Conferencia 192. Necesidades reales y necesidades falsas
Saludos para todos ustedes, amigos míos. Llegan hasta aquí bendiciones y fuerza. Si abren el corazón así como la mente, podrán recibirlas.
Me gustaría comenzar en esta conferencia, que es la última de esta temporada, diciéndoles de nuevo que la mayoría de los seres humanos no están todavía conscientes de los inmensos potenciales y poderes que tienen. Ahora bien, ¿a qué me refiero cuando digo potenciales y poderes espirituales? Me refiero a que estos poderes trascienden con mucho las capacidades humanas consideradas normales en su esfera de ser.
Estos poderes permanecen inaccesibles o pueden ser incluso peligrosos si el ser humano no está purificado hasta cierto grado, o si la conciencia está todavía en un estado de duermevela, lo que siempre está conectado con actitudes destructivas como el voluntarismo, el orgullo, el miedo, la codicia, la envidia, la malevolencia, la crueldad, el rencor y el egoísmo. La mayor parte de los seres humanos se encuentran aproximadamente noventa por ciento dormidos y sólo diez por ciento despiertos a lo que existe en el mundo que los rodea, y dentro de sí mismos. El proceso de volver a despertar al ser requiere mucho esfuerzo, compromiso, trabajo y también la voluntad de sacrificar patrones destructivos con sus efímeras y costosas satisfacciones. Sólo entonces puede crecer gradualmente la conciencia, agudizarse la percepción y lograrse el acceso a un nuevo conocimiento interno como manifestación del despertar del ser real.
Esta percepción intuitiva creciente, este conocimiento interno—primero acerca del ser, luego acerca del ser más íntimo de otros y finalmente también acerca de la verdad cósmica y la creación—se extiende a una experiencia de la vida eterna. ¡La certeza de ella! Despertar los potenciales espirituales también tiene que ver con el acceso a las siempre presentes fuerzas de la vida, todas las cuales existen dentro y alrededor de ustedes. Estos poderes pueden utilizarse para sanar, para ayudar y para aumentar la realización y la conciencia en el ser y en otros. No necesito decir que si el pequeño ser todavía predomina sobre el ser espiritual y real, el abuso de estos poderes será inevitable. El amor debe despertarse primero en la persona para que los poderes no sean peligrosos. Si el campo de fuerza energético de un ser humano está orientado a frecuencias bajas debido a un estado no desarrollado del alma, las frecuencias mucho más altas de los poderes espirituales pueden destruir la salud y la vida y crear tremendos riesgos. Por esto es tan importante que el desarrollo proceda con ciertos ritmos. La manera más segura es insistir, sobre todo lo demás, en la purificación.
Cuando la purificación precede al desarrollo del potencial y del poder espirituales y psíquicos, la dicha crece. La valentía aumenta. Las soluciones a todos los problemas se vuelven cada vez más accesibles: se presentan porque los problemas se enfrentan y se lidia con ellos. Entonces será posible la sanación de todos los males de la mente, el alma y el cuerpo.
Esto suena como una utopía, amigos míos: y en realidad produciría un tipo de utopía si este estado de dicha no se buscara por miedo al estado opuesto y la esperanza de un escape. En otras palabras, si desean la dicha porque temen el dolor; si desean vida eterna porque temen a la muerte; si desean felicidad porque le tienen miedo a la infelicidad; si desean la plenitud porque tienen miedo del vacío; entonces todas estas posibilidades deseadas los eludirán y seguirán siendo inalcanzables. De ahí viene la idea equivocada de que ninguna de estas posibilidades existe porque son productos del pensamiento fantasioso. No ven que el anhelo humano es una expresión de intuir estas posibilidades, pero la dirección escogida por el anhelo es, en la mayoría de los casos, exactamente la opuesta de la que se necesita. Como dije antes, deben entrar y atravesar lo que temen y desean evitar a fin de vencerlo y llegar a donde el estado anteriormente temido verdaderamente ya no exista. Sólo cuando puedan aceptar totalmente la falta de visión presente y atraviesen el miedo resultante, pueden alcanzar el estado más grande de conciencia. Entonces, este último no es una ilusión, sino un hecho, la realidad; no el pensamiento fantasioso o un escape, sino la realidad escueta de ser y de la vida como realmente es.
