sólo haya dicha y poder infinito para crear. La conciencia es, entre otras cosas, un aparato de pensamiento. Así pues, piensa… y he aquí que algo llega a existir. Quiere…y he aquí lo que se quiere y se piensa, es. La vida está interminablemente llena de posibilidades. La creación empieza con el pensamiento, luego el pensamiento toma forma, se convierte en un hecho más allá de los confines del ego, en la vida que es libre, donde la conciencia fluye y flota libremente. Allí, el pensamiento inmediatamente toma forma y se convierte en hecho. Sólo en el ego humano el pensamiento parece separado de la forma y del hecho. Cuanta menos conciencia tenga una entidad, más separados parecen el pensamiento, la forma y el hecho, hasta el grado en que la forma parece enteramente independiente del hecho, y el hecho del pensamiento o de la voluntad. Ninguna de estas tres etapas parece conectada.
Una parte esencial de elevar la conciencia reside precisamente en hacer esta conexión. No importa cuán separados puedan parecer en el tiempo y el espacio, el pensamiento, la voluntad, la acción y la manifestación son todos una unidad. En el estado de ser, donde no hay confinamiento, donde no hay una estructura rígida, esta unidad se experimenta como una realidad viva de dicha y fascinación indescriptibles. Todo el universo está abierto a la exploración, a maneras nuevas de autoexpresión y autodescubrimiento, dando forma a siempre más mundos, más experiencias y más efectos. La fascinación de la creación es interminable.
Como las posibilidades son infinitas, la conciencia también puede explorarse a sí misma confinándose, fragmentándose para “ver qué pasa”, por decirlo así. Para experimentarse se contrae en vez de expandirse; en vez de explorar más luz, quiere ver cómo es sentir y experimentar la oscuridad. La fascinación no se elimina simplemente porque lo que se crea es al principio ligeramente menos placentero, o dichoso, o brillante. Aun en eso puede residir una fascinación y aventura especiales. Entonces la creación empieza a tomar un poder propio. Todo lo que es creado tiene energía invertida en él y esta energía es autoperpetuante. Toma su propio impulso. La conciencia que ha creado estos caminos puede experimentar más largamente, y al ir más allá de lo que es “seguro”, no conserva para sí suficiente poder en el momento para invertir el curso. Así, la conciencia puede perderse en su propio impulso, y no está dispuesta a detenerse. Más adelante ya no sabe cómo detenerse. La creación entonces tiene lugar en un sentido negativo, hasta que los resultados sean tan desagradables que la conciencia trata de asirse a sí misma y contrarrestar el impulso “recordando” su conocimiento de lo que podría ser. En todo caso, sabe que no existe un peligro real, pues cualquier sufrimiento que ustedes, los seres humanos, experimentan es verdaderamente ilusorio en el sentido fundamental. Una vez que encuentren su verdadera identidad en su interior, lo sabrán. Todo es una obra de teatro, una fascinación, un experimento, del cual pueden recapturar su verdadero estado de ser, si tan sólo trataran verdaderamente de hacerlo.
Ahora bien, muchos seres humanos se encuentran todavía en el estado en que no quieren verdaderamente tratar. Aún se sienten fascinados en la exploración de la creación negativa, por lo menos hasta cierto grado. Algunas entidades separadas nunca han ido más allá del punto en el que pierden la conciencia inmediata de quiénes son realmente y de su poder de redirigir sus exploraciones. Otros han perdido temporalmente esta conciencia. Pero la encontrarán de nuevo en el momento en que realmente lo deseen. Es bueno que todos ustedes recuerden esto.
