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Pathwork

Conferencias del Guía

Conferencia 178. El principio universal de la dinámica del crecimiento

Saludos y bendiciones para todos los individuos que buscan y luchan por la unidad interior. Todos aquí están motivados por esta ansia interior, que es un tirón de la fuerza vital.

La fuerza vital contiene el ansia que motiva a las personas a ir en ciertas direcciones. Pueden no estar conscientes del significado profundo de esta ansia, ni de si existe siquiera. Muchos individuos experimentan un impulso interior vago, pero desconocen su significado. Todo el mundo puede experimentar conscientemente esta urgencia en un momento o en otro. Los que logran encontrar un camino de compromiso como éste, en el que tratan de resolver sus problemas más profundos y realizar sus potenciales latentes, se han vuelto muy conscientes de su ansia. Otros todavía luchan con la vaguedad del ansia sin saber en realidad lo que significa su inquietud interior. Los que constantemente hacen caso omiso del clamor de su voz interior pueden confrontar crisis profundas en su vida. Muchas crisis pueden entenderse apropiadamente sólo cuando se reconoce esta ansia profunda.

La conferencia de esta noche es una secuela de todas las conferencias que dicté este año y puede entenderse plenamente sólo en ese contexto. Trataré el tema del crecimiento dinámico, la unificación espontánea inherente al proceso de crecimiento. Toda la vida es hasta cierto grado un proceso de crecimiento, o muy deliberado y comprometido, o aleatorio e inconsciente, obstruido por las fuerzas opositoras ciegas que tiran hacia un estado de estancamiento.

Primero aclaremos el verdadero significado de crecimiento. Por lo general, las personas no piensan con suficiente profundidad cuando hablan de crecimiento, vida, muerte, amor y placer. Crecer no es meramente que un organismo se vuelva más grande. Es una expansión, pero en un sentido específico. Implica dominar algo que uno era incapaz de dominar antes. Uno convierte la obstrucción—ya sea dentro del ser o en su ambiente—en una parte del ámbito del ser.

Cuando no dominan una obstrucción, hay una desunión, ya sea dentro del ser o entre el ser y el mundo exterior. El crecimiento unifica esa desunión. El crecimiento siempre implica tender un puente sobre un abismo, resolver una contradicción real o aparente. Esto se aplica a todos los niveles de ser. Cuando un niño aprende a caminar, experimenta una desunión entre sus poderes físicos, las leyes de la gravedad y el mundo que lo rodea. Una vez que el niño aprende a caminar la desunión desaparece. Lo que era una disparidad se convierte en un campo extendido de operación. Su ámbito ha crecido; ahora posee un fragmento del mundo que antes no poseía. El crecimiento trae expansión, mayores capacidades, más poder y unidad donde antes había limitación y desunión. No aprender a caminar crea infelicidad, debilidad, dolor y limitación, todos los cuales se superan cuando se adquiere la capacidad de caminar.

Cada fase de la vida de un ser humano significa aventurarse en un territorio que antes no se dominaba. Lo mismo se aplica a la evolución global de una entidad de una encarnación a otra y, más tarde, a etapas posteriores de ser y crear. Al principio la incapacidad se ve como algo natural y no se reconoce siquiera como un problema. Luego se reconoce como un obstáculo que podría superarse. Finalmente la entidad se enfrenta al bloqueo y hace un esfuerzo por superarlo. Esta es la única manera de dominar facultades nuevas.

Los conflictos psicológicos siguen el mismo patrón. Antes de que una dificultad específica se haya reconocido, ustedes experimentan una impotencia inconsciente y un sentimiento de limitación. Luego se vuelven conscientes del problema. Cuando deciden hacer algo para remediarlo inician un camino de lucha, de búsqueda, de poner a prueba sus facultades. Finalmente alcanzan una unidad nueva que expande su poder sobre la vida. Convierten el territorio que era ajeno e inaccesible en un terreno familiar en el que se sienten a gusto con ustedes y su vida. Obtienen una seguridad nueva y paz. Esto es el crecimiento.

Todo crecimiento debe combinar las funciones voluntarias e involuntarias. El crecimiento no puede proceder armoniosamente si el énfasis no es equilibrado. El resultado aparece sin esfuerzo, como una manifestación de las facultades involuntarias que responden a las voluntarias. Las facultades voluntarias requieren esfuerzo. Deben persistir y buscar enfoques nuevos. Esto exige ponerse a prueba, eliminar las defensas y la vanidad, tener valor y veracidad con el ser.

No pueden descubrir una dimensión nueva de la vida sin dolores de parto, pues cada unificación nueva es un renacimiento espiritual. Renacer siempre es un redescubrimiento del ser en una forma nueva, con más facultades reveladas y activadas.