No es fácil lograr esto. Todos los que recorran este camino deben comprometerse plenamente con todo lo que esta búsqueda realmente significa. La mayoría de ustedes que trabajan con este Pathwork de autodesarrollo empiezan de la manera habitual: son infelices y quieren una solución a cierto problema. O tal vez todavía no haya ni siquiera una conciencia específica de un problema interior o bloqueo. Quizás simplemente experimenten un sentimiento vago de estar incómodos con la vida. Desean corregir estos estados indeseables, aunque por lo general hacen esto con la esperanza inconsciente de que sus muy problemáticas actitudes que los hacen infelices puedan permanecer intactas o incluso se refuercen. Cuando el camino requiere lo opuesto, su reacción puede ser muchas veces de pánico, resentimiento, lucha, resistencia y en ocasiones incluso una terminación de cualquier otro esfuerzo en la dirección interior correcta. En otras palabras, la mayoría de ustedes empieza con un objetivo negativo; quieren eliminar una condición negativa. Muy rara vez empieza un individuo con un objetivo positivo. Muchos hablan de labios para afuera del objetivo positivo de una purificación total y del crecimiento espiritual, pero cuando se trata de tener la voluntad de aceptar dificultades, de renunciar a patrones destructivos establecidos hace largo tiempo, el compromiso consciente con el objetivo positivo de pronto desaparece. En el caso de muchos, la meta positiva se persigue y se fortalece sólo cuando profundizan en su ser.
El anhelo siempre está ahí. Algo en su ser más profundo e íntimo sabe que existe otra realidad y otro estado de conciencia que su estado actual de desarrollo. Tratar de alcanzar este estado superior y más gratificante es una necesidad legítima y sana. Cuando esta necesidad se vuelve consciente puede establecerse una meta y una dirección positivas. Pero mientras su necesidad sea inconsciente y esté mezclada con metas negativas como la demanda de “líbrame de mi estado de infelicidad”, seguirán estando confundidos acerca del camino mismo. La falta de un compromiso total produce resultados tenues, espurios y limitados, y la duda cerrará el círculo vicioso reforzando así la retención del compromiso. Como la retención dudosa vuelve imposible la liberación, la duda misma se considera justificada.
En este punto se vuelve absolutamente necesario repetir gran parte de una conferencia que dicté hace muchos años sobre el tema de las necesidades falsas y las reales. Esta conferencia es también una secuencia orgánica, la conclusión de un ciclo en el que puede asimilarse material nuevo. Este movimiento espiral cíclico les permite empezar en cualquier punto y proseguir desde allí, completando el ciclo desde cualquiera que haya sido el punto de partida. Esto explica por qué casi cualquiera con cierto nivel de conciencia puede encontrar útiles estas conferencias, sin importar cuándo haya empezado. Así, esta conferencia en particular será, de nuevo, una respuesta para muchos de ustedes y arrojará luz en el punto exacto donde están atorados en el momento.
La conferencia específica que dicté hace años, a la que me refiero, trata el tema de las necesidades reales y las falsas. Desde entonces, muchos de ustedes se han encontrado con sus sentimientos más profundos de miedo, dolor, culpa y enojo, sentimientos que no habían tenido el valor de reexperimentar. En el curso de este viaje hacia la experimentación de sentimientos que no habían sido experimentados plenamente antes, también se encontraron con las necesidades que tuvieron de niños, cuya insatisfacción causó la mayor parte de sus sentimientos dolorosos y, por lo tanto, reprimidos. Como dije, cualquier persona que no haga conscientes sus sentimientos inconscientes debe llevar este material reprimido a la siguiente encarnación. El material arraigado busca circunstancias y personas para la siguiente encarnación, que le darán la oportunidad de llevar este material adormecido y no asimilado a un primer plano otra vez. Así, unos padres o cierto ambiente parecerá ser responsable de la experiencia dolorosa en la infancia. Pero, en realidad, el estado no desarrollado de los padres funciona como un medio para sacar a la luz imágenes que de otra manera permanecerían latentes e inaccesibles a la conciencia, bloqueando así la purificación total. Desde luego, es posible tratar la experiencia dolorosa de las maneras viejas de la evitación y prolongar el ciclo. Pero llega el día para todas las entidades cuando encuentran que ya no es posible evitar la confrontación de esta experiencia abiertamente.