El impulso de la creación contiene energías increíblemente poderosas. Estas energías tienen impacto; imprimen la sustancia creativa omnipresente: la sustancia que responde a la mente creativa. Esta sustancia se moldea entonces en forma, suceso, objeto, estado mental o lo que sea. Las impresiones en la sustancia del alma son tan profundas que nada salvo el poder mayor de la mente moldeadora puede borrar las impresiones falsas que gobiernan los eventos de su vida. La mente o la conciencia imprime; la sustancia vital es imprimida. Todo lo que hay alrededor y dentro de ustedes participa tanto en el principio masculino de una conciencia determinante que graba, como en el principio femenino de una sustancia de vida moldeada y responsiva. Encuentren esta verdad dentro de ustedes, y el universo será suyo de nuevo, como una vez lo fue.
Así, si la conciencia creativa no altera el curso en cierto punto, se ve atrapada dentro de sus propios procesos. Parte del poder y del impulso de la conciencia es la cualidad de ser “autoimitadora”. Es muy difícil transmitir este aspecto de la energía creativa. Los seres humanos muchas veces experimentan el ansia de imitar a otros. Esto adopta muchas formas y se aplica también a la autoimitación. Es un proceso de imprimir profundamente algo en la sustancia de vida.
Permítanme darles un ejemplo del poder de la imitación y la creación de experiencias nuevas. Muchos de ustedes, cuando ven a un lisiado que cojea, o que tal vez tenga un tic facial, experimentan un extraño impulso de imitar sus aberraciones posturales o faciales. ¿No han experimentado el a veces irresistible deseo de imitar algo que es sumamente indeseable para ustedes? Al mismo tiempo sienten repulsión y miedo porque intuyen que de alguna manera pusieron algo en marcha que podrían repetir una y otra vez sin poder parar. El poder y las energías de la creación tienen un efecto autoperpetuante que sólo la conciencia, con su conocimiento, voluntad y determinación puede alterar. La creación se vuelve tan atrapante, y el placer de ella tan atrayente que, una vez orientada en una dirección negativa, el placer sigue manteniendo el alma bajo su hechizo hasta que la conciencia se hace presente con su fuerza contraria deliberada. Aun si lo creado es doloroso, el placer de crear es difícil de abandonar mientras el individuo ignore que la creación positiva también es posible.
Al continuar las creaciones negativas, la conciencia parece volverse más y más fragmentada, lo que no es realmente así, amigos míos. Lo que sucede es que pierden la conciencia de su conexión con el espíritu del mundo, que es lo que son.
No sé en qué medida puedan llegarles estas palabras. Pero si pueden hacerlo, resultarán de enorme utilidad para ustedes cuando mediten y piensen en ellas. Les ayudarán no sólo a comprender, sino a encontrar la manera correcta de eliminar la destructividad dentro de ustedes. Es el poder de su mente lo que crea lo negativo. Esta fuerza es aún mayor cuando se le usa para lo positivo porque en lo negativo siempre hay conflictos, anhelos contradictorios y direcciones de la voluntad que debilitan la fuerza. En la dirección constructiva y expansiva no necesita ser así. Una vez que se hace el cambio algo hará “clic” en su mente. Su conciencia fluirá en una dirección nueva que llega más fácil y naturalmente, sin la tortura inherente a la creación negativa.
Cuanto más se ha separado la conciencia del todo, más fragmentada se vuelve y más grande es la estructura que crea. Pero la integridad de la conciencia no está estructurada; es el estado de ser en toda su dicha. Una vez que ha ocurrido la fragmentación, la conciencia perdida gradualmente trabaja hacia un estado de autoconciencia. Este estado necesita estructura para protegerlo del caos de la negatividad y la destrucción. Cuando la negatividad se enfrenta y se elimina, se alcanza de nuevo la conciencia no estructurada y dichosa.
El ego, con su confinamiento, es la estructura que protege a la entidad de su propia creación destructiva. Mantiene a raya a los impulsos destructivos. Sólo cuando la conciencia se expande en dicha y verdad puede removerse la estructura. De manera que, en un punto en su evolución, estuvieron caóticamente desestructurados. A medida que crecen y evolucionan, la estructuración levanta muros contra el caos, de modo que al menos por un tiempo la conciencia puede funcionar sin estar obstaculizada por el caos interno.