La unificación real sucede involuntariamente, como si no tuviera nada que ver con los esfuerzos anteriores. Esto puede ser tan engañoso que las personas creen que habría sucedido de todas maneras, sin todo el esfuerzo. Y a la inversa, cuando esperan el resultado como manifestación directa de su trabajo, la expectativa se vuelve frustrante y desalentadora. Es importante, amigos míos, que entiendan estos dos lados del proceso de crecimiento. El equilibrio del esfuerzo consciente y el relajamiento se aplica al detalle más pequeño así como a los aspectos más importantes de su desarrollo espiritual. Se aplica a la meditación, que debe combinar los dos lados, así como a la adquisición de cualquier habilidad nueva. Necesitan crear una actitud correcta hacia las funciones voluntarias e involuntarias, equilibrando el esfuerzo sereno y la disciplina con la relajación. Cada paso del crecimiento, cada victoria sobre el conflicto, la confusión, la ignorancia y la impotencia representa una nueva capacidad y dominio sobre la vida, una unificación nueva; primero dentro de la persona, y en consecuencia entre la persona y la vida.

He hablado frecuentemente acerca del estado dualista de su conciencia, a diferencia de la unidad de la realidad completa. Toda la vida es una progresión para alcanzar más unidad. Cada paso hacia la unidad crea una nueva zona de seguridad, una nueva meta, por decirlo así. Al proseguir el crecimiento, descubren más desuniones dentro de ustedes. De nuevo se aventuran a un territorio nuevo, luchando por unificar la desunión descubierta. Y así siguen hasta que encuentran la unidad total.

Puede parecer más seguro permanecer en la vieja desunión que aventurarse a buscar una unidad nueva debido al esfuerzo que se necesita. Si perciben el esfuerzo como algo que no tendrían por qué hacer, les parece maligno e indeseable. Si lo perciben como un movimiento que es parte de la vida, lo considerarán desafiante y placentero. Dentro de esta actitud encontrarán la distribución correcta de esfuerzo y no esfuerzo, el equilibrio correcto de facultades voluntarias e involuntarias.

Cuando las facultades involuntarias finalmente se manifiestan, la nueva capacidad pasa a ser una parte natural y espontánea de ustedes. En el nivel físico experimentan el arduo trabajo voluntario que da lugar a la naturalidad cuando la habilidad de repente se vuelve automática.

En el nivel mental, cuando primero lidian con una negatividad específica, no pueden cambiarla simplemente queriendo hacerlo. Más bien deben usar su voluntad para buscar a tientas una comprensión más profunda del problema, viendo su origen y sus efectos, enfrentándose a los resultados y realmente queriendo cambiar. Todo esto es volitivo. Luego, de pronto, se vuelven conscientes de un modo de reacción constructivo y positivo. Esta es la unificación espontánea. Cuando ocurre ya no tienen que dedicar un esfuerzo laborioso a la manera nueva.

Cuando están desgarrados por la aparente futilidad de alternativas igualmente indeseables que vuelven fútil la vida misma, están en un estado de total desunión, de dualidad. Su suposición de que no hay salida es una negación del proceso de crecimiento que siempre es la vida. Su voluntad de encontrar una solución es un compromiso de hallar un dominio nuevo sobre la actual impotencia y constricción, un compromiso con la vida misma. El primer paso es siempre el más difícil. Ni siquiera saben cuál es su desunión específica. En realidad, hay muchas. Es crucial que consoliden sus facultades voluntarias para identificar y confrontar la desunión específica del momento. El compromiso interior con la superación de esa desunión es entonces la tarea de las facultades volitivas. Sólo después de este paso se desarrolla un proceso alternativo. Lo involuntario produce reconocimientos, inspiración, guía y revelación hasta que el rompecabezas se arma. En esta alternancia cada nueva percepción interior requiere un compromiso nuevo de búsqueda hasta que el siguiente paso orgánico se revele. Y así sigue la cosa. Esta es una descripción del camino del crecimiento orgánico.

Usen sus facultades voluntarias para abrir un espacio en su mente para una unidad específica donde hay ahora desunión. Afirmen que la unidad que todavía los elude puede alcanzarse, que ustedes la alcanzarán. Lo que invierten determinará el resultado. Los humanos muchas veces desean un cambio, pero evitan dar algunos de los pasos más difíciles por su renuencia a enfrentar una situación aparentemente desagradable. El ser no desea exponer su vanidad, sus amados prejuicios e ilusiones. Sin embargo, su personalidad total debe cooperar e invertir en el despertar de sus áreas de estancamiento si desea que ocurra una unificación espontánea. En lo que se refiere al crecimiento emocional, psicológico y espiritual, la inversión de la mente y de la voluntad, de las emociones y actitudes corresponde a una práctica sostenida en la creación de nuevas capacidades físicas o mentales.