Pueden seguir esta cadena de eventos incluso dentro de la duración de su vida presente. En el grado en que no hayan experimentado plenamente su pasado como niños, atraerán experiencias similares en un periodo posterior de su vida. Si han evitado su infancia y no saben lo que verdaderamente ocurrió dentro de ustedes, tienden a no reconocer lo que sienten y experimentan ahora al repetirse la experiencia. Y a la inversa, a medida que se vuelven conscientes de sus sentimientos pasados, también se dan cuenta de cómo se repite la experiencia pasada. Su estado de entumecimiento acerca de sus sentimientos pasados los entumece a las experiencias similares presentes, a menos que y hasta que hagan un compromiso y un esfuerzo reales de despertar, no importa lo doloroso que esto pueda parecer al principio.
Sólo pueden estar alerta y tener un conocimiento pleno de lo que les sucede ahora cuando las experiencias similares del pasado salen a la luz y se lidia plenamente con ellas. Entonces no sólo se aclarará la materia residual del alma de esta vida, sino también, al mismo tiempo, el legado de existencias previas. Ahora, en esta fase de su camino donde experimentan más y más de esta materia residual, se topan con el hecho de que el elemento más doloroso es la insatisfacción de sus necesidades legítimas como niños. Como expliqué en la conferencia anterior, la negación de sus necesidades reales crea sus necesidades falsas. Es tremendamente importante observar esto.
¿Cuáles son las necesidades reales y cuáles con las falsas? En primer lugar, lo que es real en un periodo de la vida de una persona puede ser totalmente falso e irreal en un periodo posterior. Lo que es una necesidad real para un niño no es en modo alguno una necesidad real para un adulto. Cuando la persona que crece niega el dolor de una necesidad real no satisfecha, esta necesidad no desaparece. Por el contrario, la negación del dolor de su insatisfacción perpetúa la necesidad y la proyecta a un tiempo posterior y a otras personas, y se convierte así en una necesidad falsa.
Tomemos un ejemplo específico. Un niño necesita ser cuidado, necesita ser alimentado, atendido, recibir sentimientos buenos, atención y la apreciación de su naturaleza única. Si estas necesidades no son satisfechas, el niño sufre. Si este sufrimiento se acepta y se trabaja en el nivel consciente, la persona no permanece dolorida e incapacitada, pese a lo que muchos querrían creer. Lo que sí crea un estado incapacitante es la creencia de que este dolor sólo puede ser eliminado cuando a la persona finalmente se le dé todo lo que le faltó, incluso años más tarde. Desde luego, esto jamás puede suceder, pues aun si fuera posible que un adulto finalmente obtuviera padres sustitutos, ideales y perfectos de acuerdo con las ideas del niño privado, para el adulto todo este dar que proviene de fuera del ser nunca podría traer una satisfacción real.
La satisfacción tan dolorosamente anhelada puede alcanzarse sólo cuando ustedes, como adultos, procedan a buscar en su interior todo lo que aún buscan fuera de ustedes. Esto debe empezar con la autorresponsabilidad. Si permanecen atorados en culpar a sus padres, haciéndolos a ellos y a la vida responsables, se privan del centro vital de todo lo bueno que hay dentro de ustedes. Sólo cuando busquen modificar su propia actitud y descubran que su sufrimiento es inducido por su actitud presente, pueden empezar a encontrar la seguridad; la seguridad que una vez buscaron en el sostén que otros les dieron. La ansiedad desaparecerá en el grado exacto en que busquen dentro de ustedes la causa de su sufrimiento presente. Y este sufrimiento es la negación del dolor original y los consecuentes patrones negativos y destructivos de sentir y pensar.