Los procesos de pensamiento accesibles a su conciencia pueden entonces convertirse en las herramientas que muestren el camino de salida de las creaciones negativas y la estructuración limitante. Ver más allá de la estructura y entrar en el caos, comprendiéndolo, dándose cuenta del poder de los procesos mentales que constantemente usan, les da la posibilidad de invertir la curva descendente que los hace buscar incesantemente maneras de negar la vida, el amor, el placer, la felicidad; y atraer el deterioro, el desperdicio y el dolor. La parte de su ser universal que ha permanecido íntegra sabe que el dolor es breve e ilusorio, pero la parte de ustedes que está en caos no sabe esto y sufre.
Repasemos. Los procesos conscientes pueden hacer oscilar el péndulo de la creación destructiva al estado original de conciencia, una creación dichosa y en expansión. La estructura limitante se disolverá, y el estado máximo de ser, la conciencia y la experiencia no estructuradas, la energía y el ser dichoso, se reinstalarán y se convertirán en su existencia. Allá es adonde va todo, amigos míos. Por lo tanto, parte de sus intentos deben ir en la dirección de traer orden a la confusión del mecanismo de su mente, a su egocentrismo, a su ceguera de sí mismo y a su tendencia a perderse en sí. No es el mundo exterior lo que los confunde; es el mundo dentro de su propia conciencia el que lo hace.
Ahora pueden empezar a contemplar cómo pueden deliberadamente usar su voluntad para la construcción creativa; pueden hacerlo formulando, pensando y queriendo conscientemente un estado de felicidad, de viveza, de plenitud, de verdad, de amor y de crecimiento tanto en lo general como en lo particular. El clima de esto puede parecer al principio extraño y desconocido. Necesitan aclimatarse a él. Imagínense en estos estados e invoquen al poder universal interior para que fortalezca su mente consciente con la energía creativa necesaria. La voluntad de ser felices debe volverse tan fuerte que las causas de la infelicidad puedan verse y eliminarse, y esto, también, debe desearse verdaderamente. Incluso el poder creativo crecerá; el ser divino los inspirará y les mostrará el camino. Aprenderán a reconocerlo y a recibirlo en su cerebro consciente.
Éste es un esbozo o plan para esta temporada de trabajo. El progreso que han hecho mis amigos les permitirá sacar provecho de lo que he dicho aquí. Quiero decir sacar provecho activamente, no sólo leer esto como una teoría bella, sino conociendo a profundidad su valor inmediato y aplicándolo todos los días de su vida. El día en que vean su creación destructiva y luego la cambien deliberadamente, habrán hecho en verdad algo maravilloso. El deseo de ser felices y de desplegarse en la vida es la base de su poder para crear. Cuanto más concisamente se formule esto, y cuanto mayor sea su voluntad de eliminar actitudes que obstaculizan el resultado, más eficaz se volverá su creación.
Sean benditos. Reciban el poder que fluye hasta ustedes, y auméntenlo por sus expresiones y formulaciones deliberadas, nacidas de su voluntad. Expresen su disposición a crecer, a ser felices, a ser constructivos. No hagan esto mediante su voluntad tensa, insistente, restringida, sino de una manera relajada y confiada, contemplando que todas las realidades existen como realidades potenciales, realizables en el momento en que las conocen y las desean con su ser no escindido. El poder está allí, está en ustedes. Todo lo que tienen que hacer es aprovecharlo, usarlo, construir con su mente consciente los canales que pueden liberarlos, y estar muy quietos y serenos. Escuchen y sintonícense con él. Está allí siempre y para siempre, en su poder majestuoso, en su sabiduría divina, en su conocimiento máximo de que no hay otra cosa sino dicha, ya ahora y dentro de ustedes.
Dictada el 2 de septiembre de 1969