La primera aparición de una unificación sin esfuerzo y espontánea será incompleta. Desaparecerá porque la unificación todavía no es total. Debe haber más esfuerzo voluntario, debe desenterrarse material nuevo, hasta que reaparezca espontáneamente la segunda, la tercera o la cuarta manifestación de esta unificación. Muy gradualmente incorporarán la nueva habilidad en su personalidad. La adquisición de un nuevo dominio siempre significa superar una ruptura imaginaria que ustedes experimentan como un abismo doloroso. Siempre tendrán que tender un puente sobre una dualidad ilusoria para llegar a su estado natural y real. La desunión siempre es dolorosa. El placer siempre depende de la unidad. La expansión hacia la vida es un constante movimiento hacia delante que convierte un mundo ajeno y aparentemente hostil en su hogar. Es sumamente importante que entiendan todo esto, amigos míos.

Para recapitular, la unificación sin esfuerzo y espontánea es el resultado del esfuerzo y la lucha. Requiere un movimiento sereno y relajado hacia delante, hacia la vida. El esfuerzo debe ser disciplinado y relajado y no tenso y rígido. Cuando sientan que el esfuerzo relajado es imposible, busquen su renuencia inconsciente a moverse hacia delante. El movimiento relajado es placentero en sí, mientras que el movimiento rígido y renuente es doloroso. Más que negar la renuencia oculta, enfóquense en ella. El movimiento relajado y determinado hacia la vida es placentero en sí, por difícil y desafiante que resulte. Cada unificación completa trae más placer. El mayor placer conduce a más unificación. Este círculo benigno es la corriente de la vida. La unificación trae placer cuando deja de considerársele algo que ya debía haberse hecho. A final de cuentas, ustedes y todo el cosmos serán uno.

La constricción y el estancamiento denotan que están ustedes contentos con un estado muy limitado. Por lo tanto, el crecimiento dinámico también es el dominio sobre los errores conceptuales. Éstos siempre llevan a más desunión. Surgen del intento erróneo de encontrar la unidad. La neurosis es en sí un intento erróneo de encontrar salud y bienestar. Hace, a su propia manera ciega, las paces con algo traumático y doloroso. En su camino, ustedes han encontrado algunos errores conceptuales que equiparan el amor con el dolor y el peligro, el placer con la humillación y la vergüenza, la autoafirmación con la agresión inaceptable. Éstos son ejemplos típicos de unificaciones falsas que deben primero desunirse a fin de encontrar armonía, plenitud y unificación real. Como resultado de estos errores conceptuales, todo movimiento hacia delante parece peligroso. La vida estancada, restrictiva, limitante en la que uno no se atreve a moverse hacia delante parece brindar seguridad.

Cada uno de mis amigos que ya está involucrado en este Pathwork ha pasado por y confrontado estos sentimientos ocultos e irracionales. Si realmente los cuestionan con una mente abierta y de una manera muy sencilla encontrarán que la resistencia al crecimiento es el miedo. Su insistencia en permanecer como son sacrifica la felicidad, el placer, la integridad, el amor y la expansión, pero parece mantenerlos a salvo. Buscar un pequeño punto de seguridad dentro de una circunferencia estrecha es una abdicación de su destino universal. Les niega el placer, desperdiciando así el poder espiritual más valioso que poseen. Una vez que escojan este poder libremente, el crecimiento se convertirá en aventura y gozo.

Muchas personas aumentan sus capacidades físicas y mentales. Éste es también un movimiento valioso hacia la vida que representa el dominio sobre la desunión. Los pasos que conducen a esta nueva maestría son esencialmente los mismos que usan para descubrir y ensanchar el universo interno. Uno lidia con aspectos exteriores y a menudo mecánicos de la vida mientras que el otro representa su ser más íntimo. Cuando el exterior sirve como un mero sustituto para el engrandecimiento interno de la vida, aun así es preferible al estancamiento total. Los seres humanos atraviesan varias etapas en su evolución general. Cuando son más primitivos, deben lidiar con los niveles exteriores. Más tarde su tarea reside en la unificación del mundo interior.

El crecimiento espiritual real y el dominio en el nivel interior, la unificación espontánea de grietas emocionales, psicológicas y por ende espirituales, sostienen el equilibrio y la armonía interiores de los cuales nacen la guía y el conocimiento intuitivos hacia las verdaderas unificaciones exteriores. Las capacidades físicas y mentales tienen su valor, pero fracasan como sustitutos del crecimiento interno.