Cuando las personas empiezan a asumir una verdadera autorresponsabilidad, gradualmente dejarán también de esperar que los sentimientos buenos vengan de fuera. Serán menos dependientes del halago y el amor de otros porque serán capaces de darse la autoestima que no pudieron sentir cuando seguían siendo niños demandantes y resentidos.
Éste es otro paso más hacia estar centrados dentro del ser real, en vez de colgarse de otro. Esto, a su vez, aumenta la capacidad de tener un flujo fuerte de sentimientos buenos y cálidos, y nutre el deseo de compartirlos en vez de retenerlos maliciosamente. La capacidad de experimentar placer desde dentro del cuerpo y del alma, y ofrecerlo a otros, se vuelve una alternativa a insistir codiciosamente en recibir. Todas estas capacidades aumentadas llenarán el vacío creado por la necesidad insatisfecha del niño.
Cuanto menos se sienta el dolor de la necesidad legítima insatisfecha, o se le experimente a medias, más llenarán las necesidades falsas a la personalidad, que entonces se verá en la necesidad de hacer demandas a otros. Cuando estas necesidades no son satisfechas, los resentimientos—y a menudo el veneno con el que se construyen argumentos contra la vida y otros—aumentan la sensación de privación de la persona, de manera que un círculo vicioso continuo parece atrapar al individuo en un estado de desesperanza. No es muy difícil racionalizar un argumento y producir una acusación culpígena. Uno siempre puede encontrar razones reales, imaginadas o exageradas y distorsionadas para dirigir el peso de la responsabilidad fuera del ser. Como todo esto es sutil y está oculto, requiere una atención específica en la autoobservación y la honestidad para ver este proceso en acción. Sólo cuando sean capaces de admitir sus demandas irracionales y de ver cómo quieren castigar a aquellos a quienes culpan entenderán verdaderamente las conexiones que hago aquí.
¿Cuáles son las necesidades reales de un adulto? Son la autoexpresión, el crecimiento, el desarrollo, alcanzar el propio potencial espiritual y todo lo que se deriva de ello. Esto significa placer, amor, realización, buenas relaciones y una contribución significativa al gran plan en el que todos tienen su tarea. Cuando cierta cantidad de crecimiento ha tenido lugar, esta tarea empieza a sentirse y a experimentarse interiormente hasta que se vuelve una realidad. Es una necesidad real percibir el propio crecimiento interior; la falta de éste trae infelicidad. La persona debe proceder entonces a buscar las obstrucciones dentro de su propia alma y eliminarlas. Siempre están conectadas, de una u otra manera, con la perpetuación de necesidades una vez reales, que ahora se han vuelto falsas.
La perpetuación de las necesidades falsas crea muchas condiciones destructivas dentro del alma de una persona. Como estas necesidades nunca pueden ser satisfechas, la frustración y el vacío continuos acaban con la esperanza, oscurecen la visión e inducen al resentimiento, al odio, a la culpabilización y muchas veces al deseo de hacer daño. Una resistencia y autocastigo venenosos y pasivos se usan para castigar a otros que parecen causar el estado negativo. Cuanto peores son estos rasgos interiores, mayor es la culpa y la autoevasión, que vuelven imposible llegar a las raíces del problema, cambiar de dirección y de enfoque. Sólo cuando la resistencia a reconocer las necesidades falsas se vence vigorosamente puede revertirse todo esto.
Las necesidades reales nunca requieren que otros obedezcan y “se lo den a ustedes”. Eso le parece necesario sólo al pequeño ser. La necesidad real de amor, de compañía y de compartir sólo empieza a ser satisfecha cuando el alma está lista para amar y dar, lo que nunca debe confundirse con la necesidad neurótica de ser amado. Pero esta confusión entre las dos necesidades es muy frecuente. Mientras crean que están realmente dispuestos a amar, pero el destino los desaira y les retiene a la persona que los ame y a la que puedan amar, en realidad todavía están ardientemente empeñados en tratar de satisfacer la necesidad infantil con un padre sustituto. En el fondo de su corazón están verdaderamente enojados, castigan a otros y se victimizan porque su necesidad real imaginada de amor es desairada. Una vez que estén de verdad listos para renunciar a los argumentos viejos, para empezar a vivir en el ahora y examinar su interior, el amor real llegará a ustedes y su necesidad real presente será satisfecha.
Las necesidades legítimas pueden ser satisfechas sólo en el grado en que experimenten sus sentimientos originales y sus sentimientos residuales del pasado. Esto significa que descubran y renuncien a las necesidades falsas que se han acumulado debido a la negación del dolor de la insatisfacción original. Përmítanse entrar en el estado infantil, y dejen que las reacciones irracionales y destructivas del niño interior se expresen ahora. Cuando realmente reconozcan esta parte de ustedes, ya crean un clima interior nuevo.
Al principio no es fácil hacer esto. Las preciadas autoimágenes y simulaciones impiden que casi todos hagan esto con facilidad. El niño destructivo, demandante, castigador y rencoroso normalmente se manifiesta de una manera muy oscura, que fácilmente puede esconderse, racionalizarse o justificarse, y el énfasis puede desplazarse a factores fuera de ustedes. Si le dan voz a este lado irracional, verán que invariablemente dice: “Necesito ser amado y aprobado por todos. Si no lo soy, es una catástrofe”. El ser se convence entonces de que esto es cierto, como medio de forzar a otros a obedecer. La sobrerreacción del ser se vuelve entonces tan dolorosa que la insatisfacción de estas demandas insaciables de una gratificación total e incondicional del voluntarismo y del orgullo parece entonces un hecho catastrófico de la vida. No importa lo maduros que sean en muchos aspectos de su ser, busquen estas reacciones ocultas en ustedes siempre que se sientan constantemente ansiosos e incómodos cuando surjan en su ambiente condiciones no gratas.
La creencia en la catástrofe rara vez se piensa en términos tan claros. De hecho, sólo pensar en todo esto claramente volverá imposible que crean ya tanto en una catástrofe. La dificultad es que la manera de entender su reacción, que equipara la catástrofe con la insatisfacción de su demanda de ser amados y aprobados por todos es vaga. La reacción no es conceptualizada sino racionalizada, de manera que nunca trabajan hasta el final tanto con su pensamiento como con su sentimiento, correlacionándolos. De este modo, es necesario que descubran el concepto, o más bien el error conceptual, atrapado en su fuerte reacción a una insatisfacción, a una herida, a una crítica o a una frustración. Entonces es posible que reconozcan la necesidad irreal y la rabia con la que se perpetúa, persigue y justifica. Las necesidades irreales son demandas que se hacen a otros. Las necesidades irreales nunca pueden ser satisfechas.
Es una necesidad irreal suponer que ser lastimados los dañará. Sólo los daña cuando tienen un concepto oculto de que así será, e insisten en que así será, simplemente porque no se sienten inclinados a aceptar la vida y a ustedes tal como son.
Algunos de ustedes han empezado verdaderamente a saber y a experimentar que su placer, su paz y su realización nunca dependen de otros sino sólo de ustedes. Pero a veces, cuando se acercan a un territorio todavía no reconocido dentro de ustedes, donde las necesidades falsas y los sentimientos residuales no experimentados crean un punto focal destructivo, se olvidan de esta verdad.
Con frecuencia, el malentendido dualista de que o bien dependen de ustedes y, por lo tanto, deben estar solos, o bien están en una relación satisfactoria y entonces dependen totalmente del otro, les impide querer siquiera asumir su responsabilidad. Hacer esto parece exigir que renuncien a toda esperanza de tener un compañero amoroso. Lo cierto es exactamente lo contrario. Sólo cuando recuperen sus sentimientos, cuando utilicen sus recursos interiores y abran los pozos de sus sentimientos de generosidad y amor, la realización se convertirá en una realidad inevitable. Y a la inversa, en el grado en que se aferren e insistan en que el otro los satisfaga, en ese mismo grado permanecerán solitarios e insatisfechos en sus necesidades reales ahora, perpetuando así las viejas heridas de su infancia. Su estado actual puede usarse como una medida que es más confiable que cualquier otra cosa, pues no pueden engañar a la vida. Sus leyes y reglas les dicen la verdad acerca de dónde están, aun si su conciencia directa todavía está atenuada. Cuando la realización está ausente, deben explorar su interior para encontrar dónde y cómo proyectan en otro lo que debe llegar principalmente de dentro de ustedes.