Cuando el crecimiento interior es el centro del ser de uno, todo cae en su lugar sin que el péndulo oscile de un extremo al otro. Las metas no esenciales se disipan.

Ignorar la verdad cósmica siempre crea desunión. El destino de cada entidad es superar la ignorancia luchando en favor de estas unificaciones. Las mayores dificultades están en los niveles emocionales más ocultos, ya que las emociones no pueden producirse directamente con la voluntad y nunca son muy conscientes. Deben identificar la desunión antes de que pueda empezar el trabajo de unificación.

La confianza en las funciones involuntarias puede adquirirse sólo lentamente, pero es esencial. Dense la oportunidad de experimentar esto. Todo su esfuerzo será desperdiciado si no permiten que las funciones involuntarias se manifiesten. Abran un espacio para ellas en su conciencia y préstenles atención de una manera relajada y confiada. Esta es una parte vital del proceso de crecimiento.

Una vez que se den cuenta de que el resultado de sus esfuerzos será inesperado y espontáneo más que directo, entonces se establecerá la armonía entre las facultades voluntarias y las involuntarias. Por armonía no quiero decir que el esfuerzo sea igual en medida. Meses de andar a tientas con los procesos voluntarios de la mente y de la voluntad podría producir espontáneamente un sentimiento interior que surge en una fracción de minuto cuando menos lo esperan. No dura mucho pero su profundidad, su intensidad e importancia son tales que no pueden medirlos en términos de sus esfuerzos volitivos. La armonía entre las facultades voluntarias e involuntarias consiste principalmente en abrir un espacio para ambas en su actitud. Esperen con una buena disposición interna. Se necesita su búsqueda intuitiva para combinar y alternar estas dos funciones.

El paso final para renunciar a la negatividad, como lo he sugerido, es querer tener la actitud positiva en lugar de la negativa, renunciar a su miedo y su resistencia al placer, así como a los roles y fingimientos que se interponen. El querer debe afirmarse con una confianza serena y una convicción firme. Lo voluntario debe abrir un espacio para lo involuntario hasta que ocurra la unificación espontánea. Permitirán que esto suceda, deseándolo de una manera relajada y determinada. Éste es el matrimonio de lo voluntario y lo involuntario, de los principios activo y pasivo.

Si ven el crecimiento bajo esta luz eliminarán gran parte del miedo, la desesperanza y el esfuerzo inútil. Se volverán más pacientes con el tiempo que esto se tome.

La secuencia de las conferencias que he dictado este año empezó con el proceso creativo mismo, con la creación por parte de todos los humanos de circunstancias de vida positivas o negativas a través de sus creencias, pensamientos, sentimientos y voluntad. He mostrado que vivir inevitablemente significa crear. La persona que se aventura en la vida con el espíritu de superar la desunión crea una vida muy distinta de la que está contenta dentro de confines estrechos. También expliqué que la negatividad crea infelicidad y que, sin embargo, la fascinación con el proceso creativo hace que parezca difícil abandonar la negatividad. Empero, la creación de negatividad y una vida estrechamente limitada lleva a la desunión y no a la unión, al dolor en lugar del placer.

La unificación depende de su compromiso interior de crear una vida expandida y unificada de dicha y placer en vez de una de estrechez, desunión y dolor. El placer es posible sólo en un estado unificado, expandido y siempre creciente. Las funciones voluntarias e involuntarias parecen separadas sólo cuando ustedes las escinden en su conciencia. En su actual estado de conciencia en su marco humano limitado parecen estar lidiando con dos facultades enteramente diferentes y dos “cerebros” también enteramente diferentes: el interior y el exterior, el consciente y el inconsciente, el directamente accesible y el indirectamente accesible. Al derribar sus vallas autoimpuestas hacen suya una parte cada vez mayor del universo, y cumplen así con su destino.

De su desunión pueden crear una unificación espontánea. De una desunión altamente diferenciada pueden trabajar hacia una unidad indiferenciada. No crecer es un pecado contra la vida. Son ustedes una expresión de lo divino. Son Dios. Su derecho natural y su destino es realizarse haciendo más y mayores unificaciones, para expandir sus capacidades naturales a fin de acabar con la desunión y crear dicha difundiendo la unidad.

Al expandirse su vida se vuelven los amos allí donde ahora son débiles y dependientes. Se vuelven dichosos allí donde ahora viven en dolor, en veraces allí donde ahora están en el error. Comprométanse con el placer, el crecimiento, la unificación y la expansión, con aquello que es la verdad, con aquello que es amor. Elijan su opción una y otra vez. Sean los Dioses que verdaderamente son.

Dictada el 5 de diciembre de 1969.