Cuando la necesidad real de eliminar los bloqueos a la conciencia, a la autorrealización, a la intimidad y a la cercanía con otros se expresa mediante el ser espiritual descartando las necesidades falsas, se despierta una fuerza maravillosa. Esta súplica nunca se responde con una piedra. Aun si se sienten todavía demasiado débiles para hacer el compromiso total necesario, pueden pedir ayuda para poder hacerlo. La ayuda llegará.
Éste es el objetivo inmensamente importante, del que sigue todo lo demás. A medida que ven cómo evitan ahora el largamente olvidado dolor del pasado que todavía supura dentro de ustedes, también descubren que se han enganchado en la culpabilización. No importa cuánto hayan fallado sus padres—pues ellos mismos son o fueron seres humanos falibles—, no se les puede considerar responsables de su sufrimiento ahora. Y menos aún a otros de quienes esperan que puedan compensarles todas las heridas que ustedes han soportado. Su sufrimiento de hoy es el resultado de esta distorsión misma de perseguir necesidades falsas e insistir en que sean satisfechas. Este mecanismo parece al principio extremadamente sutil, pero una vez que se hayan entrenado a observarlo, se volverá demasiado obvio. Mientras elijan permanecer inconscientes, pueden ser muy adeptos para explicar racionalmente su argumentación, pero esto, lejos de mejorar su situación, la empeorará. Pueden incluso engañar a otros acerca de lo legítima que es su argumentación. Pero nunca pueden engañar a su ser real interior ni a la vida. La vida implementa sus leyes y reglas muy directa, justa e imparcialmente. Espera hasta que ustedes encuentren la verdad de dónde sus necesidades infantiles no reconocidas y legítimas crearon miedo y dolor que no quisieron y no pudieron experimentar plenamente. Esa copa tiene que vaciarse. Su poca disposición, a su vez, creó necesidades falsas cuya naturaleza y significado también se ocultaron. Cuando todo esto sale a la luz, pueden lidiar con ello
Toda represión y todo ocultamiento crean círculos viciosos y reacciones en cadena negativas: las necesidades falsas crean males como la crueldad, el deseo de venganza y así por el estilo. La culpa y el odio a sí mismos hacen que el dolor original parezca justificado en su evaluación secreta de ustedes mismos; pero no desean admitir esto; así, siguen proyectando continuamente la culpa a otros. Las energías atrapadas en mantener atenuada la fuerza de todos estos sentimientos se incrementan y se vuelven cada vez más poderosas, creando crisis tras crisis. Sólo pueden ser liberadas y usadas para su bien cuando traen a la luz todo lo que está oculto y lo evalúan con verdad. Esto necesita el valor de aceptar el mal sin identificarse totalmente con él, lo que instantáneamente fijará el curso de su vida en la dirección de satisfacer sus necesidades reales ahora.
La persecución de las necesidades falsas causa un dolor insoportable. Es apretado, cerrado y amargo, con la connotación adicional de la desesperanza. Es muy distinto del dolor de una insatisfacción real, una herida o una privación. En el momento en que estas dificultades no se canalizan en necesidades irreales, el dolor puede disolverse y retransformarse en su corriente energética original, fluida y dadora de vida. El dolor fuerte es el resultado de pelear contra lo que es. El dolor suave es un resultado de la aceptación.
Una vez que la corteza del entumecimiento exterior ha sido eliminada por sus esfuerzos en este camino, y la capa defensiva que los aísla de estas condiciones se ha levantado, seguramente experimentarán sus diversos sentimientos, sus necesidades reales y falsas, y los dolores suaves y duros resultantes. Para abrirse camino por el laberinto de estas confusiones, es necesario que todos ustedes sean conscientes de la diferencia entre los primeros y los segundos. Si experimentan sentimientos residuales pero no conocen el hecho de que están inmersos en la expresión de sus demandas insaciables que son sus necesidades falsas, pueden perderse en el dolor duro. El dolor duro que proviene de su insistencia en sus necesidades falsas contiene la venganza. El sufrimiento mismo es un arma frecuente para castigar a los padres, a los padres proyectados y a la vida. Dice, en efecto: “¡Vean lo malos que son y lo que me han hecho! Como no satisficieron mis demandas, merecen el castigo de mi aniquilación”. Y la persona ciega que está envuelta en este proceso sin estar plenamente consciente de él puede, en efecto, permitirse caer por la borda y ser arrastrado por esta resaca.
Por lo tanto, no hay peligro en poner a prueba el tipo de dolor que experimentan. ¿Lleva a una desesperanza lúgubre, a abismos sin fin a donde no parece llegar la luz? Entonces puede suponerse sin peligro que el nivel de veneno impide la experiencia real del dolor original residual, pues en el caso de experimentar el dolor real, una sabiduría orgánica interior guía los ritmos y la duración de cada experiencia. Cada vez llega una profunda percepción interior, y los vínculos de conexión traerán más luz y más esperanza. Pero cuando estén ausentes, no deben ustedes entrar más profundamente en este dolor duro, porque están inadvertida y muy inconscientemente castigando a otros con este dolor. El trabajo más bien debe dirigirse a reconocer lo que está realmente sucediendo. Entonces puede uno entrar sin peligro en la experiencia residual y liberarse. Esto se hará entonces con un espíritu enteramente diferente. La actitud de uno será de esperanza y propósito, y no de una víctima indefensa a la que que se lleva al matadero.
Amigos míos, su miedo de entrar por completo en sí mismos se debe mucho menos al dolor real. El dolor suave debido a las necesidades reales insatisfechas puede resultar momentáneamente en expresiones vehementes de llorar o gritar, o de retorcerse y golpear, pero hay un terreno interior seguro debido a la ausencia de la corriente forzante venenosa que envía un mensaje de venganza al mundo. La tristeza apacible del dolor y las necesidades reales se disuelve en sus propias corrientes. La experiencia intolerable, dura y peligrosa del dolor se debe a la necesidad falsa que dice: “Debes darme lo que necesito, en lo que insisto. Si no lo haces, pereceré en serio”.
Esta voz, amigos míos, debe descubrirse. Existe en cierto grado en todos, sin excepción. Cuanto más oculta está, más lejos se hallan de disolverla y transformar sus corrientes de energía. Si pueden, permítanse experimentar esta voz y reconózcanla por lo que es, en vez de identificarse con ella. Mientras estén totalmente identificados con ella, no la pueden confrontar ni poner a prueba. Pero en el momento en que la observen sólo como una parte de ustedes, instantáneamente sabrán que no es todo lo que son. El aspecto de ustedes que la observe es ciertamente más ustedes que aquello que está siendo observado. Y el aspecto de ustedes que cuestiona la voz que clama venganza, que mantiene un diálogo con ella y explora la verdad de sus mensajes implícitos, es aún más fuerte. Sigue fortaleciéndose hasta que finalmente toma el control. Esto elimina la necesidad de un autorrechazo total, que es el resultado de identificarse por completo con la voz de la necesidad falsa.
En el momento en que se hagan la pregunta: “¿Es realmente cierto que debo perecer porque he soportado el dolor, o lo estoy soportando?” Inevitablemente tendrán que responder primero que ésta no es necesariamente la única posibilidad. ¿Cuándo lo es, cuándo no lo es? ¿De qué depende, en lo que atañe a ustedes? Cuando todas estas preguntas se enfrentan seriamente, verán que no es cierto que deban perecer, ni siquiera vivir una vida infeliz durante los días que les quedan, porque han soportado el dolor. Ningún dolor los puede hacer perecer. Sólo su actitud frente al dolor los hará perecer. Si se resisten y se endurecen al dolor, entonces éste crece y los aplastará literalmente. Sólo cuando están siendo aplastados—jamás por el dolor que otros les infligen, sino por lo que ustedes mismos se infligen—pueden confrontar esta actitud. Tengan un diálogo con él, como dije antes.
Cuando específicamente dejen ir una por una de sus demandas insaciables e irreales, descubrirán que son en efecto ilusorias. Partieron de la premisa, por ejemplo, de que no podían vivir sin aprobación total, sin aceptación y amor incondicionales, sin admiración ciega, o cualquier cosa que sea. Cuando consideren la posibilidad de que podrían incluso obtener satisfacción, contento, placer y felicidad sin que se realicen estas demandas—una idea novedosa al principio—les sorprenderá que es muy posible hacerlo. Surgirán nuevas maneras, nuevas posibilidades en las jamás antes habían siquiera pensado, porque estaban tan convencidos de la única manera en que tenía que ser.
Siempre que haya obstrucción, insatisfacción o un muro inquebrantable en su vida, deben buscar una necesidad irreal. Deben encontrar su propia insistencia que dice: “Debe ser de esta manera y no de otra. La vida debe darme esto; debo tenerlo”. Cuando encuentren y expresen esta voz y la reconozcan por su falacia, algo se aflojará instantáneamente. El hecho mismo de que cuestionen la validez de estas necesidades irreales, que estaban seguros de que eran reales hasta ahora, liberará sus energías creativas. Desde lo más profundo de su ser más íntimo, desde el centro de su plexo solar, la voz de la sabiduría los guiará. Ya los ha guiado antes en áreas donde no estaban bloqueados. Es posible entonces usar estas energías liberadas para abrirse más el paso a donde los matorrales todavía tienen que desbrozarse. Estas energías pueden entonces ponerse a trabajar para disolver la sustancia del alma todavía endurecida por convicciones preconcebidas, indiscutidas e incluso no articuladas, por la insistencia y el voluntarismo tenso, y por la negación y la represión de sentimientos y pensamientos.
La insistencia endurecida no debe confundirse con la determinación y la buena voluntad relajada del compromiso, ni con el enfoque concentrado de la energía, todos los cuales son requisitos tan indispensables del Pathwork. La tensión del voluntarismo endurecido intensifica muchas veces el dolor residual original. Crea tensión dolorosa en el sistema, de la cual casi siempre se culpa a otros; cómo les fallaron en el pasado y siguen fallándoles en el presente. Entonces no tienen más opción que renunciar al futuro.
Las energías que se liberan trabajando hasta el final con el proceso descrito aquí no son meramente energías físicas que traen bienestar, flujo y placer. Liberan la voz de la verdad y la sabiduría que es su propio ser espiritual más íntimo. Les mostrará el camino y ustedes aprenderán a reconocerla y a confiar en ella cuando salgan de su oscuridad, para abrirse camino entre los dos extremos. Estos extremos son el pensamiento fantasioso ciego que escucha sólo lo que ustedes quieren oír y que los vuelve sordos a la verdad real en ustedes, y la desconfianza escéptica de todas las verdades más profundas de su ser espiritual, que los vuelve igualmente sordos a la voz de la verdad. Así que tienen que buscar su camino entre estos dos extremos.
Cuando entren profundamente en sus sentimientos más íntimos, amigos míos, no existirá el peligro de que se pierdan en un dolor insoportable. No importa lo difícil que haya sido su infancia, y no importa cuantas experiencias negativas tuvieron, y no importa lo cruel que uno de sus padres haya sido, la verdadera causa del dolor no es esa. La causa es su persistencia e insistencia en permanecer enganchados en necesidades que son ahora necesidades falsas, en demandar que las condiciones sean diferentes, y que la vida les compense ahora por todo ello y les dé gratuitamente, dejándolos como beneficiarios y excluyéndolos del magnífico juego de la vida. Esto es lo que realmente les duele y lastima ahora. Deben empezar por ustedes, en todas las coyunturas. Si proceden de esta manera, podrán permitir que los sentimientos positivos se vuelvan tan profundos y reales como los sentimientos negativos y dolorosos.
Dictada el 21 de mayo de 1971.